Osvaldo Rivera Riffo
Presidente
Fundación Voz Nacional
La historia del arte ha inmortalizado esta manifestación afectiva del hombre en diversas expresiones, ya sea pintura, escultura, literatura, música clásica, poesía, etc.
Sin duda que hay tres obras que han cobrado una significación relevante, tanto en la historia del arte como en el comportamiento humano.
Una de las obras plásticas más conocidas es El Beso de Gustav Klimt. Es un óleo con laminillas de oro y estaño sobre lienzo de 180 x 180 centímetros, realizado en 1907 y está exhibida permanentemente en la Galería del Belvedere en Viena.
Normalmente las obras de Klimt creaban escándalos y eran criticadas como "pornografía" y por ser "excesivamente pervertidas" Pero a pesar de dicha crítica esta obra conquistó la opinión favorable del público, aunque no encontró comprador. No voy a entrar en detalles técnicos de la misma, no es el objeto de esta columna.
Otra obra destacada es una escultura de Auguste Rodin también llamada El Beso, realizada a partir de 1881 e inspirada en el Infierno del poeta italiano Dante Alighieri, siendo la obra que más contribuyó a la afirmación de Rodin como artista.
Paolo y Francesca da Rimini fueron la inspiración de Rodin, ambos asesinados por el marido de ella y condenados a errar por el infierno descrito por Dante en la Divina Comedia, por un beso apasionado de los amantes.
El tercero es el beso de la traición, cuadro que se conserva en el Museo del Prado y representa el momento en que Judas besa a Jesús como señal de entrega a los legionarios romanos, obra atribuida al taller de Godfried Schalcken.
Pues bien, más allá de consideraciones emotivas que generan las expresiones de afecto entre amigos, amantes, padres e hijos, el beso que he planteado mediante el ejemplo de estas tres obras de arte lo que representa es: perversión, asesinato y traición.
No es fácil imaginar que semejantes conductas humanas puedan quedar graficadas en un beso, símbolo universal del afecto.
Desde hace un tiempo el beso pasó a ser un elemento de extrema usanza sin sentido. Lo que ayer se reservaba a una demostración de afecto a los cercanos, hoy se utiliza como saludo sin hacer el distingo de confianza o respeto. Se ha desnaturalizado su expresión y su belleza. Alguien dirá: qué grave, no marcha con los tiempos. ¿Cuáles tiempos?... sería la pregunta. Si, aquellos en que dar un beso representaba la forma más sublime de expresar cariño; besar las manos de una madre o la frente de un padre, forman parte de otros tiempos.
Hoy en día las expresiones de afecto también forman parte de la farándula, para banalizar su sentido y hacer de dicha manifestación una expresión vulgar.
En días pasados, una conocida youtuber y panelista de farándula de la TV tuvo un encuentro distendido, como si fuera la conversación de dos amigas que se hacen las uñas en un salón de belleza, con una política que reconoce más de 30 años en el oficio y con 47 de matrimonio. Es decir, una señora mayorcita y cuyas respuestas sorprendieron a sus oyentes, no porque sean tabúes, sino porque quien pretende llegar a los más alta magistratura de la Nación, no puede ni debe vulgarizar el lenguaje a extremo de groserías, ni menos hablar de sexo en términos que a su edad suenan un tanto fuera de lugar. Las “calugas” de Vodanovic están siendo parte de su campaña electoral y ella, la candidata, las alude desvergonzadamente como una quinceañera.
Completa el show o performance light a la que nos tiene acostumbrados, con una demostración a la pregunta ¿Has besado a una mujer?, referida claramente a un beso comprometedor y explícito. Ella responde que no y rápidamente cruza el brazo sobre el rostro de la entrevistadora y aparenta darle un beso en la boca, sorprendiendo a la animadora.
La redes sociales no se hicieron esperar para aplaudir lo bacán que es la alcaldesa, lo relajada y buena onda. Un modelo de inspiración para los descerebrados muchachos que han construido en estos últimos 30 años, a políticos como ella.
El beso dado en la mejilla a la modelo entrevistadora por dicha política, por sus antecedentes, podría ser catalogado como el beso del cuadro del taller de Golfried Schalken.
Pobre modelo, no pasará mucho tiempo en que todo lo que se rió con las gracias de madame, mañana sean lágrimas de desilusión. La política, siendo la más noble función del hombre, cuando es sin moral nos devela lo que vimos.
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