18 de septiembre de 2025
Hermógenes Pérez de Arce
Hace algunas semanas Evelyn Matthei declaró que el 11 de septiembre de 1973 había sido inevitable y las muertes producidas a partir de esa fecha, un costo necesario. Como consecuencia de esos dichos cayó en las encuestas y se dijo generalizadamente que había cometido un error. Visto todo eso, ella se arrepintió y después, en el debate presidencial de la semana pasada, recapacitó y afirmó que el 11 de septiembre de 1973 había sido "terrible". Nadie la criticó por eso y, de hecho, mejoró en las encuestas. Fue "políticamente correcta".
Los chilenos estamos divididos frente a esa fecha histórica. La corriente propagandística dominante la condena. Una minoría, a la que pertenezco, la venera y la considera una efeméride que sólo cede ante el 18 de septiembre.
Hoy todos celebramos el aniversario patrio, porque es una fecha que nos une. En cambio, las opiniones frente al 11 de septiembre nos dividen. Por eso no puede haber todavía "reconciliación" en Chile.
Pero hay algo que se llama "la verdad", que es capaz de unir a los seres humanos, pues la verdad es una sola, objetiva y, una vez probada, inobjetable. Con todo, en Chile ella tiene poca tribuna. Las consignas de la izquierda prevalecen entre la mayoría..
Pero la marea propagandística cambia lentamente y encuestas recientes sugieren que Pinochet es más popular que Allende, lo que habría sido impensable hace veinte años, cuando una encuesta de TVN mostró que "el chileno más grande de todos los tiempos" era Salvador Allende, derrotando ni más ni menos que a Arturo Prat. Sin embargo, repito: encuestas más recientes revelan un cambio, tanto que la figura de Pinochet es mejor aceptada que la de Allende.
Un apreciado amigo de derecha, fallecido hace pocos años, cuando apareció el billete de 20 mil pesos pagó la bencina con uno, diciéndole al bombero, que en ese tiempo era todavía chileno (ahora la mayoría son inmigrantes): "Este billete nuevo trae la efigie de mi general Pinochet". El hombre del pueblo sonrió y le replicó: "Eso va a ser en cincuenta años más". Y creo que tenía razón. Al cabo de ese tiempo ya será posible que una mayoría de chilenos conozca toda la verdad.
Y yo, que me he esforzado en estudiarla, creo que dentro de unas décadas la imagen de Pinochet será reivindicada. Como lo fue en el siglo XIX la de Diego Portales, a quien los "pipiolos" o liberales de ese tiempo (equivalentes a la izquierda de hoy) criticaban y hasta aborrecían, pero que a finales del siglo XIX comenzaron a reivindicar, como puede verse en el libro "Pipiolos y Pelucones" de Domingo Amunategui, un distinguido "pipiolo" que se había dedicado a denostar a Portales, hasta que estudió bien la verdad de los hechos.
Esta última actualmente está amenazada de ser constitutiva de delito, el de "negacionismo" (hay una moción en el Congreso que la castiga con presidio de 3 años y un día, del exsenador Navarro, amigo de Maduro, que me distinguió inmerecidamente al denominarla "ley Hermógenes".)
Porque las "tropelías de Pinochet" de que han escrito incluso columnistas de derecha, como César Barros (La Tercera) o Elena Irarrázaval (El Mercurio) no fueron cometidas por Pinochet. Y lo he probado.
Cuando la verdad íntegra llegue al grueso público es posible que éste opine como, en su fuero íntimo, opinaba el mismísimo Fidel Castro, que le dijo al empresario chileno de izquierda, Andrónico Luksic Abaroa en 1995, tras éste referirle lo bien que marchaba el país (era durante "los mejores 30 años"): "Eso se lo deben ustedes a Pinochet.".
Cuando todos los chilenos se enteren de toda la verdad, dirán lo mismo, celebrarán el 11 una semana antes del 18 y estaremos reconciliados.
Fuente: http://blogdehermogenes.blogspot.com/
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