Osvaldo Rivera Riffo
Presidente
Fundación Voz Nacional


Entre las muchas composiciones del famoso músico italiano Ottorino Respighi que vivió la segunda mitad del siglo XIX y los primeros 30 años del siglo XX tiene entre sus grandes éxitos Los Pinos de Roma y Los Pájaros

En esta última composición el autor toma fragmentos de diferentes otros músicos como Pasquini, Gallot, Rameau, un anónimo inglés de donde recreó el ruiseñor, la paloma, el cuco. El preludio combina con premoniciones fragmentarias de los demás movimientos y da el tono de la obra con su encantadora e imaginativa partitura para una orquesta no muy diferente a la de la época de Mozart.

La obra sirve como recordatorio en nuestra propia era de autenticidad, de que hay otras maneras de escuchar y de disfrutar en este caso de música barroca.

Sin duda estamos hablando de un siglo donde la genialidad y la creación imaginativa abundaba en los diferentes aspectos del conocimiento. Sin egoísmo conjugar en una sola obra los movimientos de otros artistas de otras épocas para configurar un sonido armónico que represente el sentido de la unidad melódica es un fenómeno difícil de encontrar en las disciplinas del saber social y científico del siglo XXI.

Los Pájaras debiera primero ser escuchados por todos los políticos de la derecha cobarde y tonta y comprender cómo mediante la tonalidad diversa, se puede componer un preludio que anuncie no sólo la verdad de los tiempos sino que su sonido le dé fuerza a una fe perdida en la función pública.

Para nadie es un misterio que en esa composición llamada Chile Vamos hay pájaros de diversas especies, algunos graznan otros pian, algunos cacarean otros chillan, silban y más de alguno produce dulces trinos. Desgraciadamente en su movimiento tienen una pardela balear que trina y da miedo. Es el canto más feo del planeta que más que trinos son berridos. Por tanto tienen que comprender que ese pajarraco no puede formar parte de la sinfonía, ya que no sólo desentona sino que hará arrancar al público y a posibles admiradores del reencuentro con la verdad y la belleza.

Hagan un esfuerzo e intenten idear una composición que resista la crítica, que plantee nuevos desafíos en la creación social, que el que la escuche comprenda que en esta lucha cultural hay fenómenos que sirven para ilustrar el equivocado comportamiento de aquellos que, aunque suenen desafinados, insisten en tocar los tarros y en erigir a una gallina vieja que ya no cacarea sino que cloquea y que ahora, después del caso audio, aparece rengueando y media desplumada.

Mencioné al comienzo otra obra del autor, Los Pinos de Roma y también me quiero detener en esta composición ya que en un lenguaje musical nos llama a revisar nuestra historia. En la ciudad eterna, las "maravillosas fuentes" y los "pinos como paraguas que aparecen en todas partes del horizonte" eran dos características que, en palabras del propio compositor, "han  hablado a mi imaginación por encima de todo" Al parecer fue el sonido del gorgoteo peculiar de la fuente del Valle Giulia lo que lo inspiró para empezar a escribir su primer poema sinfónico Fontane di Roma.

Los autores Dolan y Rehding observaron que la pieza tiene un carácter cíclico en diferentes aspectos; los jardines de Villa Borghese, la colina del Janículo y la Vía Apia, señalan un recorrido en sentido contrario a las agujas del reloj alrededor del perímetro de Roma y los cuatro movimientos avanzan del día a la noche, para terminar con el amanecer. El escenario de cada movimiento retrocede en el tiempo, desde los niños que juegan en la ciudad contemporánea hasta la época de las catacumbas del primer periodo cristiano, antes de concluir en la época de la República Romana. La pieza también representa el progreso a través del tiempo, empezando con niños jugando y terminando con hombres adultos en uniforme de soldados. Al mismo tiempo, la colina del Janículo está dedicada a Jano, el dios de los comienzos, los finales y las transiciones, y tiene dos caras, que miran tanto hacia delante como hacia atrás en el tiempo.

¿Qué esperan los llamados derechistas para comprender y aceptar los designios de la historia, plagados de ejemplos, de sabiduría expresados en la filosofía, el arte y ahora con estos ejemplos en la música, para salir al encuentro de la defensa de occidente?

Si no lo entienden, seguirán cayendo arrastrados por la soberbia y la corrupción del poder.

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