Osvaldo Rivera Riffo
Presidente
Fundación Voz Nacional
La Constitución de la República de Chile en su artículo Segundo indica que son emblemas nacionales la bandera, el himno nacional y el escudo de armas de la república y en su artículo 22 se señala expresamente que todo habitante de la República debe respeto a Chile y a sus emblemas nacionales.
Pues bien nos hemos informado por la prensa que en días pasados se otorgó el Premio Nacional de Literatura a una ensayista, poeta y crítica literaria cuyo seudónimo es Elvira Hernández y cuyo nombre verdadero es Rosa María Teresa Adriasola Olave.
El historial de esta galardonada registra el premio iberoamericano Pablo Neruda, el premio nacional Jorge Tellier y el premio en el festival La Chascona. Como se puede apreciar, siempre premiada por sus camaradas de partido.
Su obra cumbre, que la llevó al premio nacional, se titula “La Bandera de Chile” que comenzó a escribir en 1980, circulando clandestinamente durante el Gobierno Militar y convirtiéndose en un icono de la resistencia.
Entre sus adalides de la universidad Diego Portales, se lee en “Cultura UDP” lo siguiente: “Esta obra experimental presenta un profundo sentido épico que habla de la dictadura, destrucción de la figura de la nación, de la soledad profunda de un país herido, y de la ruptura y la fragmentación de imágenes y palabras. Es el rescate colectivo de un símbolo usurpado por las FFAA”. Esto que pública un supuesto centro del conocimiento y del saber, indica claramente hasta donde la ideologización ha carcomido sus raíces más profundas, no sólo de ella sino de la sociedad chilena, imperando el odio y el resentimiento.
El poema, -si es no es mucha la presunción definirlo así- inflige un agravio horroroso a nuestro emblema nacional pero, como sirvió para justificar la resistencia de los derrotados el 11 de septiembre del 1973, hoy bajo el gobierno del Frente Amplio encabezado por Gabriel Boric, a quien le gustaría orinar en un casco militar, y bajo la presidencia del comité de selección del ministro de educación, el comunista señor Cataldo, se entrega este premio a una activista marcada por la revancha y el odio político.
Pero veamos lo que afirma Cultura UDP: “rescate de un símbolo usurpado por las FFAA.”
Y ahora revisemos la historia:
Este símbolo Patrio es conocido como La Estrella Solitaria, representando oficialmente a nuestro país desde el 18 de octubre de 1817 bajo el gobierno del Director Supremo Capitán General don Bernardo O’Higgins. Sus tres colores representan la blanca cordillera de Los Andes, el azul del cielo y el rojo la sangre de los patriotas vertida en la guerra de la independencia, mientras que la estrella simboliza a Chile y su unicidad referida al Estado Unitario.
La concepción de esta bandera se atribuye generalmente a José Gregorio Zenteno, secretario de Guerra del gobierno del Director Supremo Bernardo O’Higgins. Su diseño fue obra del militar hispano-chileno Antonio Arcos, pese a que algunos historiadores sostienen que fue Gregorio de Andia y Varela quien la dibujó, y su confección fue llevada a cabo por Dolores Prats Urízar de Huici, aunque también ha sido adjudicada a las hermanas Pineda de Concepción.
Con estos antecedentes ¿se puede hablar que los militares usurparon para si el pabellón nacional? Es más, desde los albores de la República se realiza el juramento a la bandera y en su formato actual fue instituido por el presidente Ramón Barros Luco y desde 1939 se fija la fecha del 9 de julio para conmemorar a los 77 héroes de la Batalla de la Concepción que no se rindieron inmolándose por defender su bandera, lo mismo que en el combate naval de Iquique donde La Esmeralda se hunde con el emblema nacional al tope.
¿Puede entonces una escritora vulgar lanzar una grosería de tamaña proporción sin que sea castigada por el imperio de la ley y, más encima, se la premie con un sueldo vitalicio de más de 2 millones de pesos mensuales y una cifra inmediata, acompañando a la medalla, de más de 20 millones?
Estamos viviendo una realidad difícil de creer; se premia con el dinero de todos los chilenos a una activista servil a los intereses de la izquierda ultra y se aumenta el presupuesto para la supuesta memoria histórica de todo lugar que fue utilizado por el terrorismo militante de la misma izquierda para así seguir profundizando el odio y la división entre los chilenos. Y para variar la prensa, servil a la ideología de la izquierda, compara a esta nueva premiada con Gabriela Mistral… otra falta de respeto y un atrevimiento sin medida. Aquí recuerdo la famosa frase de la Nobel poetiza a la pregunta de un periodista que cubría la entrega de los galardones: ¿Volverá a Chile miss Gabriela?
“No por ningún motivo, hoy soy la Nobel Gabriela en Chile seria la Gaby”
Recordemos que el original de nuestro emblema patrio, sobre la cual se juró la independencia de Chile, fue robado por el MIR el 30 de marzo de 1980 y recuperado en el año 2003. Entonces ¿quiénes son los que verdaderamente usurparon el símbolo nacional para fines ideológicos terroristas? Curiosa simultaneidad, justamente es en 1980 cuando la autora tuvo su desgraciada “inspiración”. ¿Coincidencia o colusión?
Entiende ahora cuando hablamos de la refundación de Chile. Esto es, y por etapas. Cuando por estas acciones ya esté completamente bloqueado psicológicamente, habrá pasado a formar parte del rebaño de una sociedad ya fenecida.
¡Despierte, se lo exige el presente y lo demanda el futuro!
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