Osvaldo Rivera Riffo
Presidente
Fundación Voz Nacional


Una vez más el socialismo delirante ha manipulado a la opinión pública mundial haciendo creer que en Venezuela se realizarían elecciones democráticas y como consecuencia libres

Viajaron delegaciones y periodistas de todo el mundo para ver este “ejemplar proceso democrático en que una dictadura marxista se somete a la voluntad popular” y vaya sorpresa de los incautos internacionales, a quienes previamente no les bastó el cierre de fronteras para impedir que los venezolanos refugiados en Colombia  pudiesen votar, tuvieron que contemplar atónitos el impedimento de aterrizaje de un avión cargado con expresidentes latinoamericanos y a los senadores Kast y Edwards expulsados con viento fresco de vuelta a Chile, por indeseables.

Bajo ese clima los socialistas del siglo XXI realizaron la parodia electoral.

De nada sirvieron las cientos de lanchas de pescadores colombianos que desafiaron la frontera y la invasión de venezolanos que desembarcaron  en sus orillas para clamar por libertad; el fraude estaba en curso. Así y todo, los medios de comunicación libertarios transmitían por redes y canales de YouTube las masivas concentraciones de patriotas venezolanos que replegaban las calles de Canadá, Chile, Australia, México etc. para gritar por la libertad de su pueblo y rechazar la maniobra fraudulenta del comunismo que, como era de esperar, usó una vez más la democracia electoral para seguir sojuzgado al pueblo.

Pero aparte de estas consideraciones graves pero predecibles ¿Qué significa para la izquierda dura mundial este ejemplo de cobardía y muerte de la libertad?

Bueno aquí tenemos políticos asociados al PC que admiran al dictador maduro y son ejes del gobierno del progresista Boric. Entonces la primera conclusión inmediata es entender por qué no quieren que voten los exiliados residentes que cumplen con la norma establecida en la ley. Es de esperar que con este ejemplo la oposición no trance y haga cumplir la norma.

En segundo lugar, está claro que todo político que abrace las posturas totalitarias ya sea de modo pasivo o activo debe ser eliminado de la función pública.

En tercer lugar, por muchas otras consideraciones Chile debiera romper relaciones diplomáticas con Venezuela y ayudar a aislar esta dictadura junto a otras naciones del mundo. Seguir teniendo consideraciones democráticas no sirve para nada más que desprestigiar este proceso más de lo que está en occidente, causa de nuestro inminente peligro ya denunciado en mil oportunidades.

Maduro será el símbolo del totalitarismo de la izquierda en general y dura en particular y si no se entiende esto con franqueza, su acción en Latinoamérica será más nefasta de lo que hemos visto.

Podrá ser mi opinión para muchos merengues muy dura, incluso atemporal, pero cuando los pueblos mueren luchando por la libertad y sus legítimos derechos naturales, no queda otra que tomar las armas y reconquistar el Estado-Nación y reinstalar el estado de derecho. Cosa no muy lejana en donde gobierna el progresismo perverso, por muy culebrones que sean las declaraciones de Winter renegando ahora de Venezuela y de sus socios comunistas con un “nunca más“, al estilo Cheyre y quien ha sufrido la némesis de sus oportunistas socios.

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