Osvaldo Rivera Riffo
Presidente
Fundación Voz Nacional
Hace ya muchos años que el almirante don José Toribio Merino Castro llamó a un grupo de jóvenes profesionales, todos colaboradores del gobierno de entonces, para advertirles y recomendarles la lectura y preparación sobre el pensamiento del ideólogo italiano Antonio Gramsci.
Su preocupación era total, no por el momento en que hacía la advertencia sino por el futuro. “Si no hay conciencia de este peligro Chile vivirá bajo la égida de esta doctrina, comprendan mi preocupación y preparense para enfrentar a este enemigo que bajo un manto de cuidadoso sigilo penetrará las principales instituciones nacionales para comenzar el proceso revolucionario tan anhelado por la izquierda”.
Tenía razón ….varios de nosotros recogimos el llamado del Almirante Merino y recorrimos Chile haciendo conciencia del peligro que se avecinaba y así fuimos creando conciencia en jóvenes y mujeres que participaban de la gran cruzada de recuperar Chile y ponerlo a la vanguardia del desarrollo en América Latina y ejemplo para el mundo.
Repasemos lo que en esos años enseñábamos: Gramsci fue un filósofo, teórico marxista, político, sociólogo y periodista italiano. Desarrolló un amplio concepto socio/político escribiendo sobre teoría política, sociología, antropología y lingüística y fue uno de los fundadores del Partido comunista italiano, teniendo un rol protagónico en su organización, considerado como uno de los más destacados teóricos del marxismo por sus aportes en conceptos como hegemonía cultural, bloque hegemónico y posmodernismo en relación a la sociedad de consumo.
Elaboró desde su presidio en Turín, bajo el gobierno de Mussolini, los 32 Cuadernos de la cárcel donde en complejas 2.848 páginas no destinadas a su publicación expresa reflexiones y apuntes desde 1929 hasta 1936. Ya gravemente enfermo, su cuñada Tatiana Schucht los numeró sin tener en cuenta su cronología y con ayuda de Piero Sraffa los robaron de la policía para entregárselos al banquero Raffaele Mattioti que fue el secreto financiador de sus redacciones confiándoselas en Moscú a Palmiro Togliatti, el principal dirigente del partido comunista italiano quiene,s luego de fuertes discusiones, fueron publicados por la casa editora Einaudi junto a sus Cartas desde la cárcel.
Pues bien, el Almirante Merino hacía hincapié en que la principal herramienta ideológica del pensamiento gramsciano era la elaboración del concepto hegemonía y bloque hegemónico, así como el énfasis que puso Gramsci en el estudio de los aspectos culturales de la sociedad, la llamada superestructura en términos de Marx y desde donde se podía realizar una acción política creando y produciendo hegemonía, conocido en algunos espacios como el marxista de las superestructuras.
Gramsci le dio un papel relevante y central al concepto de infraestructura, base real de la sociedad que incluye fuerzas de producción y relaciones sociales de producción.
Superestructura, ideología constituida por las instituciones, sistema de ideas, doctrinas y creencias de una sociedad a partir del concepto de bloque hegemónico.
Según este concepto, el poder de las clases dominantes, en su época, el proletariado y todas las clases sometidas en el modo de producción capitalista, no está dado simplemente por el control de los aparatos regresivos del Estado, pues si así lo fuera, dicho poder sería fácil de derrocar, bastaría oponerle una fuerza armada equivalente o superior que trabajara para el proletariado. Dicho poder está dado fundamentalmente por la “hegemonía cultural” que las clases dominantes logran ejercer sobre las clases sometidas a través del control del sistema educativo, de las instituciones religiosas y de los medios de comunicación. A través de estos medios las clases dominantes educan a los dominados para que estos vivan su sometimiento y la supremacía de las primeras como algo natural y conveniente, inhibiendo así su potencialidad revolucionaria.
La supremacía de un grupo social se manifiesta en dos modos, sostiene Gramsci, como dominio y como dirección intelectual y moral. Un grupo social es dominante de los grupos adversarios que tienden a liquidar o a someter hasta con la fuerza armada y es dirigente de grupos afines y aliados. Un grupo social puede y debe ser dirigente desde antes de conquistar el poder gubernamental, condición fundamental para la conquista del poder, después cuando ejercita el poder se vuelve dominante pero debe continuar siendo dirigente.
Pues bien, lo que hoy vivimos con el Frente Amplio y particularmente con Revolución Democrática es justamente lo que acabo de describir. Un grupo de acción hegemónica que se ha autodefinido moralmente superior, liberador de los sectores oprimidos y paladines de cuanta concepción progresista se puede encontrar en la literatura podrida de Foucault , Derrida, Guattari, Deleuze, Beauvoir, y otros que hoy, replanteando el pensamiento gramsciano, han puesto en la escena política por boca y acción de estos frente amplistas que hoy quieren no solo reescribir la historia sino refundar el país.
La aterradora ignorancia de la pseudo derecha de todos los matices ha hecho posible el avance de toda esta estructura de pensamiento, ya que al carecer de su verdadera formación han preferido sumarse a sus destellos. Piñera en su infinita ambición, cree poseer las habilidades carismáticas para conquistar la voluntad del pueblo, para lo cual se ha puesto al servicio del frente amplio con la oscura finalidad de ser El Salvador de Chile, obligando a sus empleados, todos políticos que conforman su empresa llamada Chile Vamos, a buscar los acuerdos necesarios con la izquierda con el propósito torpemente manifiesto de ser un “hombre de diálogo” o como dijo en el avión un “hombre de estado”
La verdad es que no hay vergüenza y la impudicia política para engañar al pueblo no tiene límite .El cobarde por antonomasia que poniéndose a cubierto de las amenazas de la izquierda, entregó la constitución y nos sumió en un proceso de inestabilidad de todo orden que ya lleva más de 4 años de intranquilidad ciudadana. Pero no es todo, desde que era dirigente y generalísimo de la campaña de Buchi, al que hizo cometer todo tipo de errores haciéndolo fracasar y renunciar para luego volver, pero el daño ya estaba hecho. Fue electo senador, campaña durante la cual utilizó todos los medios inescrupulosos para atacar y destruir la posibilidad de su compañero de lista. Electo senador persiguió a miembros de la Corte Suprema acusándolos constitucionalmente.
Las intrigas continuaron y llegamos al caso espionaje que en un programa de televisión fue noticia de impacto y no solo se mostró la peor cara de los políticos sino que la marca Kioto se hizo famosa. Como Presidente pasó por alto la institucionalidad medio ambiental vigente en el país y con una sola llamada telefónica desde la Moneda pactó la bajada del proyecto de la Central Hidroeléctrica Barrancones, pese a que dos días antes la Corema de Coquimbo había aprobado el millonario proyecto energético. Poco después se supo que la familia y alguno de sus socios tenían intereses en otro proyecto en la zona que cobraba fuerza, Minera Dominga, justo ahí donde se instalaría la termoeléctrica. Saque Ud. de su memoria los recuerdos y no olvide cómo actúan los políticos.
Ahora, en tiempos del Progresismo Gramsciano, Boric y Piñera se ponen de acuerdo para ¡Oh sorpresa! fomentar la centro izquierda. Con un presidente en el suelo el ex intenta posicionarse de la crisis que él mismo creó. Corrupción y sinvergüenzura ese es el mal que corroe Chile.
Dele a estos inescrupulosos el merecido castigo, tome en diciembre un lápiz y marque en Contra, se salvará Ud. y recuperará el honor de la Nación. Sus hijos se lo agradecerán, pero sobre todos sus nietos tendrán un país con futuro.
El Almirante Merino tenía razón.
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