10 DE MARZO DE 2024 

 

 

 

 

 

Hermógenes Pérez de Arce


Chile hoy es un país que necesita un Pinochet, pero tiene un Boric. Mucha gente se ha dado cuenta de eso y se ha dedicado a tratar de deshacerse del segundo por las vías legales, naturalmente. Entonces cerca de siete mil personas firmaron un documento dirigido a la Cámara de Diputados y otro al Senado, que un personaje de la televisión conocido como "el tío Kelly", de Concevisión, entregó en la oficina de partes del Congreso, acompañado de unos centenares de seguidores. Fue un acto público realizado el lunes 4 de febrero y el abogado Maximiliano Lobos, desde un estrado, explicó lo que se perseguía obtener. Todo dentro de la más estricta legalidad.

Dijo que se solicitaba a la Cámara que no menos de diez ni más de veinte diputados presentaran una acusación constitucional contra el presidente Boric, basados en el art. 52 N° 2 letra a) de la Constitución, que establece como causal de destitución del Jefe del Estado "haber comprometido gravemente la seguridad de la nación".   

Como se sabe, el presidente Boric no sólo se negó, tiempo atrás, a recibir las credenciales del embajador de Israel, lo cual constituyó un desaire que fue comentado internacionalmente. Además, recientemente ha ordenado excluir de la Feria del Aire y del Espacio, FIDAE, al mismo país, Israel, lo cual parece ya una sistemática hostilización contra dicha nación. Pero si esta última se hiciera eco de los desaires recibidos, podría instar por suspender o interrumpir el abastecimiento de elementos fundamentales para la defensa nacional empleados por la Fuerza Aérea, la Armada y el Ejército. Es decir, aquellas actuaciones del gobernante implican poner en grave riesgo la seguridad nacional, al exponernos a una indefensión armada. Si una mayoría de diputados y dos tercios de los senadores concordaran en que el Presidente ha comprometido gravemente la seguridad nacional, él podría ser destituido de su alto  cargo.

En la petición dirigida al Senado, los casi siete mil solicitantes le piden a la cámara alta que, de acuerdo a la atribución que le da la Constitución en su artículo 53 N° 7, declare la incapacidad mental del Presidente de la República para desempeñar el cargo. Un solo senador se requiere para presentar dicha moción, la que naturalmente debe ser fundada en antecedentes médicos fehacientes y en actuaciones específicas del presidente que puedan hacer dudar de un sano juicio. La moción debe ser sometida a la sala y ésta debe resolver por mayoría de votos sobre la inhabilitación del presidente. El Senado debe oír, y sólo oír, al Tribunal Constitucional al efecto.

En ambos casos la inhabilitación del presidente daría lugar a que el Congreso Pleno, previamente convocado para tal efecto, eligiera al ciudadano (expresión que comprende los de ambos sexos) destinado a completar el período presidencial que esté aún pendiente a la fecha de la destitución del mandatario cesado.

Son cursos de acción que diez diputados o un senador (o conjuntamente los unos y el otro) podrían poner en marcha en cualquier momento. Porque para lograr tener al Pinochet que se necesita, es preciso primero poner término al mandato de Boric.

Fuente: http://blogdehermogenes.blogspot.com/

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