26 DE MARZO DE 2024 

 

 

 

 

 

Hermógenes Pérez de Arce


Siempre dije que Sebastián Piñera trabajaba para la izquierda. Siempre dije que su trágico fallecimiento era un hecho de enorme importancia política. Siempre dije que el sector más perjudicado con su pérdida iba a ser la izquierda.

Ahora un destacado ideólogo de esa tendencia, Eugenio Tironi, en su columna de El Mercurio de ayer, me ha dado la razón. Advierto que Tironi es tan de izquierda que siempre es convidado a los foros de Icare y al Encuentro Nacional de la Empresa. Socialista de partido, llama "estallido social" a la insurrección del 18 de octubre de 2019. Votó, por supuesto, "Apruebo" ambas veces, el 25 de octubre de 2020 y el 4 de septiembre de 2022; y por Gabriel Boric en ambas ruedas del 2021. Como cierre de su citada columna escribió ayer lo siguiente:

"Sebastián Piñera fue la barrera para quienes promueven un clima que, al menos para una parte de los chilenos, trae sombríos recuerdos. Como nunca, se le echa de menos".

"Quienes promueven un clima" son, por supuesto, la derecha política que apoyó la Revolución Militar, que fueron a la vez, en conjunto, los fundadores de los "mejores treinta años de la historia de Chile", 1985-2015. Años caracterizados fundamentalmente por la libertad y el orden, los dos grandes valores de la derecha.

Paradójicamente, esos "mejores treinta años" fueron logrados haciendo todo lo contrario que el presente gobierno, del cual es partidario Eugenio Tironi. Gracias a Gabriel Boric "el PIB per cápita se redujo en 3,3 %... el consumo privado per cápita se redujo en 10,8 % y la inversión per cápita en 16,4 %". (Klaus Schmidt-Hebel, El Mercurio, 26.03.24).  

En 1985, dejados atrás los avatares de la "crisis de la deuda" y "la década perdida de América Latina", de la cual Chile fue el primer país en salir, privatizando en lugar de estatalizar, aplicando mano dura al delito y al terrorismo (legó mil presos del MIR y del FPMR a Aylwin, que se encargó de liberarlos); bajando impuestos en lugar de subirlos; congelando el salario mínimo, que condujo al 5 % de desempleo en enero del 90; impidiendo la entrada de inmigrantes ilegales, respetando la tradición araucana, por lo que no hubo conflicto alguno en la zona que habitan esos chilenos que "con su sangre nos legaron por herencia el valor", Chile pasó a ser otro país distinto del de hoy y de las ruinas del recibido por la Revolución Militar en 1973. Ambos, meros despojos debido al izquierdismo, debatiéndose en los últimos lugares del hemisferio.

Y tiene razón Tironi, tanto como tuve razón yo: "Sebastián Piñera fue la barrera" que nos impidió reeditar esos mejores 30 años. Pero sólo él dice: "Como nunca se le echa de menos", pues yo, como nunca, al que echo de menos es a Pinochet. 

Fuente: http://blogdehermogenes.blogspot.com/

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