Osvaldo Rivera Riffo
Presidente
Fundación Voz Nacional


Cualquier persona con dos dedos  frente o como diría un  republicano chilensis “con  sentido  común”, pensaría que un funcionario público que ostenta el cargo de embajador y más encima en el país más importante del mundo, no es el loro  del organillero de campañas políticas y menos banderero del candidato de su preferencia.

Para todos los que algo sabemos de dicha responsabilidad, no son personas ni con superioridad moral ni con arrogancia, basado en: porque mi papito lo fue y yo quiero ser mejor y superarlo.

Conocí a los  padres de este socialista extremo. Él fue siempre un contradictor, pero caballero. Ella, en su estilo, más intolerante y dura. Familia que creía que fue tocada por el dedo divino para influir y gobernar Chile.

Gracias a Dios la vida se encargó de impedir eso y en su ya largo paso por este mundo descansan en paz, dejando un vástago que molesta y que sin duda alguna en  su creencia en su superioridad moral, piensa que en el país donde está trabajando su misión es solo  política activa, en contra de un pueblo que eligió un destino muy distinto al que ofrecen sus convicciones.

Ha tenido un comportamiento demencial y por tanto se hace necesario que el país tenga claro cuáles son sus funciones como empleado público y cobrar la cuenta. Revisemos  cuáles son las tareas de un EMBAJADOR:

  • Es el representante de mayor rango del presidente de su país en el Extranjero
  • Dirige al personal y a los diplomáticos que trabajan en la embajada o misión.
  • Es un representante y promotor de la diplomacia
  • Su misión es fortalecer y mantener las relaciones comerciales entre los países
  • Contribuye a la solución pacífica de los conflictos
  • Negocia acuerdos bilaterales
  • Ayuda y protege a los ciudadanos que viven en ese país o están de turistas, de algún problema con el país anfitrión.
  • Actúa como enlace oficial entre los gobiernos.
  • Transmite información relevante sobre políticas, y decisiones que puedan ser importantes  y que afecten las relaciones.

Estas son sus ineludibles obligaciones, como para desviarse andando detrás de Kamala y llevándole con su presencia “como representante de muy alto grado del gobierno su apoyo”, la buena onda a la candidata marxista, anticristiana y progresista y levantando rótulos con los peores epítetos para el candidato decente opositor.

Nada se puede esperar de gente que no mide las consecuencias, que no sean ideológicas y serviles a un proceso revolucionario.

Así es que si Trump tiene anotado en una libretita a los indeseables avecindados, ahí tendrá que sacarla, repasar los nombres y simplemente colocar al lado de cada nombre “Persona non grata”

Y con ellos el señor Valdés Soublette, de patitas en la calle siendo Nicaragua, Venezuela, Corea del norte o Cuba, las limitadas opciones posibles. Ningún gobierno del mundo le daría cartas credenciales.

Uds., señor señora ya saben qué hace el buey adonde llega… ara… y defeca en la mancera.

Si algo tiene de dignidad, debería renunciar a su responsabilidad ya que la ha ejercido irresponsablemente en contra de los intereses de la Nación.

Si no lo saca Ud. señor presidente, para ahorrarse una vergüenza internacional lo echarán ellos y a Chile por soberbia lo habrá metido en otro  cocinamiento putrefacto de su agónica refundación.

Adiós Gabito Valdés, tendrás un lindo diploma en latín con  la leyenda “Persona non grata” y seguramente alguna fundación te entregarán en reconocimiento para recuperar el estipendio y granjerías que te otorgaba el cargo. Ahora, si prefieres quedar anclado como quedaste con el pensamiento de Marx, deambula por las calles de Santiago con un rótulo de que diga “homeless” de la diplomacia.

En el ambiente local, los progres de todos los barrios refregándose el pellejo con lejía  para salir luego de las iglesias cristianas con velo y el misal bajo el brazo para agradecerle a Dios por haberle pulverizado su doctrina y decirle a Dios que los libros de Sartre, Deleuze, Foucault, o su parejita Daniel Defert, Guattari  y otros que en el terror colectivo los tiraron a la chimenea.

No sea complaciente y tenga presente todo el daño que han hecho los globalistas, aunque algunos le quieran convencer  mostrándoles  la perra kuki o izando el trapo de la diversidad. La Matthei es globalista consumada, como su piñiñento grupo asesor programático en el cual destaca la Sabát que llegó a senadora por secretaría, sin saber ni siquiera qué es un porcentaje.

Toda esta gente que ha vivido de la política, no tienen escrúpulos de nada. El embajador Valdés (con minúscula) hace lobby en cuanto medio nacional ha encontrado para justificar su posición frente a la elección norteamericana y así sostenerse en el carguito, ya que los medios de comunicación El Mercurio y otros aplauden su intromisión.

Por su parte la autoproclamada globalista candidata ha dicho que es necesaria la unidad con republicanos en el futuro gobierno. Era lógico que la doña ahora diga esto, antes dijo que lo más perjudicial para Chile era un triunfo de los republicanos. Ese guiño no es gratis. Ella sabe que no es santa de la devoción de Trump pero arrimándose a Kast le podría resultar y se vuelve a equivocar. Los republicanos norteamericanos no tienen ninguna simpatía por ninguno de ellos. Son políticos disfrazados, embusteros y desleales. Ambos abrazaron el proceso constitucional que destruiría Chile y ella declaró: ¡La constitución que nos rige está muerta! y Kast apoyando.

En chilenos bien nacidos ese tipo de conducta política es imperdonable.

Si Ud. olvida estas cosas votará por un tercer proceso constitucional que doña Evelyn Rosa se lo debe a la izquierda.

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