Osvaldo Rivera Riffo
Presidente
Fundación Voz Nacional


Hay detergentes que lavan y dejan impoluta toda vestimenta, piso, paredes o cualquier superficie. Lo mismo pasa con los mecanismos que tienen las instituciones bajo el estado de derecho, para limpiar de corrupción, tráfico de influencias,  prevaricación, ilegalidades constitucionales, etc. la administración del estado y devolver a la ciudadanía la transparencia y fe pública que tanto han dañado la política, la justicia, el ejecutivo y tantas otras instituciones de carácter nacional.

El caso audio y los coletazos de Hermosilla, hoy apuntan a la Corte Suprema, la cual se ha apurado en abrir un cuaderno de remoción de una magistrado por sus vínculos con el principal implicado en este caso que remece a la opinión pública de todo el país

Es interesante lo obrado por la suprema pero curiosa la rapidez de su acción. Una cucharadita de blanqueador no limpia todo el entramado judicial, como tampoco creo que la Sra. Vivanco sea el chivo expiatorio de los magistrados de toda la “excelentísima”, ya que se requerirán operaciones de limpieza de todo orden para que ese poder del estado vuelva a entrar en el carril del estado de derecho y a impartir justicia con imparcialidad, apegados a las normas chilenas y no a acuerdos o convenios de interés ideológico.

El congreso tiene la oportunidad única de dar muestras de bien común e iniciar una acción prevista en la constitución al margen de intereses partidistas, de lo contrario la limpieza será como un juego de palitroques muy dañino para el orden institucional. No olvidemos los alcances de la última encuesta Criteria que indican que los partidos políticos y el congreso son los más desprestigiados y, en cuanto a corrupción, tanto Chile Vamos como el Frente  Amplio corren a corta distancia. Por tanto a Chile Vamos le haría falta un análisis más serio de la realidad y dejar los Excel y el conteo de votos y ponerse serios. Es preferible una lavadita con jabón gringo, aunque queden con olor a lavandería a que sigan oliendo  rancio, con tanto perfume ordinario que se echan para tapar el mal olor que expelen.

Es una obligación patriótica de la derecha seria tomar el asunto en sus manos y agarrar con fuerza el jabón gringo. Si así no se hiciese, entonces cobra sentido que esta es una maniobra comunicacional de gran envergadura ya que dicha derecha seria, por falta de organización y de recursos, no ha tenido la capacidad para unir y acreditar dos variables relevantes en su discurso:

A.- El arribo de Hermosilla al ministerio del interior el año 2010 en Piñera-1 y la reactivación masiva de causas por dd.hh. contra ex uniformados por esa secretaría de estado. En este contexto habría que hacer claridad sobre el vínculo estrecho del investigado con uno de los ministros de la segunda sala.

Entonces, si la derecha seria deja pasar por alto esta consideración de máxima gravedad, nos podemos encontrar bajo un montaje de proporciones inimaginables donde algunos políticos y para que hablar de los empresarios, no han entendido nada de nada… unos con el fin de contar votos y los otros para “bolichear”. Para ambos, el 18 de O no les dejó ninguna lección no queriendo entender que estamos en plena revolución, por ahora de carácter psicológico.

B.- A estas alturas está más o menos  claro que el caso audio es una operación psicológica, articulada desde algún partido extremo vinculado al gobierno ya que posee todas las características  de otras operaciones de esta naturaleza comunicacionales – penales, donde al abogado defensor se le reconocen vínculos estrechos con un conocido periodista que dirige un panel de opinión.

En este contexto la derecha empresarial, acostumbrada a rendir pleitesía a quienes posan de sabios, aparece carente de liderazgo que le permita con mecanismos claros de inteligencia, abordar una situación tan grave como esta.

Dicho lo anterior aquí no se necesitan gritones que empujen una guillotina. Lo que Chile necesita es cabeza fría, centrar el blanco y apuntar la ballesta con varias flechas a la vez.

El mal se mata de una vez y no se deja pataleando. Por lo general cuando se deja a medio morir saltando aparecen los curanderos de izquierda a remediar el asunto, partiendo por la victimización y luego buscando otro elemento que distraiga a la ciudadanía a otra noticia donde los medios ayudarán gratuitamente a olvidar el anterior. Una teoría aplicada desde hace mucho en la historia política del mundo. ¿O es que alguien se acuerda de Caval, Penta, Soquimich, las Fundaciones y el doctor psiquiatra experto en pintura de brocha gorda o en la diputada manos largas? En  tiempos más remotos ¿se recuerda también a la Gemita Bueno y el Cura Jolo, orquestado también por un conocido y actual comunicador social de televisión?... ¡Nadie! Y así se sigue emporcando la vida ciudadana.

Concluyendo:

(1) No hay que seguir la ruta marcada por el Gobierno y el Frente Amplio, de cargar todos los dados sólo contra Ángela Vivanco. Ellos están consumando una operación "contra la derecha".

(2) Debe extenderse la investigación a todos los jueces de la Suprema que han sido o puedan ser mencionados como influenciados por Luis Hermosilla.

Esto tiene que zanjarlo el Senado, en ejercicio de sus atribuciones constitucionales, y no los mismos ministros de la Suprema, que son parte interesada.

(3) Debe abrirse una querella criminal para investigar las filtraciones. Este hecho, es mucho más grave de lo que se le achaca a la Vivanco, y está pasando desapercibido en los medios.

Pongan ojo, la opinión pública exige absoluta verdad y transparencia.

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