Osvaldo Rivera Riffo
Presidente
Fundación Voz Nacional


Los análisis que se han realizado a partir de las 18:30 de la tarde del domingo 7 de Mayo vinieron a confirmar que el país, la Nación entera se expresaría mayoritariamente en contra del espurio proceso constituyente 2.0 ideado por las cúpulas políticas.

Los resultados no se hicieron esperar. Mesas en distintas zonas del país fueron arrojando cifras increíbles, donde los votos nulos fueron mayoría conformando un universo al final de la jornada de más de 2 millones de votos.

Por cierto no se hicieron esperar las interpretaciones antojadizas. El senador Edwards sostuvo que esos votos reflejaban la falta de claridad del proceso, agregando que dichas personas votaron nulo por desinformación. En otras palabras más de dos millones de chilenos, para el senador por Santiago son ignorantes. Entonces permítame una observación, esos dos millones de ignorantes se transformaron en la segunda fuerza electoral por sobre todos los partidos políticos, a excepción del Partido Republicano.

Pero quisiera aclarar algo más: los que fueron la cara, valientemente, explicándole al pueblo que el proceso era ilegal y al margen del Estado de Derecho fue gente intelectual y académica, muchos de los cuales son destacados abogados especialistas en derecho constitucional. Sin embargo para los políticos tradicionales se hace necesario ningunear esta alta votación para tapar su vergüenza. Hubo otros personajes de izquierda que sin tapujos reconocieron que el voto nulo era sin duda un rechazo al proceso que se estaba desarrollando liderado por las cúpulas políticas y que había que tomarlo en serio como una señal potente que daba una parte importante de la ciudadanía.

Triste papel cumplieron los partidos de la llamada ex concertación PPD, DC y Radicales cuya alianza no obtuvo ningún consejero y peor aún, quedaron al borde de la extinción. La Sra. Frei y su camarada Andrés Zaldívar hicieron un papel bastante poco decoroso para sus años de circo.

Los que están metidos en un cacho y tapados con otro son la alianza Chile Seguro donde alcanzan a elegir 11 consejeros, pero la votación por partido es francamente penosa. Evópoli, ese engendro partidista progre obtiene 400 mil votos a nivel nacional, comparados con los votos del republicano por Santiago Luis Alejandro Silva que obtiene más de 700 mil votos sólo en la región metropolitana.

La UDI requiere de un análisis más profundo. Su presidente el señor Macaya, senador por O’Higgins e impulsor denodado del nuevo proceso constituyente  no logra imponer a su candidato en su propia zona, al igual que el diputado Shalper, guaripola del Estado Social  Democrático de Derechos, en la misma zona pierde su candidato.

En Valparaíso, la zona del senador Chahuán, tampoco uno de sus candidatos logra el triunfo.

Esto demuestra que dichos dirigentes tuvieron la osadía de desconocer el triunfo del rechazo del 4 S y sin apoyo ciudadano de ninguna especie, demostrado en esta elección, pretendieron imponerle a Chile sus personales convicciones y acuerdos de carácter progresista con el gobierno del señor Boric, transformando sus ambiciones en un cataclismo político para sus colectividades y para las aspiraciones de los muchos viejos políticos que añoran la presidencia de Chile.

Es de esperar que con la lección recibida comprendan que en política los principios y valores se defienden, no se transan y den un paso al costado antes que por la fuerza de los hechos sus colectividades se vayan a pique, fundamentalmente por traicionar los fundamentos esenciales que le dieron origen.

La baraja política hoy se mueve de distinta manera. El pueblo soberano ha vuelto a rugir y le  ha entregado un mandato claro al Partido Republicano: defender el valor de la persona humana por sobre el estado, defender el estado de derecho, defender la libertad, el estado nación, la soberanía nacional, los valores consustanciales al derecho natural, la identidad nacional, el derecho de propiedad, el respeto a las FFAA y de Orden y su plena incorporación a la carta fundamental. En fin, todos aquellos elementos que han hecho posible que Chile haya sido un referente de imitación en Latinoamérica y el mundo.

Los republicanos tendrán que actuar con consecuencia y no dejarse arrastrar por cantos de sirena, envolviéndose en acuerdos y “transacas” políticas propias de la cocina que nos llevó a este periodo de inestabilidad política y responder a la ciudadanía con la claridad de la confianza recibida. Por cierto, mirar con preocupación al voto nulo que fue una expresión contundente de la defensa de lo indicado en el párrafo anterior e intentar amalgamar una fuerza más potente para defender Chile.

Finalmente, la segunda derrota electoral sufrida por el gobierno que en este proceso ni siquiera queda con derecho a veto, debe hacerlos meditar dejando de lado el mesianismo y la soberbia y reconocer que no están capacitados para liderar agrupaciones políticas ni menos gobernar con ellas. Deben cuidarse ya que a pesar del 28% obtenido en la sumatoria del cúmulo de agrupaciones que la conforman, el que más tiene votos, es el partido comunistas que hará sentir el peso de ser mayoritario en la “coalición gobernante”

Como corolario de la jornada, hubo gente capaz y sensata que supo orientar al país y dejar una base clara de más del 20% entre nulos y blancos como base para estructurar el  rechazo de diciembre, ya que a mi juicio este fue un plebiscito de entrada en que se rayó la cancha;

¡Ahora, del Partido Republicano depende!!!

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