Osvaldo Rivera Riffo
Presidente
Fundación Voz Nacional


Sin duda alguna que la entrevista realizada a Juan Pablo Orrego, un cientista político miembro de Comunes en la radio de la Universidad de Chile, deja caminos de comprehensión muy despejados para entender a cabalidad el proceso político que hoy vive y preocupa a los chilenos. Desde ya, su declaración sosteniendo que “el Frente Amplio, efectivamente ha sido una fuerza que ha bregado por los derechos de distintas minorías étnicas, también derechos de distintas disidencias sexuales y eso no es secreto para nadie. El Frente Amplio se define como feminista o al menos intenta impulsar ese tipo de políticas, pero en ningún caso eso ha implicado que el Frente Amplio ha dejado de lado “reformas más estructurales” tanto sea en lo que refiere como derechos laborales pero también en la construcción de un Estado social y democrático de derechos.”

Como estos ideólogos miran y piensan tratando de empujar sus conocimientos y recetas poniendo como ejemplo países que han vivido una experiencia similar al buscar derroteros en el pasado en lo que hoy plantea Orrego, por tanto me permitiré abordar latamente algunas consideraciones referidas a los países nórdicos y particularmente a Suecia ya que la izquierda, como he dicho, la saca a relucir para proclamar su ideología y así justificar sus intereses refundacionales, especialmente aquellos en que con  políticas socio- culturales se han impuesto en los países europeos desde hace algunas décadas y bajo gobiernos con primeros ministros y coaliciones de  izquierda, pero naturalmente bajo un régimen monárquico que garantiza la identidad y tradiciones de cada uno de ellos. Es el caso del Estado Benefactor.  Ningún país del norte de Europa con larga historia como Suecia, Noruega Dinamarca, Holanda,  a excepción de Finlandia que es una República democrática parlamentaria nueva ya que se independizó de Suecia en 1809 para posteriormente y hasta 1917 ser  anexionada por Rusia, conocida como el gran ducado de Finlandia, se ha escapado de este sistema que ya está en crisis. En Finlandia, por ejemplo, con poco más de 100 años se ha transformado en una de las economías más prósperas de Europa sustentada tanto en el área de servicios como en la manufactura y donde se desarrolla con fuerza el conocido esquema político de Estado de Bienestar.

Su característica principal es monopolizar los bienes y servicios públicos reduciendo el emprendimiento individual y la inversión de las riquezas individuales y esto ocurre en las 4 categorías en que este tipo de políticas se ha impuesto en toda Europa

En el nórdico que involucra a los países mencionados, existen desde hace décadas situaciones de crisis derivados de nuevos paradigmas que impactan el esquema social.

En este sentido, se argumenta que son dos las dimensiones principales de la crisis. La primera radica en el hecho de que en los años 70 terminó una época de expansión constante de los derechos sociales que consagra el modelo comentado, registrándose un detenimiento  de la  extraordinaria expansión del Estado de Bienestar desde la posguerra y fundamentalmente entre los años 1960/1975 acreditándose una alteración significativa sobre todo en las bases de legitimización.

La segunda es consecuencia directa de la anterior y que no es otra cosa que la transformación de los procesos productivos y de los mercados del trabajo, factores que han debilitado fuertemente el paradigma igualdad-pleno empleo, que es un compromiso fundacional del sistema del Estado Benefactor y crucial para la legitimidad del modelo.

Las consideraciones del Estado de Bienestar llevaron asociados una serie de cambios en la estructura valórica de la sociedad que se comienzan a implementar a fines de los 70 en sintonía con expresiones de mayor libertad proclamada desde las posiciones filosóficas posmodernas y así llegamos a Suecia, uno de los países definidos como uno de los más amorales del mundo, hoy está echando marcha atrás en aspectos muy significativos para la dignidad y valor de la persona humana. Teniendo presente que fue el primer país del mundo que permitió las operaciones de cambio de sexo, sin embargo independiente de sus parámetros morales, Suecia es un país pragmático y ha concluido que todas las políticas de género no arreglaban las distrofias del mismo y por tanto ha prohibido su aplicación.

Una razón fundamental y práctica es el aumento de suicidios entre los operados que es mucho mayor que entre los que presentan el problema y  no se operan. Pero es que hoy Suecia a puesto como primera opción y mayoritaria al partido Democrático, de posición política conservadora y que no está dispuesta a gobernar con la derechita cobarde presente en muchas naciones y que lo único que ha hecho es salir a robar votos del conservadurismo para luego pactar con la izquierda. Estafa presente en todos los países de américa latina. Sin embargo en ya varios países de Europa y fundamentalmente en Italia y Suecia, como Hungría y Polonia no se pacta con el socialismo. En  estos países se está demostrando con fuerza el fracaso del socialismo y rompiendo con la hipocresía de lo que llaman centro (de derecha o izquierda). Es una palabra tóxica que solo sirve para los comerciantes de votos o de influencias políticas, convirtiéndose en el peor engaño de todos los tiempos.

Es así como en Suecia se ha impuesto un programa con amplio respaldo a los valores tradicionales de la familia, a la defensa de la propiedad, a la defensa de las fronteras, al rechazo a la inmigración ilegal y a la defensa de sus costumbres y tradiciones y, sobre todo, a la defensa de los valores de la cultura occidental. Esto está pasado en Suecia y la prensa y los medios de comunicación internacionales lo ignoran ya que se han opuesto terminantemente a todo el planteamiento globalista de la teoría de género ya qué tal cómo lo hemos indicado en innumerables artículos, entrevistas y aportes científicos de los cuales hemos nutrido nuestra información indican que la ideología de género es una antropología que se basa en el prejuicio de que nuestro cuerpo no determina nuestra identidad sexual. Hasta la saciedad hemos refundido las opiniones de los especialistas para indicar que es solo fruto intelectual del freudomarxismo de los años 60 con toda esa pléyade de filósofos, sobre todo franceses, que basan su pensamiento en que lo material carece de  sentido fruto de la evolución ciega de los elementos del azar. Así nuestro cuerpo no nos da ninguna información relevante y por tanto la identidad humana depende de la autodeterminación de nuestra mente. Dicho planteamiento aplicado a la sexualidad se rige por decisiones  voluntarias.

En contraposición a esta ideología diabólica no hay que perder de vista que solo existen hombres y mujeres y la teoría de género deja en total indefensión  a los menores que se ven golpeados en escuelas y colegios desde muy temprana edad por esta maniobra ideología que rebaja la condición del ser humano. Las leyes “trans” que se han aprobado, son una trampa que  deshumaniza a la persona humana y desprecia a la mujer.

Hay que tener claro qué hay certezas naturales sobre este tema. No existe un ser humano asexuado que luego devenga en hombre o mujer. En la realidad como certeza absoluta sólo existen ambos sexos. La masculinidad y la feminidad nos identifican y nos define. Biológicamente: se es varón o niña desde que eras cigoto en el útero de la madre y así se mantendrá hasta el día de su muerte. Todas  las células del cuerpo están sexuadas. Si se anula por medio de una ley se anula la persona misma. Entonces si admitimos que no existe el sexo, aceptamos  que no existe el ser humano.

Toda las leyes y normas que se han aprobado en el parlamento chileno incluso en el gobierno de Piñera, llegando a llamar a un ministerio con el apellido equidad de género, son todas normas liberticidas mediante las cuales el poder político hace suya una visión de la sexualidad que impone a toda la población, lo que termina conculcando la libertad ya que se generan nuevos delitos, ya que no se puede hablar libremente de estas materias.

Esto hay que detenerlo y con ello provocar su caída lo más rápido posible, tal como ha ocurrido en Suecia uno de los paradigmas de la nueva izquierda.

No tenga miedo, hable y denuncie, preocúpese de la educación de sus hijos y no la deje en manos del estado como pretende el nuevo proyecto constitucional.

No caiga en el juego de la autocensura que encierra esta perversa ley y defienda su libertad.

En Contra, es nuestro compromiso en el plebiscito de salida de fin de año, para terminar y para siempre  con la amoralidad reinante.

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