Osvaldo Rivera Riffo
Presidente
Fundación Voz Nacional


En la columna anterior indique que todo apuntaba a que esta escalada de incendios obedecía a un plan siniestro de la izquierda extrema que apoyada por terroristas fuertemente armados con armas de guerra golpean la zona centro sur del país.

Las denuncias y las pruebas que demuestran lo anterior están a la vista y así se lo han hecho ver a la fiscalía, al ministerio del interior, a las autoridades regionales etc. etc. etc.

Pero todo sigue un curso programado, gran parte del gobierno en vacaciones. La ministra de RREE acusó el golpe de su desprolijidad  y falta de preocupación por coordinar la ayuda internacional y resolvió reasumir  el lunes 13 de febrero de su “descanso” en Costa Rica.

Los empresarios han ido uno a uno haciendo ver la gravedad del problema y tal como lo indicara en las líneas de la columna “El país en llamas “esta situación acarreará a todos los chilenos consecuencias muy serias en lo económico/social y en lo político, Sin duda un desembolso gigantesco de dinero para sostener la ilegalidad de un proceso constitucional en el cual la gran mayoría del país no cree y rechaza con energía el partidismo político que se ha adueñado de Chile.

Los ataques con armas a la población en distintos sectores incendiados, como los disparos efectuados a helicópteros que controlan el fuego habla claro de una desestabilización institucional cuyo propósito es acercar más a sus intereses la revolución refundacional propiciada por el comunismo, frente amplio y todos los grupos que apoyan al actual gobierno.

El día 10 de febrero cuando escribía esta columna leí en El Líbero lo siguiente “Ataques a las torres de retención de incendios, amedrentamiento al personal de bomberos y brigadistas, caminos obstaculizados, daños a las redes de comunicación, incendios recurrentes en un mismo lugar que antes habían sido completamente extinguidos y los llamados “multifocos” son algunas de las acciones del sabotaje que han tenido que enfrentar quienes se hacen cargo de combatir el fuego que azota en la Araucanía y el Biobío”.

El Sistema Nacional para la Prevención y Mitigación y Atención a Desastres (Senapred) informa qué hay 323 incendios en el país de los cuales 150 están ocurriendo en la Araucanía y 105 en Biobío y los 28 detenidos como causantes de los incendios intencionales, dejan muy pocas dudas de su acción coordinada para destruir 343.000 hectáreas, a la fecha.

Sin embargo se han informado 1.120 focos de incendios con presunción de intencionalidad. Los brigadistas forenses de Conaf han informado 478 (43%) y los de empresas forestales, 642 (57%)

Para explicar esta situación se buscan diversas excusas que soslayan el problema de fondo, sin mencionar por parte de las autoridades qué hay una acción subversiva desestabilizadora del orden institucional en marcha.

Esto queda demostrado por las recientes declaraciones del Señor Boric quien en un punto de prensa, refiriéndose a los ataques con armas de fuego a los servicios aéreos que están impidiendo la propagación de los incendios, indicó que se perseguirán y que “les va a costar mirar a los ojos, después”

¿Será posible tanta miseria espiritual, tanta simpleza brutal para referirse a la destrucción de la Nación y al despojo de la República? ¿A quien más le puede interesar que un país quede destruido en sus fuentes productivas, cosechas quemadas, miles de familias con sus hogares quemados, caminos e infraestructura aniquilada por efecto de las llamas?

¿A quiénes otros, si no a quienes han llamado a destruir el país para la refundación para después, desde la pobreza, sojuzgar al pueblo bajo el yugo de la dictadura?

Yo no soy político ni delincuente, señor Boric y no me cuesta nada mirarlo a los ojos y demandarle que sincere su verdad.

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