Osvaldo Rivera Riffo
Presidente
Fundación Voz Nacional
Aunque la frase se utilizó en 1891 en referencia al año 1870, cuando la Iglesia Católica definió el dogma de la infalibilidad del papa, fue popularizado por la Reina Isabel II el 24 de noviembre de 1992 durante el discurso de Guildhall por el 40 aniversario de su coronación, en el que describió ese año como annus horribilis. Expresión latina para referirse a un año terrible y que ha sido utiliza pocas veces. En los 22 años que han corrido del siglo XXI numerosas han sido las veces que la expresión se ha usado. Un caso emblemático fue por ejemplo cuando Kofi Annan secretario general de las Naciones Unidas se refirió al escándalo por corrupción titulado “petróleo por alimentos” donde estaba involucrado Irak, pocos días antes del desbastador tsunami del Océano Índico. La expresión opuesta annus mirabilis, es un término tradicional que significa año milagroso y como referencia histórica es el nombre que llevan los cuatro artículos que Albert Einstein publicó en Annals of Physics, revista científica en 1905. Estos cuatro artículos fueron importantes contribuciones a la fundación de la física moderna, revolucionando la comprensión científica de los conceptos fundamentales de espacio, tiempo, masa, y energía.
Desgraciadamente el año 2022 para Chile sin duda ha sido un annus horribilís. A partir del 11 de marzo se desencadena una sucesión de sucesos que han marcado sistemáticamente la trágica vida de nuestro país.
Ese fatídico 11 de marzo, el Rey de España se vio envuelto en una intriga por los asesores del Presidente Boric, lo que llevó a la prensa española acuñar con el seudónimo de Merluzo a nuestra primera autoridad el que ya forma parte del lenguaje colectivo nacional para referirse a SE cada vez que comete un disparate, incluidas sus presentaciones en desfiles de revisión de tropas en las instituciones armadas, donde se refleja claramente una distorsión neurosiquiátrica evidente.
A lo anterior se suman los desaguisados de la cancillería, la que no ha dejado de caminar por el sendero que conduce a un año horrible, llevando la guaripola el subsecretario de relaciones económicas internacionales. Pero la guinda de la torta fue recomendar la visita de estado del presidente del Perú el 29 de noviembre, depuesto una semana después, a sabiendas de la crisis política que vivía ese país.
En fin, un año marcado por la inexperiencia, la desprolijidad, pero sobre todo la soberbia, arrogancia e ignorancia que caracteriza a todos los involucrados en este gobierno, incluido sus parlamentarios afines que siguen en la línea de la refundación del país.
La lista, sin duda, incluiría más de 300 días y cada uno amarrado por una cadena de fracasos e imprudencias cuyos protagonistas se empeñan en imponer su verdad, aunque a gritos se escuche las consecuencias nefastas de sus acciones. Un elenco de inservibles con abundantes títulos académicos y cero experiencia laboral, pretenden sojuzgar al pueblo de Chile, incluida la idea de un nuevo proceso constitucional cocinado entre políticos que se ríen a diario de la voluntad popular expresada el 4S, con un rechazo de repercusión mundial.
Sin duda un annus horribilis, en el cual el país termina sin un derrotero político claro. Con una oposición inconsistente, con absoluta falta de rigor conceptual y defensa de principios y valores. Las pocas voces que emergen del hemiciclo parlamentario son aniquiladas por una presa corrupta o por el show business político, tan atractivo para algunos que matarían por tener un minuto de fama permanente.
Por eso la frase acuñada por la famosa reina Isabel II (Q.E.P.D.) cobra vigencia más que nunca y si no buscamos la fórmula para transformar los primeros meses del 2023 en mirabilis, caeremos definitivamente en el infierno.
Para cerrar el año miles de jóvenes rindieron la PAE… pues bien, el escándalo no se hizo esperar. Quienes construyeron el instrumento para que los jóvenes postularan a las variadas carreras o universidades de sus preferencias, le imprimieron un vergonzoso sesgo ideológico; más del 20% de las preguntas de historia estaban referidas a “la dictadura” y DD.HH. y otro tanto a los nuevos paradigmas que impone la izquierda: teoría de género, matrimonio igualitario y pluriculturalismo. Pero los badulaques de Chile Vamos insisten en los márgenes para la nueva propuesta. Los que sin duda ya están contenidos en la actual constitución vigente, salvo el numeral 10 referido a las FF.AA. Márgenes que, por cierto, están más bien en sus propias capacidades limítrofes.
¡Dios salve a Chile! y feliz navidad a las familias reunidas en torno a la fe y a las grandes enseñanzas de una fecha que marcó nuestra civilización.
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