Osvaldo Rivera Riffo
Presidente Fundación Voz Nacional


El día de mañana se da comienzo al trabajo de la Comisión Constituyente integrada por 138 miembro electos por sufragio directo y 17 designados por pequeñas comunidades indígenas.

De este variopinto elenco de constituyentes, cuya misión encomendada es redactar una nueva Constitución para Chile y someterla a la aprobación mayoritaria del pueblo de Chile en el llamado plebiscito de salida, ya se observa entre sus miembros características ideológicas que definen los sistemas totalitarios, intentando arrogarse atribuciones que no tienen e imponerlas con amenazas manifiestas.

Lo de las tribus allí representadas sin duda que no solo es pintoresco sino que dado el consumo comunicacional que imponen los medios de prensa el reconocimiento a los pueblos originarios es casi un mantra que todo el resto de los chilenos tiene que respetar y asumir como posverdad.

Pues bien, se ha sabido que intentan imponer ceremoniales ancestrales propias de sus creencias donde seguramente instalarán el Rehue con guirnaldas hechas con hojas de canelo y la Linconao, por ser la Machi del lote, gritando y tocando el cultrún y bailando el machi pürun alrededor del Rehue, mientras que los representantes del género hombre de las tribus tocan como enardecidos la trucada mientras bailan el loncomeo. Lo mismo harán los aymaras y quechuas con sus correspondientes ritos a sus divinidades.

Pintoresca será la constituyente y habría que inscribirla en los registros turísticos de la sub secretaría de turismo para que exista como información, de tal forma que un visitante a Santiago se pueda llevar una visión más cercana de los ritos ancestrales de estos pueblos que nada tienen de originarios.

Lo importante es que para los efectos de sus respectivas participaciones en comisiones y en plenarios exigen traductores simultáneos de tal forma de elevar el dialecto respectivo a lengua u idioma, burlando la lengua oficial, el español, de la Nación Chilena que además es unitaria.

De lo anterior se colige que para todas las linduras que nos quieren imponer los mal llamados “pueblos originarios” hay que pagar los servicios de traductores simultáneos de la jerga. Como a su vez todo tipo de asesorías ya que aparte de bramar los derechos provenientes de sus ancestros y las exigencias de tierras y otras hierbas, no tienen idea de normas, leyes y reglamentos, ya que nunca leyeron un folleto sobre instrucción cívica que les indicara al menos cuáles son sus derechos y deberes como ciudadanos. Como tampoco la oyeron los que no saben leer ni escribir.

Sin embargo este Gobierno, en comparsa con la izquierda y la derechita posmoderna y por supuesto con el concurso innegable de doña Consuelito, que no hecho otra cosa que hablar de multiculturalismo y poner su ministerio como caja de resonancia de algo que históricamente no existe, han dado alas a las minorías que hoy empoderadas, totalitariamente nos quieren imponer sus costumbres.

Así las cosas se quemarán hojas de coca con cuyos vahos podrán todos los demás constituyentes entrar en éxtasis y escribir la más descomunal apología a la destrucción de Chile.

Todo lo anterior será a cuenta del bolsillo de todos los chilenos ya que el gustito o mejor dicho la tablita de salvación del Presidente no la pagará de su bolsillo, sino que será a costa del mayor empobrecimiento de la Nación.

En todo caso con dichas ceremonias y solicitud de traductores y asesores se beneficiarán también otra parte del elenco constituyente ya que sin ser “originarios” tienen en común una instrucción deficiente y en el mejor de los casos obtenidas sus licencias en dos o tres cursos por año. No sería extraño, en Chile pasan estas cosas. Pero así vamos con lo más selecto del intelecto nacional escribiendo la carta fundamental.

Tal como Condorito: ¡Plop!... ¡Exijo una explicación!!!

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