Osvaldo Rivera Riffo
Presidente Fundación Voz Nacional
El nombre de mi columna de hoy hace referencia a una serie mexicana cuyo argumento central trata ampliamente sobre uno de los temas más angustiantes de la sociedad actual, el narcotráfico y toda la red de corrupción que lleva implícita.
En la serie se deja de manifiesto una realidad que todo el mundo conoce pero que se resiste a aceptar. Corrupción en la justicia, corrupción en el servicio público, corrupción en la política. Donde el respeto por la vida no existe y es funcional única y exclusivamente al interés del tráfico de la "merca" y con ella pudrir a nuestra juventud y el futuro de la sociedad.
El dinero fluye como corriente de torrentosos ríos y con él se compran voluntades débiles y traicioneras. El dinero siempre y sobre todo mal habido, lo usa engañando, usando información privilegiada y tantas otras formas, para surtir el efecto deseado y así controlar de una u otra forma el poder en todas sus formas e influir en el acontecer de las sociedades. Sin piedad ni escrúpulos asesinan, destruyen, agobian familias, vulneran la propiedad privada, desatan una ola de desprestigio sobre las instituciones respetables permiten el avance de la guerrilla y el terrorismo dañando la confianza ciudadana y amedrentándola mediante el miedo. La delincuencia aliada del narcotráfico campea y el Estado de Derecho definitivamente se esfuma
El Señor de los Cielos representa a uno de los jefes de carteles más relevantes en esta trama televisiva que se va haciendo del poder dejando en el camino a cuanto socio se alió con él para lograr su objetivo.
No hay escrúpulos en este tipo de individuos vulneran la dignidad de las personas, destruyen la confianza ciudadana, traicionan las lealtades, no tienen principios y negocian con el enemigo en desmedro del interés general. Incluso ponen a sus secuaces en altos cargos públicos
El nombre de la serie proviene de la flota de aviones de propiedad del capo para trasladar la "merca" de un continente a otro, como para moverse personalmente a distintos lugares y arrancar de sus perseguidores.
Es curioso el libreto, que juega con la fantasía propia de la entretención televisiva no alejándose mucho de la realidad.
Me pregunto ¿En la crisis por la que atraviesa prácticamente toda América Latina cuantos señores de los cielos existirán?
Es larga en capítulos, con varias temporadas, pero en este encierro agobiante y dictatorial, se las recomiendo… se van a entretener y les dará que pensar... está en Netflix.
.