Osvaldo Rivera Riffo
Presidente Fundación Voz Nacional


"El futuro tiene muchos nombres. Para los débiles es lo inalcanzable. Para los temerosos, lo desconocido. Para los valientes es la oportunidad"
Víctor Hugo


Bajo este título, Voz Nacional ha iniciado un ciclo de programas por streaming en distintas plataformas de RRSS, donde se irán entregando conceptos para comprender y argumentar, de la mejor forma posible el panorama político que vive Chile y cuáles son los factores de influencia filosófica que lo atraviesan.

Sin duda no es fácil entrar en estas materias después de más de 40 años, en los cuales, la llamada derecha clásica o como le gusta llamarse hoy "centro derecha" del país, se divorció del compromiso y responsabilidad de dar sustento intelectual a sus planteamientos políticos, sociales y económicos, encontrando refugio sólo en los paradigmas económicos, creyendo que el libre mercado y la libre iniciativa privada, en definitiva el Capitalismo, sería la barrera para impedir un mundo socialista, faltando un relato que hiciese sentido también a los problemas que en si mismo se iban generando. Este divorcio con la realidad, llevó a los promotores y defensores a ultranza del sistema a ciertos dogmatismos que fueron fatales y que desembocaron en la crisis manifiesta de Octubre y que sigue en curso.

Felizmente, hay luces de reconocimiento. Un estudio de la Universidad del Desarrollo, bastión del modelo económico, entregó a la opinión pública una investigación del académico Álvaro Donoso que señala las causas de los desequilibrios que se fueron acumulando a lo largo de estos años, demostrando con cifras claras por donde hay que poner la atención.

En el mundo el único sistema que ha permitido alcanzar el desarrollo material es sin duda el capitalismo, en contraposición a lo que han sido los regímenes socialistas o totalitarios basados en teorías sociales y económicas promovidas por intelectuales principalmente del siglo XIX, pero hay que darle un nuevo cauce y tener presente siempre que lo que importa es el individuo en cuanto a Ser, en todas sus manifestaciones.

Entonces, lo que hay que tener en claro es que en la lucha por la hegemonía del poder nacional o mundial ha existido una correlación de fuerzas que se ha ido adaptando a la nueva realidad.

Cuando con la caída del muro de Berlín y el posterior desplome de la URSS, en 1992, Francis Fukuyama publicara su famoso libro “El Fin de la historia y el último hombre”, dejó planteada una tesis que fue acogida por la Derecha como el decálogo de los nuevos tiempos. El autor expone que la historia como lucha de ideologías ha terminado con un mundo basal donde la democracia liberal se ha impuesto luego de la caída del muro.

Muchas veces oí a próceres de la derecha política nacional decir: "hoy tenemos otro estilo de hacer política, las ideologías son cosas del pasado, quedó definitivamente atrás el marxismo - leninismo y sus derivaciones, insistir en eso es andar viendo comunistas hasta por bajo de las escalas"...

Fukuyama y todos sus seguidores se equivocaron, ¡estruendosamente!

Si algo tiene la izquierda es esa capacidad mimética de adaptarse a los peligros de extinción y adquirir nuevas formas no sólo de sus estrategias, sino de sus planteamientos ideológicos. Para ello han contado con innumerables pensadores que han reinterpretado los antiguos lineamientos filosóficos y los han adaptados a los nuevos tiempos.

Ya en los años de la publicación del libro de Fukuyama estaban en pleno desarrollo los nuevos planteamientos posmodernistas con una mirada muy distinta a la del autor en comento y que le daban un nuevo giro al pensamiento de la izquierda. Surge así una izquierda liberal con un despliegue de conceptos y nuevos lenguajes, criticando duramente al racionalismo y las tradiciones que la derecha ignorante compra de la misma manera como compró el fin de la historia, creyendo que su fe profunda en las virtudes del capitalismo serían la panacea de un mundo libre.

Desgraciadamente la verdad una vez más ha sido tergiversada y, si bien es cierto que el modelo liberal es sin duda el mejor desde la perspectiva de la naturaleza del hombre, el liberalismo impulsado por la izquierda "reformada", con todas sus deconstrucciones, nos ha conducido a un estado de crisis simplemente impensado.

Han surgido movimientos de la más diversa connotación ideológica, seguidores de los nuevos dioses del pensamiento social (Foucault, Derrida, Deleuze, Zizek, Guattari, Negri, Butler, etc., etc.; antes de estos, Sartre, Beauvoir), todos ellos han sido definidos como posmodernistas, corriente que comienza a causar sus efectos a partir de los años 70-80, y en adelante.

Entonces, cabe hacerse varias preguntas:

Si la expresión “post” significa 'después', ¿hablar de posmodernidad implica admitir que la modernidad y sus valores han terminado? ¿O esto significa que la modernidad simplemente está en tela de juicio? ¿Qué quiere decir esta expresión realmente y qué implica? ¿En qué se puede reconocer un movimiento o pensamiento posmoderno?

Pues bien, como nuestra sociedad es víctima de estas influencias y teniendo claro que nunca renunciaremos al valor del ser humano como persona y a su individualidad trascendente devenida del derecho natural, nos hemos propuesto entregar, mediante estos programas por streaming, los elementos necesarios para una lucha política seria a todos aquellos que abracen las ideas y principios anclados en la cultura occidental. Principios y valores que nos hacen distintos y distintivos, dándonos las herramientas para defendernos y no aceptar la imposición de estas corrientes de pensamiento promovidas por las minorías. De esta forma iremos ampliando los conocimientos y dándole fuerza a una Nueva Derecha solida y creíble.

Si nos ayudan y se comprometen a promoverlo, a crear un gran foco de discusión, caerán los falsos apóstoles de los nuevos tiempos y el futuro será nuestro.

"Los hombres y pueblos en decadencia viven acordándose de dónde vienen; los hombres geniales y pueblos fuertes sólo necesitan saber a dónde van."
José Ingeniero

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