22 de octubre de 2024
Hermógenes Pérez de Arce
El caso Monsalve es una hecatombe para el gobierno, porque estalla justo antes de una elección y cuando ya no le queda tiempo para "empatar". Los sobornos de Luis Hermosilla parecen pecados veniales al lado de lo que el encumbrado cerebro del gobierno y más visible encargado del orden público, Manuel Monsalve, discurrió para obtener un trofeo erótico.
Es todo un desastre electoral. En alguna parte leí en 2021 que el 70 por ciento de las mujeres de menos de 24 años habían votado por Boric. Eso habla mal de esa cohorte femenina, pero además insinúa lo catastrófico que puede ser electoralmente para el régimen lo que ha pasado. ¿Cuánto de esa cohorte votará ahora, por rabia y despecho ante el machismo cruel y descarado, por candidatos de las antípodas del régimen, los de la nunca suficientemente vituperada "extrema derecha"?
Claro, "lo que ha pasado" es tan antiguo como la Humanidad misma. De mis lecturas del Antiguo Testamento me quedó grabado que el rey David vio de lejos bañarse en una caída de agua a la mujer de uno de sus generales e inmediatamente decidió que no podía vivir sin ella. De manera que envió al marido al punto más peligroso de una batalla, donde éste murió. David disfrutó de la mujer ajena sin que nada terrible, que se sepa, le hubiera sucedido, salvo las guerras entre sus descendientes, que duran hasta hoy, pero de las cuales el impune no alcanzó a saber.
Pero a Bill Clinton lo liquidó el haber sido sorprendidas sus intimidades con una estudiante en práctica que lo visitaba en su despacho presidencial. Nadie recuerda su gobierno por las cosas buenas que hizo, sino por las que le hizo a él Mónica Lewinsky. La "justicia divina" lo condenó a ser un hazmerreir.
A otros sorprendidos en indiscreciones eróticas imperdonables el destino los ha castigado peor aún y sin misericordia. Estoy pensando en John y Robert Kennedy y los acercamientos de ambos a Marilyn Monroe. Y también en los del primero con una numerosa legión de jovencitas invitadas a la piscina de la Casa Blanca durante su mandato. En sus casos la "justicia divina" fue más implacable que con Clinton.
La impericia del actual presidente y su equipo, los malos antecedentes de que venía precedido como principal figura del 18-O y todas sus "ulteriores perniciosas consecuencias", ya le auguraban una importante derrota en los comicios de este fin de semana.
Pero el torpedo bajo la línea de flotación que se disparó cuando Manuel Monsalve y su nueva asesora en la subsecretaría de Interior (por añadidura de nombre "Camila"), decidieron consumir un tercer pisco sour "tamaño catedral" en el "Ají Seco" de Mac-Iver, le augura al régimen una auténtica hecatombe electoral en los comicios de este fin de semana.
Fuente: http://blogdehermogenes.blogspot.com/
.