15 DE JUNIO DE 2022 

 

 

 

 

 

Hermógenes Pérez de Arce


En "El Mercurio" del 14 de junio aparece la noticia de que el Colegio de Abogados homenajeó "a abogados colegiados detenidos desaparecidos". Se informa que en su biblioteca fue instalada una placa conmemorativa "en memoria de un grupo de diez profesionales colegiados detenidos desaparecidos o ejecutados políticos durante la dictadura". Fue una decisión unánime de los consejeros. Su presidente, Ramiro Mendoza, destacó que ésta era una "deuda pendiente". ¡Qué políticamente correcto!

Pero yo no lo soy. Soy la antítesis de eso y, además, conozco la verdad, la ley y tres de los casos de la nómina de "desparecidos y ejecutados". Entonces me he dicho: "lo que va de ayer a hoy". Pues la que el Colegio llama hoy "dictadura" fue declarada por el mismo Colegio como "gobierno legítimo", en una declaración publicada por su presidente de entonces, Alejandro Silva Bascuñán, en una separata de la Revista de Derecho y Jurisprudencia de octubre de 1973. "Así se escribe la historia". 

En ese tiempo sus colegiados Patricio Aylwin y Eduardo Frei defendían a los militares y se negaban a criticar ningún exceso de éstos, pues habían librado al país de un régimen totalitario y de la guerra civil y estaban aliviados y agradecidos. Después,. alejados esos peligros, cambiaron de opinión, al igual que el Colegio y, en fin, todos los innumerables "generales después de la batalla" que llevan la voz cantante en el país.

Leí la nómina de los diez "desaparecidos y ejecutados políticos", según el Colegio, y vi que, en  tres casos que yo conocía no se trataba de lo primero, pues su paradero había sido perfectamente conocido: caso de Arsenio Poupin, fusilado el 13 de septiembre de 1973 en el "Fuerte Arteaga" del Regimiento Tacna, tras haber sido apresado, junto a otros 22 colaboradores del entonces presidente Allende, el mismo 11 de septiembre en La Moneda. Fue víctima de un evidente exceso, como los que se produjeron durante la Revolución de 1891 en Lo Cañas y en 1938 en la ocupación del edificio del Seguro Obrero, en que 60 jóvenes rendidos a carabineros fueron ejecutados. Pero en ambos casos se dictaron después prontamente leyes de amnistía que hicieron olvidar las barbaridades cometidas. Es que en esos tiempos el comunismo, el gran divisor de los chilenos y cultivador del odio, no manejaba a la opinión pública ni al Colegio de Abogados, como hoy.

Otro caso de la lista publicada y que conozco es el de Carlos Berger Guralnik, fusilado en Calama por orden del teniente-coronel Sergio Arredondo, por sí y ante sí, sin conocimiento ni autorización alguna de su superior, el general Sergio Arellano, ni menos del presidente de la Junta, Augusto Pinochet, quien fue posteriormente absuelto de manera expresa como coautor o cómplice de esos delitos por la unanimidad de la Corte Suprema (ver fallo de ésta del 8 de agosto de 2000) . 

Por esas disfuncionalidades propias de los tiempos revolucionarios que se vivía en 1973, un consejo de guerra condenó al injustamente ya fusilado Berger a una pena menor. Detalle de su caso está en las páginas 70 y siguientes de mi libro "La Verdad del Juicio a Pinochet", que fuera primer best-seller allá por el año 2000.

El tercer caso que conozco es el de Roberto Guzmán Santa Cruz, que según aviso publicado en el diario "El Día" de La Serena del 17 de octubre de 1973, por orden del comandante del regimiento local y jefe de plaza, coronel Aríosto Lapostol, fue fusilado "por incitar a los mineros del campamento Desvío Norte y alrededores a apoderarse de los polvorines y oponer resistencia armada a la Junta de Gobierno". (Ver página 27 de mi libro antes referido y página 94 de "Los Zarpazos del Puma", de Patricia Verdugo.)

Como la madre de Guzmán era partidaria de la Junta y había intercedido por su hijo, tras saberse de su fusilamiento recibió por ley una pensión de gracia, que ella rechazó indignada. Para colmo de disfuncionalidad militar, sólo en 1986 el juez militar de Santiago, general Samuel Rojas Pérez, informó a la misma señora que el tribunal militar había rebajado en 1975 (dos años después de haber sido fusilado) la condena de su hijo de cinco años y un día a 541 días.

"¡Oh Chile, cómo funcionan tus instituciones!". Entre ellas tu Colegio de Abogados, que aplicó censura previa a mi artículo "Perplejidades de un Abogado de Antes", debido a lo cual lo publiqué en este blog el 27 de marzo de 2015. Ha merecido a la fecha 2.678 lecturas, según acabo de comprobar. Seguramente más de las que habría captado en la "Revista del Abogado", que lo desechó. Exponía de manera políticamente incorrecta la distancia que había entre un fallo redactado por un colegiado suyo con el texto de la ley y la verdad de los hechos.

Fuente: http://blogdehermogenes.blogspot.com/

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