13 DE JUNIO DE 2022 

 

 

 

 

 

Hermógenes Pérez de Arce


La historia se repite. Y si no se repite, rima, como dijo Mark Twain. Lo que está pasando, ya pasó entre 1970 y 1973.

El actual gobierno de extrema izquierda (como el de 1970-73) quiere que la riqueza "de los demás" pase al Estado, que maneja ella (la extrema izquierda), por mayoría simple (51%) para, dice, repartirla mejor. La Constitución vigente exige para eso 2/3 (67%). "La Constitución de Guzmán" exigía 3/5 (60%), pero las reformas de 1989, con apoyo del 91,25 % del voto ciudadano, subieron el quórum de reforma a 2/3. Ésa es la verdad histórica, aunque a usted le hayan contado otra cosa. Lo cual ya aclaré en columna anterior, que usted puede leer aquí. 

"He ahí el problema". "That is the question": con qué quórum la extrema izquierda (el actual gobierno comunista-frente amplista, Boric, en definitiva, llámelo como quiera) se puede quedar con la plata de los demás, para, dice el mismo Boric, y eso le encanta a todo el mundo, repartirla de nuevo a su modo. "Derechos sociales". Dice que la quiere para repartirla de la manera que prometió y le dio el 56 % de los votos en diciembre. 

Es todo lo que, en el fondo, se debate. En buen chileno: "es más fácil conseguir 51 % para robar 'la plata de los demás', que conseguir 67% (2/3) para hacerlo". Obvio. Entonces aparecen ¡cómo no! los DC y dicen: "les ofrecemos 4/7 (57%) para poder robar la plata de los demás, que es más fácil que conseguir 3/5 (60 %) y, por supuesto, también más fácil que 2/3 (67 %)." En otras palabras, "robemos la plata de los demás, pero bajo la Constitución actual." 

Porque el tema en Chile, hoy, parece ser ése: "cómo robar la plata de los demás para repartirla más igualitariamente". Aunque se vayan Maersk, los neocelandeses de Soprole, Marcelo Ríos, Rafael Araneda, Jean-Paul Luksic y Hernán Büchi y veinte mil millones de dólares anuales más. Y si gana el Apruebo, Fernando Villegas anunció que también se iba a ir. Y no sé cuántos más. 

El mayor aplauso para Boric el día que asumió vino cuando dijo que él iba a tomar toda la riqueza del país y repartirla mejor entre todos, "para que nadie se quede atrás". Pero, como es obvio, esa plata no era de él y para repartirla de nuevo necesitaba robársela primero a sus dueños. Y para conseguir esto necesita una nueva Constitución que se lo permita, que es la que la Convención Constitucional ha preparado ("Borrador"). Pero parece que esa nueva Constitución le va a robar a demasiada gente, trabajadores incluidos, y entonces puede ser rechazada en el plebiscito de salida. Según todas las encuestas, ganaría el Rechazo. 

Entonces viene la solución DC: "4/7 = 57 %". No le gusta a Boric, porque le allega votos al Rechazo. En concreto se trata de lo mismo de siempre: ¿recuerdan la anécdota del profesor que les dijo a sus alumnos: "Parece que la mayoría de ustedes quiere socialismo y que las notas se redistribuyan de manera más justa y que rebajemos las mejores y aumentemos las peores, para que todos pasen de curso? Bueno, hagámoslo". Resultado: fracasó todo el curso. Allende hizo eso entre 1970 y 1973 y "fracasó todo el curso": una mayoría civil, cuando sólo "quedaba harina para pocos días más" (dijo el mismo Allende en "El Mercurio", 07.09.73) impetró a los militares que por favor lo echaran. 

Bueno, ahora los millenials, que aprendieron historia con profesores comunistas y por lo tanto no saben casi nada de la verdad de lo que pasó, están repitiendo la historia o haciéndola rimar y eligieron a Boric. Éste quiere robarse la plata de los demás con sólo el 51 %, como dice el "Borrador", pero arriesga perder el plebiscito de salida porque entre "la plata de los demás" están los fondos previsionales de los trabajadores ("con mi plata no") y éstos no lo aceptan y sin sus votos pierde el plebiscito de salida.

Ése es todo el cuento. La historia rima: la DC se alió con la izquierda para elegir a Allende y después se alió con la derecha para sacar a Allende (Acuerdo del 22.08.73 de la Cámara). Ahora discurre los 4/7 (57 %) en lugar del 51 % del "Borrador" de la Convención y del 67 % de la Constitución, para "robar la plata de los demás", fórmula que añade votos al Rechazo, pues permite robarsela con sólo 57 % de los votos (eso es lo que llaman "los cambios").

¿Cómo le va a ir al curso, en este caso, a Chile, de un modo u otro? Pregúntenle al profesor que accedió a "redistribuir las notas". O pregúntenles a los chilenos mayores de 35 años, que votaron mayoritariamente por Kast en segunda vuelta, o pregúntenles a los cubanos o venezolanos. No les pregunten a los millenials, porque son iguales a Boric, es decir, no saben nada pero ofrecen repartir de nuevo la plata de los demás entregándosela al Estado, lo que tiene muy felices a los comunistas y frenteamplistas, que manejan el Estado: ya cobran entre cinco y siete palos mensuales y están demasiado felices, así es que no son imparciales.

Fuente: http://blogdehermogenes.blogspot.com/

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