25 DE ABRIL DE 2021 

 

 

 

 

 

Hermógenes Pérez de Arce


Según una encuesta, el 84 % de los chilenos quiere seguir retirando sus ahorros para jubilación. En la última votación popular, el 78 % votó "Apruebo" para demoler las bases de lo que se hizo en este país antes y que nos llevó al primer lugar de América Latina. 

Es decir, los chilenos de hoy, por amplia mayoría, parecen querer retrotraerlo todo. Pero ¿quienes son los chilenos? Una mezcla de españoles e indios principalmente, pero también con aportes de sangres variadas como alemanes, ingleses, italianos, franceses, nórdicos, palestinos, sirios, judíos de procedencia europea, suizos, croatas, coreanos, chinos, peruanos, bolivianos, venezolanos, argentinos, dominicanos, cubanos, rusos y hasta valones y flamencos. De toda esa mezcla sale una raza. Es lo que hay.

Tú verás si es buena o mala, pero yo te advierto que, si no la manejas con mano firme, te destruye todo, como está sucediendo hoy. Y si hoy sales en auto hay gran probabilidad de que aparezcan cinco tipos armados y te lo roben. Para ellos es un negocio seguro, porque las autoridades han aconsejado entregar los autos y se ha visto que si llevas un arma para defenderte, te pueden caer seis años de presidio por homicidio frustrado, como a John Cobin, que repelió a una turba. 

Incluso si sales a pie y llevas algo, también es muy posible que te asalten y te lo quiten. Delinquir es un negocio seguro y rentable. Además, viene un mal ejemplo desde las más altas esferas hasta abajo; una gran mayoría también viola las leyes y hace trampas dando la sensación general de que transgredirlas está permitido. Los parlamentarios proponen normas que les está expresamente vedado patrocinar. Todavía peor: si el Presidente dice que va a recurrir al Tribunal Constitucional para impedir esa ilegalidad, lo amenazan de destitución, aunque no exista una causal. Porque  tienen la fuerza. Una actitud ya gangsteril.

Y lo peor es que las encuestas indican que un 84 % de los chilenos apoya ese fraude de los políticos a la ley. De hecho, todo lo que se está haciendo en política es jurídicamente nulo, porque ha.nacido de la fuerza y una norma del Código Civil --de aplicación general en este caso-- dice que el consentimiento obtenido bajo la fuerza está viciado. Tanto que el presidente del Senado reconoció públicamente el año antepasado que vivimos bajo un "parlamentarismo de facto". Es decir, contrario al orden legal y, por eso, jurídicamente inválido. 

Con ese ejemplo la gente se salta los torniquetes del Metro, quema sus estaciones y vehículos de locomoción, saquea supermercados, incendia iglesias, ataca comisarías, insulta a la policía y a los uniformados y no respeta la cuarentena. Esa es la raza que tenemos, que no respeta nada salvo su más inmediato y propio interés.

Ustedes saben que en Suecia no hay cuarentena y, sin embargo, sus cifras de contagios y fallecimientos son similares a las de países europeos donde la hay. ¿Qué pasa? Yo les voy a decir: es que son suecos, no chilenos. Ustedes saben o deberían saber, porque antes lo he escrito, que en el Metro de Estocolmo hay una pasada gratuita para quienes, por cualquier circunstancia, no puedan pagar el boleto. El que desee puede entrar por ahí y viajar sin pagar. Pero casi nunca se ve a nadie haciéndolo y si alguien pasa por ahí, es porque olvidó salir con dinero de su casa y probablemente la próxima vez lo va a devolver pagando dos pasajes por un solo viaje. Buena raza. 

En Santiago a diario y en tiempos normales uno de cada cuatro viajeros del Metro elude el pago. Dicen que últimamente ha subido mucho. Boric, un "líder de opinión" de izquierda, fue fotografiado saltando sobre el torniquete. Y cuando se produjo el estallido delictual, casi todos saltaron igual y de paso destrozaron los torniquetes.

Ustedes saben o deberían saber que en Japón el Covid-19 no es problema, como acá. Allá y desde siempre la gente ha guardado distancia entre sí (se saluda con una venia) y cuando una persona ha tenido resfrío o gripe, ha salido con mascarilla. No para evitar contagiarse, sino para no contagiar a los demás. Piensan primero en los otros. Y por eso la pandemia no ha cundido.   

Ejemplo revelador: una argentina, hija de japoneses, explicó en un video muy difundido que en Japón no existe el juego de las "sillas musicales", en que se va sacando una en cada vuelta y siempre hay menos que los participantes en el juego. Porque allá, en lugar de disputarse las sillas escasas, todos se las ofrecen a los demás y, por tanto, ellas sobran y el juego no resulta. Buena raza.

Por supuesto, no se puede cambiar la raza. Pero una raza puede cambiar. Me llegó un video que dice, en resumen: hubo un tiempo en Chile en que había prosperidad y orden y se podía salir a la calle tranquilo y sin temor. Además, había paz en la Araucanía. Los chilenos de hoy lo llaman "la dictadura de Pinochet".

Fuente: http://blogdehermogenes.blogspot.com/

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