Gonzalo Ibáñez Santamaría


Es, sin duda, el rumbo que lleva el gobierno de Boric. Partió mal, desde luego. La participación de él y de la mayoría de su equipo en la obra de violencia, destrucción y terrorismo que se produjo en octubre de 2019, no se ha podido ocultar a pesar de los esfuerzos que el gobierno ha hecho en este sentido. Por otra parte, todas sus promesas de reemplazar el “neoliberalismo” por un modelo de mayor justicia social han terminado muy mal, comprometiendo severamente el crecimiento del país y el bienestar de los chilenos. Hoy estamos mucho peor que lo que estábamos antes del “estallido”.

En fin, la llegada de Boric al poder significó abrir las puertas del país a la delincuencia, la violencia, el terrorismo y el narcotráfico. Desde el comienzo, la obsesión de Boric y de su equipo fue la de maniatar y debilitar a las Fuerzas Armadas y Carabineros con el resultado de desarmar al país y de dejarlo indefenso de cara a la anarquía, al desorden y al enfrentamiento social. Hoy pagamos la cuenta de tanta estupidez y tontería. Especialmente la pagan los sectores más modestos y vulnerables del país. Ellos, que fueron esgrimidos como pretexto para aplicar esta ideología, han sido los más afectados por su aplicación.

La guinda de esta torta la ha constituido el episodio en el cual se ha visto envuelto el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, el hombre fuerte a cuyo mando ha estado toda la política de seguridad de este gobierno. Es decir, un funcionario del más alto nivel. Uno que se la iba a jugar por el feminismo, ha resultado ser un machista de la peor calaña. En estos momentos, el desprestigio del gobierno es casi total. Conserva el poder que le otorgan la constitución y las leyes, pero carece de toda autoridad, esto es de la prestancia moral e intelectual para llevar las riendas del país.

Esta situación, muy grave, se ve, sin embargo, agravada más aún por la inexistencia de una oposición con ideas claras y con decisión para sacar adelante al país. De hecho, a esta oposición -la denominada derecha- se debe en buena medida la situación de crisis por la que atravesamos. Los jóvenes del Frente Amplio no llegaron por casualidad al poder sino como consecuencia de los sucesivos errores cometidos por esa “derecha”.

Lo grave de toda esta situación no es la suerte de Boric y de su grupo, ni la suerte de la “derecha”, sino la suerte del país. Sin un gobierno inteligente y honrado, el destino nacional, y el de cada uno de nosotros, los chilenos, se ve muy comprometido. Tengámoslo presente, porque no se avecinan días fáciles.

Fuente: https://web.facebook.com/gonzaloibanezsm

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