Cristián Labbé Galilea


Si alguien nos dijera que: “el país está embromado”, creeríamos que se trata de una simplificación ligera, superficial o frívola, pensando que habla, literalmente, de una “broma”: picara acción, burla, chaza o truco, realizada, para engañar o fastidiar a alguien. Pocos captarán que tal aseveración conlleva una advertencia y que no da para tomarla a la chunga porque, efectivamente, el país está… “embromado”.

Tal cual… ¡Estamos muy embromados!

Los miles de contrataciones que ha realizado el actual gobierno sólo son comparables con la otra “broma”, la que se refiere a ese gusano de desagradable apariencia que, una vez instalado en la madera, permanece ahí por el resto de su vida, carcomiéndola sigilosamente hasta terminar con ella. (Cualquiera similitud con nuestros “parásitos” es mera coincidencia).

Y no es cuchufleta: fue esa larva la que, una vez instalada en las maderas empleadas en la antigüedad para la construcción de barcos, produjo más hundimientos que la propia piratería.

Las cifras de nuevas contrataciones son decenas de miles: 40, 60, 80 mil nuevos cargos, no menos, todos pagados con el presupuesto del Estado… Los miles de millones de dólares que van a dar al bolsillo de: pitutos, familiares, amiguis y operadores políticos, son costos que pagaremos los contribuyentes, a los que hay que agregar además, los requerimientos para el funcionamiento de estas “larvas políticas”: oficinas, computadores, etc..

De todo esto, poco se dice en los medios de comunicación… Es más importante que “nuestro pio Presidente” dé gracias a las iglesias por el apoyo durante el Gobierno Militar, que se tome fotos con carabineros, que la Ministro de la Presidencia esté con licencia… o que la de Interior se haya enojado… Todo esto, mientras el país está siendo fagocitado por insaciables “termitas políticas”.

Son tantas las cosas que están pasando, y tan pocas las autoridades, políticas y no políticas, las se manifiestan preocupadas por lo que realmente importa, que es una broma… Con su silencio, son muchos los que cohonestan esta farra… De partida los empresarios, quienes saben que toda sobrepoblación laboral augura un seguro fracaso… y que en definitiva todo termina en menos producción, menos crecimiento, y nuevos impuestos.

Si los señores políticos… que deberían estar encima de este tema, no dicen nada… ¿será porque se sienten cómodos con la situación…? ¿Será porque más de algún apitutado “corre” por cuenta de ellos? Cómo sea y por lo que sea, su silencio encubre tales irregularidades…

Señores parlamentarios… ¡reaccionen!, así como vamos, lo único que nos puede ocurrir es… la zozobra.

De nada servirán las reformas, si no se aborda el problema de fondo: hay que aliviar al Estado: que los zánganos salgan a trabajar, y que no se encubra el desempleo contratando parientes, vedetos, suegros, consuegros, primos y cuñados…

La situación no está para bromas…. En esto de las contrataciones no caben las bromas…  porque, como dice el refrán, “No hay broma tan leve, que aguijón no lleve… y este aguijón es mortal”.

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