16 de noviembre de 2019

 

Don Hermógenes se pregunta qué sucederá en abril, el día después del SÍ. Creo que el éxtasis será mayor al de 1988, el día después del NO. Chile es hoy un país muchísimo más desquiciado y más frívolo. Con una muchedumbre más inconsciente y una juventud más descontrolada. Todo el mundo cree que no tiene nada que perder. Sí, la palabra más indicada para definir al Chile de hoy es frivolidad ¡Quiero mi constitución y mis derechos ahora!

Me imagino a gente corriendo y llorando por las calles sin rumbo fijo; a periodistas rojos descontrolados vociferando y desinformando; a la muchedumbre redactando su lista de necesidades; a grandes empresarios coludidos en la Alianza Pública Privada, festejando a quienes obtendrán el poder, sea quienes sean estos. Todos llevando agua a su molino, unos intentando salvar los muebles y otros tomando lo que se pueda antes de que se acabe. Será la nueva realidad. La calle habrá encendido el fuego purificador. 

Enciendan el televisor. Verán la nueva realidad. Políticos, periodistas, opinólogos, gente de la calle y todo personaje que repta, salta o vuela, comentando sobre la nueva constitución. Como se constituirá la convención y que cosa propone cada uno de ellos para el futuro esplendor ¡Nadie comenta la opción de que gane el NO¡ ¡Nadie! En Chile ya no tenemos democracia ni respeto por los “fachos pobres”. Solo existe una opción, la oficial, la políticamente correcta.

¿Qué pasaría si gana el NO? Pues que no se respetará la decisión, tal como no se respetó el plebiscito sobre las FARC en Colombia, y de todas maneras las blanquearon; como no respetaron los plebiscitos en Holanda y Francia que rechazaron la Constitución Europea y terminaron en el antidemocrático Tratado de Lisboa; y como han tratado de plebiscitar por segunda vez el Brexit, aunque hasta ahora no lo han logrado.

Si todo lo que planteo es cierto, la ex derecha solo tiene un camino, apoyar la opción SÍ, evitando de esta forma una derrota aplastante en abril, y con ello comprometer el resultado de la votación de octubre próximo. La idea debe ser: “Cambiemos la constitución, pero hagámoslo bien”. La derecha no podrá sostener en las oficinas del congreso una posición defensiva con un tercio de los votos, si los obtiene. Será aplastada por las vías de hecho, en las calles, en las barricadas, en la televisión, en los colegios, en las universidades, en las fogatas y en las marchas incontrolables que destrozarán la vida diaria y las fuentes de ingresos de la gente durante un interminable año.

¿Puede intentar la derecha apoyar la opción NO? Sí, puede hacerlo, solo si tiene la certeza de que triunfará o perderá por un estrecho margen. Pero no lo harán, porque no quieren y no pueden. Tomaron un camino que no tiene vuelta atrás. 

Fuente: https://blog-de-maximo.blogspot.com/2019/11/donhermogenes-se-pregunta-que-sucedera.html

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