27 de octubre
Julio Bazán Alvarez
Al ver Santiago en llamas, y cómo se extendía la barbarie a lo largo del país, me dominó una profunda angustia, pena, rabia y todos los sentimientos negativos que nacen cuando se ve lo que hemos visto estos días.
Traté, infructuosamente, de encontrar un atisbo de racionalidad, algo de coherencia, algo de humanidad. Escuché las opiniones de políticos, parlamentarios, académicos, opinólogos y seguí sin entender; encontré un denominador común; en todas estas sesudas interpretaciones; el “movimiento social” tenía fundamentos objetivos debido a las múltiples carencias que subsisten a pesar del excelente desarrollo de Chile.
Y los habitantes de Chile, desde La Pintana hasta La Dehesa, en las calles quemaban sincronizadamente estaciones del Metro, se rompía el mobiliario urbano, una mujer hacía sonar una cacerola en las cabeza misma de un soldado, no se respetaba el toque de queda, en sectores acomodados se sentían cacerolazos inexplicables, en fin, una especie de sinfonía del caos; Chile pagaba el costo de su éxito, sí, de su éxito.
Recordé que, a mediados de 2018, me interrogaron detectives de la PDI, tres veces durante algunas horas; se trataba de declarar en una querella presentada por el Senador Letelier acusando de genocidio a todos aquellos responsables de haber cambiado el modelo económico de la Unidad Popular por el de la libertad o “neoliberalismo”. Al ir a declarar en el tribual del Ministro Carroza, se me mostró la querella, el Senador realmente sostenía que aquellos que habían desarrollado el programa económico eran genocidas.
Hoy quieren recuperar su desastroso modelo sin clemencia para los chilenos.
Durante años se han dedicado a desprestigiar a Carabineros de Chile, a las FFAA, no solamente las desprestigian, las desprecian, buscando la debilitación de las instituciones que nos defienden internamente y defienden a nuestro Chile ante cualquier intentona de agresión externa.
No creo en la espontaneidad de este levantamiento, nadie podrá convencerme que lo que hemos visto con horror, sea una expresión espontánea de los chilenos, es una organizada rebelión para desacreditar nuestra institucionalidad, para promover modelos de sociedad fracasados en todo el mundo, para adueñarse el país, fundamentándose en que los metas ideales no se cumplen.
He afirmado que Chile es víctima de su propio éxito, que era, y es, insoportable para los marxistas, y para los ignorantes que sólo miran al mundo de los objetivos sin evaluar la factibilidad de sus propuestas.
En mi criterio, esto está en la base de la acumulación de demandas que cada grupo, cada gremio, cada población, cada persona, se siente con el derecho a protestar, a romper sus cacerolas, a aplaudir la destrucción del Metro, a desabastecer de alimentos a los chilenos.
Los políticos de izquierda no son honestos al no asumir la responsabilidad que ellos han tenido en esta crisis, irresponsablemente exigen una Reforma Constitucional, sin respetar el Capítulo 14, que establece los procedimientos para una reforma a la que nos rige, sin considerar que una Constitución debe hacerse con responsabilidad, en un clima de convivencia nacional: pura demagogia.
Este es el camino que nos obliga a unirnos para enfrentar el futuro y defendernos de los populistas subversivos que han preparado y realizado esta debacle.
Lo que están pasando en Chile es un triunfo de la izquierda irresponsable. Como en todos los triunfos de la izquierda, luego viene el caos.
Fuente: https://www.facebook.com/julio.bazanalvarez.9/posts/1188745741322142
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