OCTUBRE 18, 2019

 

 

Por: JAVIER BAZÁN AGUIRRE 


Supuestamente los centros de estudios están enfocados en las políticas públicas bajo ciertas ideas. Los think tank nacieron principalmente en los Estados Unidos, porque las universidades no daban espacio a personas liberales o conservadoras. La hegemonía de la izquierda a través de la cultura. 

   En Chile, el Instituto Libertad y Desarrollo nació porque no había un centro que divulgara las ideas liberales. Estaba el Centro de Estudios Públicos o CEP de los grandes empresarios. La izquierda burguesa o la Democracia Cristiana tenía el suyo. Los partidarios de la ex UP estaban en el Flacso, que es al fin y al cabo, una agencia más de las Naciones Unidas. Bajo el Gobierno Militar el socialista Ricardo Lagos fue su director. Podemos agregar que los ex marxistas de la Unidad Popular contaban, además, con el respaldo de la Iglesia Católica, en particular, los jesuitas a través del Centro Bellarmino y la Academia de Humanismo Cristiano. La ex derecha estaba en desventaja.

   La derecha había ganado la Guerra Fría y los militares chilenos habían refundado y reconstruido el país. 

    La izquierda marxista que luego se transmutó a socialdemócrata bajo los gobiernos de la Concertación. Y volvió a sus andanzas revolucionarias con la Nueva Mayoría. 

   Muchos de los que trabajan en el Instituto Libertad y Desarrollo estuvieron en el Gobierno Militar en cargos menores y mayores. El más emblemático fue el ex ministro de Hacienda del general Pinochet, Hernán Büchi. Además de Cristián Larroulet y su actual director, Luis Larraín. 

    Hace tiempo describí la falta de honestidad de los académicos de LyD, luego del primer gobierno de Sebastián Piñera, cuando el ex director Larroulet dijo que estaban dando la batalla de las ideas. El primer gobierno de la ex derecha se caracterizó por abrazar las banderas del adversario y no hacer lo que hizo la Concertación. Lo que menos fue de derecha. 

   A decir verdad, no sé si llamarlos poco honestos o simplemente oportunistas.

   La política de repartirnos bonos para acabar con la pobreza fue, pues, una idea que partió del sueldo ético familiar. A partir de ahí han surgido una serie de bonos para cualquiera situación. El populismo chileno nació entre el ex Concertación y la ex derecha con el mencionado ayuda. Un ex ministro de Hacienda del segundo gobierno de Bachelet pretendía convertirlo en permanente, aun cuando no hubiese dinero.

   Por mucho que digan que defienden ideas liberales, hacen lo contrario cuando llegan al gobierno. En lo respecta a defender la igualdad ante ley, el Instituto Libertad y Desarrollo se ha cómplice pasivo y activo del atropello que sufren los militares ancianos de Punta Peuco y de otros recintos. El imperio de la ley no existe en Chile. A los sesudos académicos de ese centro de estudios no les importa. Si tanto su actual director, Luis Larraín como la historiadora Lucía Santa Cruz avalan la figura ficticia del secuestro permanente. Además, sólo los militares violan los derechos humanos, no los terroristas o guerrilleros. Los mencionados académicos admiran al traidor, el ex presidente de la República, el demócrata cristiano, Patricio Aylwin. 

   De vez en cuando me doy una vuelta la web de Libertad y Desarrollo para ver si encuentro algo que interesante que comentar. Pues bien, encuentro el informe titulado “Adecuada política fiscal austera 2020” . Sin embargo, basta ver la primera página para darse cuenta que es un insulto a la inteligencia, pues elogia que el gasto haya subido un 3%. Me recordó el ex ministro de Hacienda del segundo gobierno de Bachelet, el demócrata cristiano, Rodrigo Valdes, quien sostenía que estaban practicando la austeridad fiscal, cuando la política era gastar.

    Lo que menos tiene el presupuesto es de austero.

    Tanto el gobierno anterior como el actual y este centro de estudios están insultando a los chilenos, tratándolos de tontos. El Instituto Libertad y Desarrollo lo único que hace a igual que este gobierno es mantener el legado nefasto de las políticas económicas de Bachelet II. 

  Entonces podemos especular sin equivocarnos que, si sale un gobierno de izquierda, va aumentar más el gasto público. Si un gobierno que se dice de derecha eleva el gasto a un tanto por ciento, ¿por qué un gobierno de izquierda se iba inhibir? La Nueva Mayoría fue el producto, entre otras cosas, del gobierno de Piñera que subió los impuestos.

   Un elector de derecha esperaría que un centro de estudios que dice defender a von Mises, von Hayek, entre otros proponga reducir el gasto público con lo cual habría que reducir la burocracia y los impuestos tanto de personas como de empresas. Vemos que hacen lo contrario.

   Creen que aumentando el gasto público a través de proyectos vamos a crecer. O sea, de liberales pasaron a convertirse en keynesianos.

   No nos preocupemos. Soy un alarmista. Un exagerado. Después de todo, cuando este termine el segundo gobierno de Piñera, nos dirán: “Estamos dando la batalla de las ideas”.  

 Fuente: http://simposiolibertario.blogspot.com/

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