por Remigio Pardo


El partido Comunista posee un actuar totalitario basado en mitos y dogmas. Es muy similar a una secta, con una estructura grupal de células compartimentadas, con un comité central que asesora a un líder y éste emana el pensamiento y el accionar político para sus adeptos.

El PC se presenta como democrático, pero bajo esta fachada se esconde una política siniestra, que no trepida en nada para lograr sus propósitos totalitarios.

Ahora, ¿por qué este Partido blinda y protege a su camarada Daniel Jadue, éste prepotente personaje que ha usado y abusado del cargo de alcalde? A Jadue se le ha detenido por cinco delitos, entre ellos los más graves son fraude al fisco, estafa y cohecho. Y por estas acusaciones está siendo procesado por una jueza experta en delitos económicos y tributarios. Las imputaciones y cargos a Jadue denotan que sus manos no están limpias. Aun así el Partido Comunista lo justifica por razones elíticas, sin importarles cuan empantanado en el barro se encuentre.

Esto devela la oscura cara de la secta comunista que no trepida en proteger a su oveja ¿descarriada? a pesar de las obvias y graves acusaciones que la justicia le ha formulado. A tanto llega, que a todo aquel que disienta de su accionar es descalificado como si fuese un hereje. Incluso, usan y abusan del "poder de la calle" para intentar distorsionar la justicia que merecidamente persigue a esta pobre "victima".

A tal grado llega el internacionalismo del PC que incluso el dictador Nicolás Maduro le expreso su apoyo incondicional, textualmente: “Jadue, es víctima de la infame estrategia violatoria de los derechos humanos mediante la instrumentalización de la justicia como modalidad de acción política”.

Juzgue usted y sea testigo de cómo se unge a un Santón, como se victimiza a un imputado de delincuente. Las pruebas en su contra son contundentes pero aun así el apoyo es irrestricto, y desvergonzado. Se trata de engañar a la opinión  pública realizado efusivas marchas, dando entrevistas descalificatorias para el poder judicial y entregando una aureola de inocencia a su camarada Jadue que, desde luego, los medios de comunicación social y los matinales e informativos difunden.

Este accionar no es nuevo en la izquierda internacional, tenemos muy cerca ejemplos de ello como cuando se victimizó a  Lula en Brasil, acusado y apresado por corrupción; a los Kirchner por administración fraudulenta; a Evo Morales acusado de fraude. También a Rafael Correa, condenado por corrupción y al comunista Pedro Castillo, por corrupción e intento de autogolpe de estado. Y es una larga lista que continua hasta el presente cuando Pedro Sánchez, en España, se victimiza frente a acusaciones judiciales por lo mismo.

A esta forma de hacer política se le denomina "Lawfare". Palabra compuesta del anglicismo por law (ley) y warfare (guerra), y que es como se denomina a la "guerra judicial", que es la instrumentalización y el acoso a la justicia.

El Foro de Sao Paulo encontró la solución a esto, el procedimiento es: Primero desprestigiar el Poder Judicial, a continuación "Politizar la Justicia", y finalmente "cambiar las leyes".

Es lo ocurrido tanto en Cuba como en Venezuela  y es el camino trazado por las izquierdas de América Latina y el mundo.

Ante ésta confabulación contra la ley y el orden que apunta a la destrucción del estado de derecho, es cuando debemos defender nuestra democracia liberal. Defender nuestros valores, nuestra cultura y nuestras instituciones, que es lo que nos debe mantener incólumes ante la siniestra dialéctica de cambio de los movimientos neo-marxistas.

Debemos tener siempre presente que éstas ideologías sustentadas en el marxismo, aprovechan cualquier circunstancia para tratar de imponer sus oscuros propósitos, lo que nos obliga a siempre estar atentos a las estratagemas que nos pretenden imponer. Por eso debemos estar atentos, ser perseverantes y comprometernos profundamente con la defensa de nuestra democracia, de nuestra libertad y de nuestra patria.

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