Por Remigio Pardo
La guerra, es un conflicto armado entre individuos, bandos o países, situación que provoca víctimas (muertos, heridos, damnificados).
Según Wikimedia, "la guerra, es un grave conflicto sociopolítico entre grupos humanos, donde se producen enfrentamientos entre grupos armados para controlar tanto territorios como a individuos".
Lo preocupante para nosotros de una guerra, es que nuestros vecinos tienen subterráneas ambiciones territoriales y miran con apetito hacia nuestro territorio y de allí la constante preparación en este campo, como medida disuasiva que debemos poseer. Ya que quien vence en un conflicto armado finalmente somete, despoja territorialmente o destruye al adversario. Ahora, el inicio de las guerras tiene múltiples causas, como disputas económicas, diferencias ideológicas, ambiciones territoriales, recuperaciones estratégicas, muchas otras. Y de la guerra, nadie está libre, pues es una situación que puede afectar a cualquier país y la obvia y mejor estrategia disuasiva es estar bien preparados. Para lograr esto se requiere de Fuerzas Armadas fuertes y poderosas, tanto en lo material como en su personal. Según Carl von Clausewitz, la guerra es «la continuación de la política por otros medios».
Quiénes participan en la guerra son los combatientes, que son los ciudadanos, generalmente jóvenes y los militares profesionales. Entonces, un soldado, es un individuo que se ha alistado en cumplimiento de un servicio militar obligatorio o voluntario, para ingresar a las fuerzas armadas donde recibe "entrenamiento y equipo" para defender al país y sus intereses.
En su condición de militar, a estos se le exige un alto nivel de compromiso, habilidades y destrezas para poder cumplir el deber y misión principal de los soldados, que es defender la soberanía y la integridad territorial de la patria.
Desde siempre a los soldados se les ha exigido determinadas aptitudes, por ejemplo en la antigüedad a los Espartanos se les exigía una gran fortaleza la que era moldeada gracias a una esforzada y fuerte preparación física y mental. Sólo una vez obtenida podían ser considerados guerreros. Es ésta misma preparación la que se trata de emular hasta el día de hoy en todos los ejércitos, ya que la preparación de los soldados es fundamental, pues se requiere que estén aptos para enfrentar una situación de guerra y para esto se requiere soldados a toda prueba.
Un soldado junto a sus pares y superiores con una adecuada preparación, desarrollan óptimas habilidades físicas y psicológicas con las que se amalgama una eficiente capacidad bélica y cohesión en el campo de batalla. En consecuencia, es importante valorar los beneficios del esfuerzo individual y grupal del entrenamiento físico, ya que éste incrementa las capacidades de las unidades militares y fortalece el poder bélico del soldado, potenciando sus capacidades de combate.
Igualmente importante son los beneficios que provee el esfuerzo y fortaleza del entrenamiento militar, para verificar el comportamiento bajo situaciones de estrés y es en ésta situación cuando se evidencian las conductas y actitudes de los integrantes de una unidad militar, en situaciones de apremio físico, pues es allí cuando afloran las fortalezas y debilidades entre pares y subordinados, siendo éste esfuerzo una herramienta eficaz para incrementar las capacidades individuales y colectivas, ya que cada comandante en el trabajo diario, y especialmente en entrenamientos de combate, es cuando puede evaluar el espíritu de cuerpo de una unidad identificando las potencialidades de cada uno de sus subordinados, lo que es un conocimiento invaluable para cada comandante de tal forma de tener el mejor desempeño en las diferentes misiones que se le asignen en combate.
En este punto debemos tener en cuenta los dos conflictos armados de que estamos siendo testigos y pensar en qué condiciones físicas y mentales tienen que estar combatiendo en Ucrania con temperaturas medias que oscilan alrededor de los cero grados o con las condiciones hostiles con que se combate en Oriente Medio donde se lucha en zona desértica, muy parecida a nuestra zona norte.
Todo lo anterior, nos hace reverenciar las condiciones con que combatieron nuestros abuelos en el Morro de Arica, en Chorrillos, en Miraflores o en la Campaña de la Sierra y donde gracias a la fortaleza de sus combatientes nuestra Patria resultó victoriosa.
Ahora, volviendo al presente y en relación al caso que ya lleva varios días en las noticias por la muerte de un recluta y de varios que resultaron enfermos por una caminata en zona cordillerana de Arica, en esa misma frontera norte del país donde se combatió en 1879. Ese accidente, tiene varias aristas, en primer lugar qué tipo de individuos son los reclutas que sirven en el norte, ya que pareciera que son jóvenes urbanos no preparados mentalmente ni acostumbrados al ejercicio físico, y estos son los individuos aceptados en el Servicio Militar, jóvenes voluntarios que no poseen las condiciones de salud adecuadas para recibir una preparación física en condiciones de altura y bajas temperatura como son las condiciones con que se combate en aquella zona.
Bueno, éstas y muchas otras, son algunas de las preguntas que quedan en una verdadera nebulosa. Lo que sí es una realidad es el oportunismo de la izquierda para arremeter contra el ejército y las FFAA, por un fortuito accidente; justo en éste momento el gobierno, su coalición y los medios arman un gran escándalo como cortina de humo tras las tan requeridas medidas de seguridad y las RUF con las que pueden actuar reglamentariamente las fuerzas de seguridad, medidas que exige la ciudadanía y que se están legislando actualmente en el Congreso.
Y esto pasa justo cuando deberíamos estar en estado de guerra contra la delincuencia y contra el terrorismo que asolan nuestro país. Sólo con un actuar claro y firme ante la violencia se logrará el orden y la paz que añora nuestro país.
Nunca hay que perder de vista la perspectiva de que una nación que quiere la paz, debe prepararse para la guerra.
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