Ricardo Rodríguez Rivas
Máster en Gobierno y Gestión Pública


En la actualidad, Chile se encuentra inmerso en una polarización política y social que está fracturando el tejido de la sociedad y obstaculizando el diálogo constructivo. Desde los días de los acuerdos y consensos que caracterizaron la transición democrática, el país ha transitado hacia un panorama marcado por la confrontación y la falta de entendimiento.

El Servicio Electoral (Servel) y el Censo, instituciones fundamentales para la democracia y el desarrollo nacional, se ven afectados por esta polarización. En lugar de ser herramientas para la participación ciudadana y la toma de decisiones informadas, se convierten en terrenos de disputa política, donde cada bando busca sacar ventaja y desacreditar al otro.

El Servel, encargado de velar por la transparencia y legitimidad de los procesos electorales, enfrenta constantes cuestionamientos y desconfianza por parte de diversos sectores de la sociedad. Las acusaciones de fraude y manipulación minan la confianza en la institución y socavan la credibilidad de los resultados electorales.

Por otro lado, el Censo, que debería proporcionar datos precisos y actualizados para la formulación de políticas públicas y la asignación de recursos, se convierte en un campo de batalla ideológico. Las disputas sobre la inclusión o exclusión de ciertas preguntas y la manipulación de los resultados según intereses políticos particulares distorsionan la realidad y dificultan la toma de decisiones fundamentadas.

En este contexto de polarización extrema, el diálogo y el entendimiento mutuo se ven amenazados. En lugar de buscar puntos en común y trabajar hacia soluciones compartidas, los extremos políticos se atrincheran en sus posiciones y demonizan al otro lado. Se pierde de vista el bien común en aras de intereses partidistas y se alimenta un ciclo destructivo de confrontación y división.

Es crucial que la sociedad chilena reflexione sobre este fenómeno y busque formas de reconstruir el diálogo y la colaboración. El camino hacia un Chile más justo y próspero no puede ser pavimentado por la confrontación y la discordia, sino por el entendimiento y la cooperación entre todos los sectores de la sociedad.

Es hora de dejar atrás el Chile de los recuerdos, marcado por la polarización y la confrontación, y trabajar juntos hacia un futuro de consenso y progreso para todos los chilenos.

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