26 agosto, 2023 

 

 

 

 

 

por Tomás Bengolea


Es de esperar que las derechas trabajen en conjunto y con sentido de realidad para proponer a Chile una Constitución que permita reconstruir el país y no que simplemente agrade a los socialistas de turno.


El debate constitucional al interior del Consejo avanza mientras la mayoría de los chilenos se mantiene muy lejos del proceso. Aunque conectar con la mayoría ciudadana es un desafío evidente para el Consejo Constitucional, el escepticismo y la desconfianza de los chilenos a este proceso es perfectamente entendible, al menos por dos factores y debe ser comprendida y no criticada si lo que se busca es un texto que conecte con la sociedad.

Un primer factor es el tremendo daño que generó a la cuestión constitucional el vergonzoso trabajo de la pasada Convención Constitucional, el mal desempeño de la mayoría de los constituyentes y el profundo rechazo que sufrió la propuesta constitucional que se presentó a Chile en septiembre de 2022. El sectarismo, la intransigencia, el extremismo ideológico y la ausencia de espíritu republicano en el comportamiento de los sectores mayoritarios de esa convención, sumado a un proyecto constitucional que chocaba con las raíces más profundas de la identidad chilena produjo una grieta muy difícil de superar entre los chilenos y la discusión sobre una nueva Constitución.

En segundo lugar, la reactivación de un proceso constituyente inconsulto, fruto del acuerdo de un grupo de partidos políticos convencidos de que el Rechazo a la propuesta de la Convención era un llamado a crear un nuevo órgano paralelo al Congreso Nacional para seguir discutiendo sobre una nueva Constitución, contaba con escasos niveles de apoyo popular desde sus orígenes. Nadie podría -seriamente, por supuesto- sostener que ha sido el trabajo de los consejeros constitucionales el que ha alejado a los chilenos del debate constitucional: en realidad, se trata de un proceso que nació muy lejos del interés ciudadano, cuestión que se vio reflejada en la elección del 7 de mayo. El partido que se opuso al acuerdo para reactivar el proceso constituyente obtuvo el 35% de los votos, el mejor resultado electoral de un partido político chileno en los últimos 50 años en una elección para un órgano colegiado.

El trabajo de la Comisión Experta, republicano, sobrio y fruto de la amistad cívica fue una buena primera etapa. Se logró un anteproyecto de consenso, producto de cesiones recíprocas y que resulta ser un insumo útil para que los consejeros, representantes de la voluntad popular, introduzcan cambios y mejoras que permitan construir un buen texto para Chile, y que conecte con las principales urgencias de los ciudadanos, que dicen principalmente relación con la seguridad pública.

Por ello, es muy valioso el esfuerzo que hacen tanto los consejeros republicanos como los de Chile Vamos por introducir buenas enmiendas al texto constitucional. Es probable que la propuesta constitucional consagre la separación de funciones y la independencia del Poder Judicial; una robusta protección a la propiedad privada y los fondos de pensiones; libertad de elección y un Estado al servicio de las personas; normas que protejan a nuestras Fuerzas Armadas y que den herramientas para combatir el narcotráfico y el terrorismo.

Lamentablemente, sectores de la centroderecha han sido críticos de este proceso, mostrando bastante nerviosismo ante lo que muestran las encuestas y sosteniendo que la estrategia “de Republicanos” estaría fracasando, como aseguró el exconstituyente Larraín Matte. Resulta por supuesto una declaración curiosa, considerando que las derechas sólo pueden aprobar normas con los votos conjuntos de Chile Vamos y del Partido Republicano, y no sólo con los de este último. Estas declaraciones se dan, además, la misma semana en que parte del Partido Comunista anuncia su voto en contra. ¿Acaso algunos en la centroderecha todavía creen que es posible consensuar una Constitución con el Partido Comunista y los sectores más radicales del Frente Amplio?

Todos quienes rechazamos la propuesta constitucional el 4 de septiembre pasado deberíamos tener el firme propósito de lograr un texto constitucional que, recogiendo lo mejor de la Constitución actual, signifique un avance para los chilenos en el camino para recuperar la paz y el progreso social. Para ello, es natural que las derechas en el Consejo Constitucional busquen aprobar enmiendas que reflejen los principios e ideas que genuinamente creemos que le hacen bien a Chile, aún a pesar de las voces críticas que tanto hablan de transversalidad, pero poco de contenidos.

Resulta muy peligroso poner el énfasis de la discusión constitucional en el supuesto cierre de la llamada cuestión constitucional, sin atender al contenido mismo de la propuesta. Por ello, es de esperar que las derechas trabajen en conjunto y con sentido de realidad para proponer a Chile una Constitución que permita reconstruir el país y no que simplemente agrade a los socialistas de turno, que promovieron el Apruebo el año pasado y con quienes existen diferencias profundas sobre los pilares de una sociedad integralmente libre.

Fuente: https://ellibero.cl/opinion/las-derechas-frente-a-la-cuestion-constitucional/

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