Gerardo Varela
“Nuestros jóvenes líderes se presentaban como una generación que no concebía la política como una lucha de ideas sino como una cruzada moral.”
Entre los muchos defectos que tenemos los seres humanos, nada nos parece más reprobable que el de la doble moral. Nos repele el cura Gatica que predica y no practica. El efecto que tuvieron sobre la Iglesia los casos de Poblete, Karadima y Maciel será difícil de reparar. Qué decir del impacto sobre la anterior Convención del impostor Rojas Vade o del caso Caval sobre Bachelet.
Nuestros jóvenes líderes se presentaban como una generación que no concebía la política como una lucha de ideas sino como una cruzada moral destinada a castigar pecadores, y reemplazarlos por ascetas virtuosos que pondrían los intereses del país por sobre sus miserias personales. Yo desconfío de la política como una cruzada moral. Pienso en los nazis tratando de purificar Alemania o en los comunistas creando el hombre nuevo socialista a punta de purgas, asesinatos y trabajos forzados reeducativos. Lo que vemos es que nuestros moralistas eran tan pecadores como todos. Por eso la democracia debe descansar sobre la solidez de las instituciones, la santidad del voto y la imparcialidad de las leyes más que sobre la virtud de las personas.
Por eso el escándalo de esta semana nos indigna tanto: porque es al interior del partido de Giorgio, Revolución Democrática, autoproclamados moralmente superiores. El escándalo involucra a la diputada Catalina “Yonosená” que alguna vez llamó a “quemarlo todo” pero en su entorno escucharon “quedarnos con todo”. Y se abocaron con entusiasmo a la tarea. Su pareja dirige la fundación Democracia Viva que resultó ser más “viva” que gato de campo: esta recibió del seremi de Vivienda —exjefe de gabinete de la diputada— pagos anticipados por más de $400 millones, por trato directo, sin garantía y para prestar servicios de dudosa utilidad. Recordemos que, por mucho menos, Karen Rojo está condenada a 5 años de cárcel. Cuestionada la diputada, sobre si los hechos configuraban un “ménage a trois”, negó a sus amigos y camaradas, y se refirió a ambos como a “dos hombres adultos” que firmaron un contrato inapropiado. Con ello me acordé de Bill Clinton negando la fellatio de Mónica en el salón oval, diciendo “nunca tuve relaciones sexuales con esa mujer”. Pero esto no para ahí: su pareja, aprovechando sus habilidades para el camuflaje, asesoraba a honorarios al Ministerio de Defensa; y además la directora de comunicaciones de la fundación (donde yo buscaría los títulos perdidos de la Loncon), pagada con dinero de todos los chilenos, se dedica a publicar videos eróticos en RRSS (confiemos que sin afán de lucro). Este caso se agrega al de dos militantes de RD acusados de malversar $1.600 millones en la Municipalidad de Providencia.
Parece que a les muchaches de RD nadie les enseñó los riesgos de escupir contra el viento. Condenaban el lucro, pero hoy nos enteramos que era el ajeno y no el propio, demostrando que, cuando la moral compite con el lucro, rara vez gana la moral. Se ufanaban de donar el sueldo hasta que descubrimos que lo hacían consigo mismos. Se oponían a la “economía extractivista” porque querían reemplazarla por la “política extractivista”, que es mucho más rentable porque no se arriesga plata propia y no hay que trabajar. Criticaban las boletas ideológicamente falsas hasta que ahora descubrimos que las reemplazaban por fundaciones ideológicamente falsas.
Lo que resulta verdaderamente inmoral es que el Minvu malgaste nuestra plata en proselitismo político en vez de resolver el déficit habitacional. Y que el ministro Marcel insista en subir impuestos mientras se despilfarran fondos públicos en fundaciones truchas, en una comisión de fake news, en pagar sobreprecios por clínicas y en cuanta otra corruptela se les ocurre a les muchaches. Imagínese la cantidad de fundaciones que podrían financiar los compañeres si administraran nuestros ahorros previsionales.
La moraleja de este incidente me recuerda la película “Deconstructing Harry”, de Woody Allen. Cuando la prostituta le dice a Harry: “Tú no tienes valores. Toda tu vida es nihilismo, cinismo, sarcasmo y orgasmo”. Y él le contesta: “¿Sabes? En Francia con ese eslogan me habrían elegido Presidente”.
Fuente: https://www.elmercurio.com/blogs/2023/06/24/108450/morales-inmorales-y-amorales.aspx
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