12 de julio, 2020 

 

 

 

 

 

 

Jaime Jankelevich
Consultor de empresas


Los camaleones son reptiles que cambian de color para sobrevivir. En el congreso, el miércoles pasado, conocimos camaleones que, al igual que los reptiles en su hábitat, cambiaron de color, cruzaron la línea roja y, traicionando a su coalición y al gobierno, aprobaron un mal proyecto sin importarles las graves consecuencias de su incoherente actitud.


Había una vieja canción que decía así: “el camaleón mamá, el camaleón, cambia de colores según la ocasión, y continuaba:  mucho me querías si conmigo estabas, yo me daba vuelta y tú me engañabas”. Tal vez el miércoles en la noche el gobierno recordó aquella canción. También los parlamentarios de Chile Vamos leales a sus principios y a la coalición, y por cierto miles de electores, que se sintieron traicionados al ver que esos diputados fueron desleales con su gobierno y con defender los principios e ideas que alguna vez dijeron representar, y les permitió ser elegidos.

El gobierno, consciente de los problemas de la clase media, creó un excelente plan de ayuda económica que supera muy ampliamente la solución del retiro de fondos de las AFP. Y como si ese plan no fuera suficiente, el día de la votación, amplió los beneficios y, entre otros, decidió subsidiar el pago del 25% de los $2.4 MM del préstamo a interés cero; es decir, $600.000 a todos los beneficiarios del programa. En otras palabras, recibirán ese dinero y no tendrán que devolverlo.

Pero, así y todo, trasversalmente encontraron insuficiente la ayuda, como si de pronto fuéramos un país inmensamente rico, con dinero para despilfarrar, pero gobernados por una autoridad tan insensible que no lo quiere soltar, y por eso había que obligarlo, hasta que le doliera.

Es lo que hicieron 9 diputados RN y 4 UDI, los camaleones que votaron en conjunto con el FA, el PC y la Nueva Mayoría, quienes no están en esta parada para ayudar a la clase media, porque saben que el plan del gobierno es mejor. Lo hacen para acabar con el sistema de AFP y seguir avanzando por más, sin engañar a nadie, porque lo dicen abiertamente.

Lo que hicieron los 13 diputados del oficialismo al unirse al proyecto sustentado por la izquierda fue crear una situación de máxima gravedad, porque pusieron en jaque no solo el sistema de capitalización individual, sino todo el modelo de desarrollo del país, provocándole además al gobierno, una derrota de incalculables proyecciones. Esta falta de lealtad con el gobierno, con la coalición que les permitió ser elegidos, con sus electores y con Chile, es imperdonable, porque está generando consecuencias muy graves en lo político e implican un alto riesgo para el desarrollo del país, de aprobarse finalmente esta pésima iniciativa.

De prosperar, las AFP tendrán que liquidar activos estimados entre US$8.000 a US$35.000 MM en el mercado internacional, con precios a la baja, por la urgencia en vender sumado al efecto pandemia. En el mercado nacional, $1.000 MM en acciones locales se tendrán que liquidar. La rentabilidad de los ahorros caerá. El dólar con ese influjo, bajará de precio y sufrirán las exportaciones, pues se van a encarecer. También habrá que liquidar bonos del Central, subirán las tasas de interés, y todo eso afectaría la reactivación.

Nuestra clasificación de riesgo seguramente empeorará, por lo que endeudarse será más caro y en definitiva volveríamos a ser un país de la medianía, sin ninguna seguridad de alcanzar el desarrollo. Si en 2008 Andrés Velasco aseguraba que lo seríamos en 2020, las proyecciones actuales, de aprobarse el proyecto, sitúan aquello en 2040.

Los inversionistas ya están inquietos por lo que está pasando en el país. Imagínese, estimado lector, si a esto le agregáramos dos años de incertidumbre, de ganar el «Apruebo» en el plebiscito. ¿Querrán invertir en Chile?

Dudo que los camaleones hayan pensado en todo esto cuando votaron a favor del retiro de fondos. Si no cambian de parecer en lo que queda por tramitar, las pensiones pasarán a mejor vida y el país se habrá jodido.

Fuente: https://ellibero.cl/opinion/jaime-jankelevich-camaleones-en-el-congreso/

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