24 de mayo, 2020 

 

 

 

 

 

Jaime Jankelevich
Consultor de empresas


Cuando estamos pasando por los momentos más difíciles de la pandemia, hay actores políticos a los que solo les interesa causarle problemas al gobierno. Es así como no dudan en utilizar a la gente que más está sufriendo en estos días, incitándola a protestar, sin importarles que con eso solo le aumentan aún más el sufrimiento y las penurias.


«Hambre» decía la imagen proyectada desde un edificio de Plaza Italia a la torre de Telefónica. Coincidió con los actos de violencia que hubo en la comuna de El Bosque, donde reconocidos activistas del PC en forma presencial y el FA por las redes sociales estuvieron envalentonando el actuar de unos pocos desenfrenados que, no respetando la cuarentena, enfrentaron a Carabineros con piedras y bombas molotov, queriendo dar la sensación que la violencia era por falta de ayuda gubernamental.

Curiosamente, eso ocurrió justo un día después que el Presidente comunicara que se van a repartir 2.5 millones de cajas con alimentos y artículos de aseo, puerta a puerta, para que la gente no salga de sus casas. ¿Cuál fue la reacción de estos actores ante dicho anuncio? Una feroz crítica, por no estar listas y entregándose en forma inmediata; por el contenido; por la manera de repartirlas; porque lo consideran un negociado con las grandes cadenas; por lo que sea. De lo que se trata es de destruir cualquier iniciativa a través de las críticas más descarnadas.

Es la gran diferencia entre los que yo llamo los constructores y los destructores.

Entre los primeros destacan los miembros del equipo de salud, que siendo los más expuestos al contagio, están siempre al pie del cañón. Sigo con los empresarios liderados por la CPC, que han reunido cerca de cien mil millones de pesos, puestos en forma solidaria y efectiva a disposición del país; también esas pymes que mantienen a duras penas las empresas funcionando, para no causar cesantía; las fundaciones, que hacen ingentes esfuerzos por mantener el apoyo a los más necesitados, y por cierto los miles de compatriotas siempre dispuestos a construir país. Termino con el Gobierno, dedicado por entero no solo a combatir la pandemia sanitaria, sino que también la socio-económica, destinando miles de millones de dólares a programas especiales de soporte a las pymes, a la preservación de los empleos, y a la gente que más requiere su ayuda porque hoy lo están pasando mal.

Los destructores son esos mismos que llamaron a la desobediencia civil en octubre pasado; los que inventan consignas para incentivar las protestas; los que ampararon la violencia durante meses, que dañó la economía, destruyó empresas y creó desempleo, todo lo cual se ha profundizado por la actual pandemia. Son los mismos que exigían cuarentena total en todo el país por el tiempo que fuera necesario, criticando el manejo de la pandemia y que hoy protestan porque algunas empresas han tenido que recurrir a la ley de protección del empleo para poder sobrevivir ante la falta de actividad económica. Los que provocan falsos conflictos como los ocurrido en El Bosque; los que todo lo critican sin proponer nada que genere valor; los que obstaculizan la aprobación de las leyes y no respetan la constitución que juraron respetar; los que atentaron contra la democracia intentando destituir al Presidente; los que le piden consejos para recuperar el poder a quien gobierna una vecina nación; los que quieren terminar con las AFP;  los de la retroexcavadora, con la que intentan destruir las bases del modelo que tanto bienestar ha generado.

Chile no resiste ni quiere saber de más destrucción; por el contrario, requiere la suma de todas las buenas voluntades dispuestas nuevamente a construir país, tal como se hizo durante más de 30 años, desde las cenizas que dejó aquel gobierno, cuyas ideas, eran las mismas de los que hoy pretenden el poder.

Fuente: https://ellibero.cl/opinion/jaime-jankelevich-de-constructores-y-destructores/

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