13 de mayo de 2020
Tomas Bradanovic
Noto algo raro en la política chilena, es algo que no recuerdo haber visto antes. Hay una especie de trivialización, de discusiones sobre asuntos serios pero con argumentos infantiles. Ya nadie se frena ni le avergüenza decir algo absurdo o infantil cuando se están tratando los asuntos más graves y delicados, a nadie le importa mentir abiertamente, decir una estupidez o hacer el ridículo, tenemos varios diputados que parecen disfrutar de hacer eso todos los días.
Esa incapacidad para darse cuenta del rechazo que producen creo que es nueva, dicho en chileno se podría representar por la expresión "me cago en el piano". Cuando un diputado que se hace llamar "florcita motuda" a la hora de dar su discurso se dedica a emitir gritos desgarradores, desafinados con letras absurdas o simples consignas, un tipo de setenta y tantos años, pero con la edad mental de un pre adolescente ¡con derecho a discutir y votar las leyes! Es un loco sin duda, pero no lindo, de ninguna manera.
La ingeniería electoral
Uno podría decir, "bueno, si el pueblo los eligió, entonces que se jodan", pero resulta que el pueblo no los eligió, está allí por un absurdo cambio al sistema electoral que permite que alguien con cuatro o cinco mil votos esté sentado legislando al lado del que sacó diez o veinte veces esa cifra. Si no me equivoco Gorgio Jackson fue el diputado más votado en la última elección (103.484) y arrastró a dos compañeros de lista que son parte de la "bancada del 1%", Winter y Castillo (5.230 y 4.462 votos respectivamente), dejando fuera a Mayol que sacó más de 20.000 votos.
Lo más insólito, es que a este sistema lo llaman "proporcional" ¿proporcional a qué puede ser un sistema donde el que saca un 1.5% deja afuera al que sacó 25%?
La explicación de las mafias políticas es la siguiente “Cuando alguien llega a la urna y marca Giorgio Jackson, también marca por su visión política, que es la visión compartida por todas las personas que van bajo el alero del partido”, eso en palabras de Natalia Castillo, que está en el parlamento con un 1.02% de los votos.
Resulta que esta ingeniería electoral permite a las mafias partidarias hacer elegir a quien ellos dan un cupo, independiente del hecho que saquen una votación ínfima. Le arrebatan el mandato a los que votan y se lo toman para ellos mismos.
Los emprendedores de la política
Además, esto ha incentivado la aparición de estos "partidos emprendimiento" del que Revolución Democrática es un perfecto ejemplo. Son partidos minúsculos, inscritos a la mala y con un dueño o emprendedor, en el caso de RD es Jackson, otro ejemplo es Mirosevic con "su" Partido Liberal. Resulta que estos personajes primero levantan capital de millonarios locales y billonarios extranjeros, interesados en tener sus títeres en la región. Con harta plata para repartir, compran votos a destajo en lugares que son una especie de feudos, donde han armado su cuento.
Al llegar el dueño del partido al parlamento, adquiere poder político y este novísimo "emprendimiento político" se transforma en un negocio imparable, una máquina para hacer plata y adquirir poder sacando millones no solo del Servicio Electoral -para lo que crearon una ley ad-hoc para "financiar la política" con plata de impuestos- sino que usan todos los resortes del poder para colocar a familiares y palos blancos a sacar los millones en actividades legales y de las otras. Recuerden el caso de la madre de Jackson en JUNAEB, es un ejemplo de manual.
Parece que el inventor de este negocio político fue Fernando Flores. Cuando fue candidato a senador por nuestra región, dijo que iba a gastar un millón de dólares de su bolsillo, así lo hizo y fue elegido ¿Cómo? Primero escogió un slogan que no significaba nada "Flores me tinca", después trajo a la ciudad un circo que estuvo durante toda la campaña dando funciones con entradas regaladas (no es chiste, es la realidad), después salió a comprar votos de la manera más descarada. Y los compró baratos, porque los ariqueños nos vendemos muy barato. Tuvo el ojo para darse cuenta de eso, acá se venden por dos pesos cincuenta.
Auto asignándose plata y privilegios
Bueno, todo esto es sabido, menos conocido es que en 1990, al dejar los militares el poder, el sueldo de un parlamentario era igual al de un ministro de estado, estaban homologados. Adivinen cual fue una de las primeras leyes aprobadas en democracia, en 1990 ¡Bingo! Subir el sueldo de los parlamentarios por supuesto: Ley Número Uno. Además, después del escándalo MOP-Gate del gobierno de Ricardo Lagos, los sueldos de los ministros subieron a las nubes, como parte de la negociación con la derecha para no acusar al ex presidente Lagos,
Pero los parlamentarios no pararon, de manera muy discreta han ido subiendo más y más sus ingresos y agregándose asignaciones que llegan a ser grotescas: una asignación extra por ir a su trabajo, una asignación por el "desgaste" en el uso de su auto, seguros millonarios, en fin, la lista es enorme. Si alguien quiere hervir de rabia y echar a perder su día, le recomiendo que le de un vistazo a esta página del Banco Central, donde muestra como los parlamentarios chilenos, calladitos se han ido convirtiendo en los mejor pagados del mundo.
Resumiendo, es una mesa de tres patas: burlan la voluntad popular, crean la oportunidad de hacer rentables negocios con "emprendimientos políticos" y se agregan cada año más dinero y privilegios. Es como abrir un negocio donde el empresario decide cuanta plata va a ganar: el cielo es el límite y si no se le pone freno se va a repetir el "ruido de sables" de los años 20, que nos trajeron 50 años de desgracia.
Todas estas sinvergüenzuras, estupideces, desatinos, actitudes de niño chico, rabietas en el parlamento coreadas por los medios de prensa, que son controlaos por los que financian a los políticos, en fin, todo este circo pobre que nos enfurece, no son lo peor.
Lo peor de todo es que la escoria de nuestra gente es la que está llegando al poder político, gente que jamás debió estar allí, no tanto por sinvergüenzas sino por incapaces. Son gente sin capacidad intelectual, con el cerebro de un niño y que se dedican a cultivar sus clientelas de perdedores y resentidos que son igual que ellos, peo sin poder ni plata, a ellos le compran los votos, baratos sin duda. Hay muchos borderline y delincuentes que llevan décadas como parlamentarios, para que dar nombres.
Esto de tener a la peor gente tomando decisiones empezó con Bachelet, siendo una persona mediocre y estúpida ella misma -para no hablar de resentimientos- se rodeó de los suyos: Jorrat, Arenas, Eyzaguirre, la Jupi, la Rincón, todo el centro de madres, gente incapaz y arribista a más no poder ¿Qué ejemplo mejor del piojo resucitado que Peñailillo?
Pero ese fue solo el comienzo, vino la segunda oleada de los "emprendedores políticos" que salieron todavía peores, borrachos y buenos para la droga, lo que sería admirable en un amigo mío, pero nefasto en alguien que tiene que tomar decisiones cruciales para el país, sin preparación ni frenos morales de ninguna clase, con ideales de cartón, siempre dispuestos a venderlos y robarse hasta el gato a la primera oportunidad.
Por eso estamos en la "niñocracia", donde el niño Winter o la niña Jiles sacan al pizarrón al ministro Mañalich en medio de una situación de gran peligro para el largo plazo del país. Como son estúpidos, incapaces de crear nada, su comportamiento es básico y fácil: oponerse a todo, cualquier cosa que el gobierno anuncie, lo que sea, simplemente le buscan un razonamiento para oponerse, como en un juego de niños.
Lástima que la cosa no es un juego y lo únicos niños son ellos, que llegaron donde están por una cadena de desgraciadas casualidades.
Fuente: https://bradanovic.blogspot.com/
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