Escribe: Gral. Hernán Núñez Manriquez
Leo que Sebastian Piñera critica a Kast por “instrumentalizar” a las FF.AA. “El está buscando su nicho pero no me parece sano lo que hace”.
No me voy a referir a José Antonio Kast como opción preferente de la mayoría de los militares, pero si al Sr. Piñera.
Está convencido por los cómplices pasivos que lo acompañan, que él puede pontificar sobre lo que es sano o insano en Chile.
El único que en Chile ha instrumentalizado a las Fuerzas Armadas es el Sr. Piñera.
En un intento desesperado por recolectar votos, reunió a los militares en retiro, les prometió solo embustes, obtuvo el voto castrense, los traicionó, los humilló, los despreció y los encarceló, increíblemente con más fuerza que los gobiernos de la Concertación.
El 12 de Noviembre de 2009, en el Circulo Español nos engañó burdamente para obtener nuestros votos y el de nuestras familias. Sus promesas de prescripción y amnistía, debido proceso y aplicación correcta de tratados internacionales solo fueron “patrañas” de un candidato que nos utilizó y nos “instrumentalizó”.
El primer militar que en esa ocasión se levantó a aplaudirlo, hoy es un prisionero en Punta Peuco. ¡Toda una carajada!
Piñera siempre nos ha despreciado. Su imagen comiéndose las uñas en la Parada Militar, mientras desfilan las tropas, es indesmentible. O la imagen ridícula de un Piñera vistiendo nuestra gloriosa tenida de combate, con casco, camisa blanca y corbata roja, es manifiesta. O el ser acompañado en muy raras ocasiones por los edecanes militares “porque no le servían para nada”, como se lo manifestó a un senador, es notorio. O haber desmantelado la tradicional Casa Militar en La Moneda para colocar a Lavin, nadie supo para qué, a su lado.
Para eso, “pelotudamente”, le di mi voto y el de los míos. Para que sus abogados encabezados por el “papabile” para ministro de Defensa, Rodrigo Ubilla, fueran implacables para abrir 1000 y tantos nuevos procesos contra militares.
Desde el retiro observé como nombró a Ministros de Defensa a personas como Andrés Allamand (“Que le debe todo al gobierno militar” según el ex Senador Miguel Otero) en que creyó hacerse cargo de una empresa en que podía menoscabar a los militares, faltarles el respeto y destruir sus tradiciones. “Sentarse en ellos”.
En un afán desesperado por subir en las encuestas y a través de un montaje, todo filmado por Gendarmería, cerró el Penal Cordillera.
Piñera nos debe la vida de un distinguido y querido general, el General Odlanier Mena, que prefirió la muerte a ser humillado: “Piñera busca por todos los medios a su alcance posicionarse como candidato en las próximas elecciones de 2017” escribó en su carta póstuma. Con increíble desparpajo, Piñera mandó condolencias a su hijo embajador y a su familia.
Sin medir sus palabras, trató de “criminales”a los prisioneros de Punta de Peuco.
En fin, su señora declaró que “podría haber sido una detenida desaparecida” porque una patrulla en pleno toque de queda, le pidió el carnet.
El Sr. Piñera debe saber que la traición y la mentira no es barata.
El traicionó la confianza de hombres buenos.
Más temprano que tarde lo veremos con esa verborrea numerada y parrafeada, alabándonos nuevamente, y golpeando nuestras puertas pidiendo nuestros votos.
¿Cuál cree que será mi respuesta?