Gian De Biase
La guerra civil que evitaron los generales O´Higgins y Pinochet en sus respectivas épocas, es la misma que de nuevo amenaza Chile ¡Y España!
Protestas en Chile | CNN en español
Todos los pueblos hispanoamericanos fueron seducidos por el clamor revolucionario, que llegaba, en primer orden, del norte, desde las 13 Colonias Británicas que habían iniciado una revuelta contra la Corona Inglesa, que terminó en una guerra y la Independencia de los Estados Unidos de América. La misma historia ocurrió con los franceses, seducidos por ideas de origen liberal, que era la moda en Europa, surgido de la intelectualidad protestante anglosajona, e inspirado y fundamentado, profundamente en la Reforma del hereje de Martín Lutero.
Podríamos discutir sobre el carácter conservador de Padres Fundadores de América, personas como John Locke (que además era terrateniente en las colonias) o Adam Smith, y también de las ideas revolucionarias de Montesquieu, Rousseau, Voltaire, y otros, los cuales solo venían a consolidar, pero ahora de forma “laica” las ideas de la reforma protestante, de ahí, surgiría el conservadurismo y el liberalismo, además de la masonería. Partidos y sectas, con ideologías, e incluso su propia interpretación de dios conocida como la “teología liberal”.
Todas estas ideas, fueron metidas en un barco de contrabando y traídas a Hispanoamérica, donde una clase resentida criolla, que había disfrutado de siglos de estabilidad, paz y prosperidad, se encontraba celosa, que el Rey, en España, fuera quien tuviera el poder, cuando ellos acá, manejaban todo y podrían hacerlo, mucho mejor. Rebelarse contra España, no solo fue una “injusticia tributaria”, como lo quieren hacer creer ¡Vamos a adentrar en eso!
Inicio de la reforma del hereje Lutero, supuestamente por culpa de las indulgencias. Inicio de la revolución americana, “tea party”, se rebelan contra los impuestos injustos. Inicio de la revolución francesa, dicen que un impuesto al pan. Y, por último, y más importante ¿Inicio de la revolución hispanoamericana? ¡Impuestos injustos al cacao y otras materias de exportación!
Me parece curioso, que toda esta sucesión de eventos desafortunados, pero bien planeados, partan de la base siempre de una injusticia económica, y manténgalo en su mente que esto será explicativo más adelante. Para efectos de este cuento, tendremos la mirada en una Capitanía General en el Sur de las Indias, un país pequeño y estable, con el clima siempre en su contra, terremotos, inundaciones, temblores constantes ¡Y además! Los indios más valientes y sanguinarios, tal vez de todo el continente, los temibles Araucanos.
Ahí llegó don Pedro de Valdivia, desde el Perú, y conquistó esos dominios para su Majestad Carlos I ¡El Emperador! Que, al emprender su campaña, con admirable valor y financiándola con sus propios fondos, recibió las gracias de su Rey y fue encargado como Gobernador de Nueva Extremadura o Chile, de donde era oriundo don Pedro. A los 52 años de edad, luego de una vida de batallas contra los indios, el Gobernador de Chile es capturado por los Araucanos y es asesinado por estos.
Y, así pues, nace la nación chilena y su tradición, desde lo más profundo de la Hispanidad castellana. Para su nacimiento, Extremadura era parte de Castilla. Después de
esto, empezaría la formación de Chile, con personas de todo España. Y así se conformaría una modesta Capitanía General, que, dentro de sus limitaciones especiales, sus clima adverso y su austeridad, serían capaces de ser el fiel reflejo del sentimiento y cultura hispana.
Posteriormente, don Bernardo O´Higgins, formado con los ingleses, al igual que muchos otros próceres de la emancipación de Hispanoamérica, como Bolívar, que también serían instruidos por franceses. Esa mezcla de ideas revolucionarias importadas del norte de América, de Francia y de Gran Bretaña, serían las ideas locas, que alimentarían el resentimiento y las ambiciones, de una élite criolla, envidiosa, molesta, y en gran parte resentida con España, que se sentían y se hacían decir segundones, cuando en ningún momento lo fueron, puesto que Hispanoamérica era España, un solo Reino, con un solo Rey y un solo Dios.
Esta combinación que no puedo detallar a profundidad, dio como resultado que Chile declarara una Junta Provisional Gubernativa del Reino con un Director Supremo leal a su Majestad el Rey Fernando VII, como su nombre lo indica. Terminada la Junta y empezada la guerra, puesto que los monárquicos del Rey Fernando, afrancesados, no manejaron la situación de la mejor forma, esto dio lugar al único escenario posible, una guerra fratricida.
Esta guerra fue liderada por O´Higgins, que sería Director Supremo de Chile entre 1817 y 1823, que sería inspirado por las historias revolucionarias, ideologías nuevas y sectas masónicas, y congregándose con los hombres de su época, como Andrés Bello o el mismo Bolívar, concretaría la emancipación de Chile con éxito para los criollos chilenos, luego de bravías batallas contra sus propios hermanos hispanos, para el deleite de la élite que se erigía como una cobra sobre su estupefacta víctima.
El Director Supremo O´Higgins sería obligado a renunciar el 28 de enero de 1823, porque al ver triunfante la revolución protestante-conservadora-liberal-masónica en Chile, los políticos en sus asambleas se confabularían contra el líder, que al parecer tenía rumbo propio. Fue obligado a renunciar por una Asamblea Nacional en Cabildo abierto. Don Bernardo moriría en Perú, devoto a Nuestro Señor Jesucristo, yendo a misa a diario, tal vez arrepentido de la ofensa que cometió contra la Nación Hispánica, el Pueblo Chileno y el Rey de España, es decir, contra Dios.
Y luego, y con muchas tribulaciones, como lo fue la historia de las Repúblicas Masónicas de Hispanoamérica, de espalda al Rey, para luego estar de espaldas a la Iglesia, a su propia cultura hispánica y actualmente de espaldas a Dios. Chile ha venido teniendo el mismo comportamiento por parte de su élite dirigente, un comportamiento que coquetea con el suicidio colectivo.
Es así, como la élite criolla chilena en 1970, decide elegir a Salvador Allende y el proyecto comunista, por votación, primero popular, que no le daría el margen al comunista Allende para ganar, posteriormente por el Congreso, donde el establishment chileno se aliaría con Allende, a pesar de saber las historias que provenían de la Unión Soviética y de Cuba.
Al darse cuenta del error cometido, la élite criolla, ahora no solo liberal y burguesa, ahora también marxista ¡Denunciando que en Chile se explota al trabajador! ¡Y que la
persona que tiene debe repartir sus tierras! ¡Porque tiene porque se lo ha robado al pobre! Solo así se crea el malvado rico ¿Recuerdan las excusas económicas dada por protestantes y revolucionarios masónicos? Ahora le sumamos la excusa de los marxistas, ya no solo roba el Rey y la Iglesia, ahora roba ¡El burgués! El ciudadano común, que tiene dinero. Ahora todo ciudadano que tenga más que otro roba, y roba porque para tener le quita al vecino.
Es así como apareció el general Augusto Pinochet en escena, para deponer la locura comunista de Allende. La élite criolla desesperada, la misma que el pasado se había separado del “yugo hispano” para meterse en el yugo inglés y francés, o la misma que pedía comunismo porque todos roban ¡Pego el grito al cielo cuando vio la mano soviética y cubana en Chile! No podían creer que sus jefes ahora eran Fidel Castro, el Komitern, el Partido Comunista de Chile, y por supuesto, el secretario general del Partido Comunista Soviético.
El general Pinochet, segundo libertador de Chile, católico, devoto, militar, depone a Allende y endereza el rumbo del país. Aplasta las guerrillas terroristas de más de 15mil hombres que había organizado Allende con su jefe Fidel. Después de 17 años, la misma dirigencia que subió al general Pinochet ¡Lo baja! Y es así como en el plebiscito de 1988, donde el pueblo manipulado sería depuesto, vía electoral, nuevamente por la izquierda marxista que quiso destruir Chile. Inmediatamente, rematarían con otra manipulación electoral en 1989, donde reformaría la Constitución del Gobierno Militar, ideada por don Jaime Guzmán.
El general Pinochet, fue perseguido político de la izquierda internacional, del inquisidor comunista Baltasar Garzón. Fue detenido en Londres, apoyado por Margaret Thatchet, mientras en Chile, el Senado decidió apoyarlo, y el presidente Frei Ruiz-Tagle rechazó las acusaciones del inquisidor Garzón. Al regresar a Chile, todo había sido una trampa para arrestar a Pinochet por delitos más graves que los planteaba el Garzón. Delitos falsos de asesinato montados a través de “FICCIONES JURÍDICAS”, rama del derecho chileno donde te inventan un expediente de asesino para metete preso, solo si eres un hombre con moral y buenas costumbres cristianas.
Es así, como llegamos a 2020, donde esta misma dirigencia criolla, burguesa, traidora, acomplejada y resentida, está entregando Chile al comunismo cubano, el globalismo de George Soros, a las sectas masónicas, a los terroristas islámicos y a todos los enemigos de Dios, de Hispanoamérica y de España. Anticristianos militantes que respiran odio. Guiados por la Antigua Serpiente, que quien les susurra todos los pasos que deben dar.
Es una capitulación ante el comunismo, que disfrazan de plebiscito, para generar una Asamblea Nacional Revolucionaria, como hizo la élite criolla en el pasado o hizo Lenin en el pasado reciente, para instaurar el Principado del Infierno de Satanás en Chile. La guerra civil que evitaron los generales O´Higgins y Pinochet en sus respectivas épocas, es la misma que de nuevo amenaza Chile ¡Y España! Puesto que Pedro Sánchez es aliado de Raúl Castro.
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