30 septiembre, 2020 

 

 

 

 

Francisco Orrego
Abogado


Muchos recordarán la famosa y última columna escrita por el empresario Felipe Cubillos, “Soy un indignado”, poco tiempo después del devastador terremoto y tsunami de 2010. En ella, Cubillos manifestaba su indignación frente a los primeros indicios de una crisis que comenzaríamos a vivir a partir del año 2011. Muchas de sus reflexiones están plenamente vigentes en el Chile de hoy.


La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados”, decía Groucho Marx.

No nos saquemos la suerte entre gitanos. Al igual que yo, muchos de ustedes deben estar cansados e indignados. ¿Me equivoco? Con justa razón, a ratos nos sentimos enojados e irritados por todo lo que está pasando en nuestro país. Vamos a cumplir un año desde el fatídico 18/O y estamos agotados. ¿Se imaginan una travesía de 2 años en un proceso constituyente cuyo éxito no está asegurado?

Muchos recordarán la famosa y última columna escrita por el empresario Felipe Cubillos, “Soy un indignado”, poco tiempo después del devastador terremoto y tsunami de 2010. En ella, Cubillos manifestaba su indignación frente a los primeros indicios de una crisis que comenzaríamos a vivir a partir del año 2011. Han pasado 9 años y personalmente sigo siendo un indignado. Leerla aún impacta. Muchas de sus reflexiones están plenamente vigentes en el Chile de hoy.

Es precisamente esa indignación la que debemos tratar de canalizar y encauzar hacia uno de los principales -más no exclusivos- responsables de la crisis que vivimos: los políticos. Consciente o inconscientemente, ellos mismos se pusieron la soga al cuello al celebrar el Acuerdo por La Paz Social y Nueva Constitución del 15 de noviembre pasado. Por ello es que el plebiscito del 25 de octubre se transformará en una instancia de cuestionamiento o desaprobación hacia el mundo político.

Necesitamos cambios. Qué duda cabe. Pero esos cambios no vendrán de la mano de “los mismos de siempre”. Solo vea a quiénes promueven los partidos de oposición como candidatos para la Convención Constituyente. Muchos parecen personajes sacados de la película de Jurasic Park.

Aunque siempre he sido partidario de los acuerdos y de las soluciones institucionales, debo confesar que hay muchas cosas que me indignan sobre este proceso constituyente, al cual fuimos “voluntariamente” convocados por los políticos. Para comenzar, admito que me indigna tener que compartirlas con mis lectores, así como por generalizar, siendo que existen buenos políticos, aunque pocos. Pero lo hago en el entendido y con la esperanza de que movilicen a todos quienes apoyan la opción Rechazo a concurrir a votar en el próximo plebiscito del 25 de octubre, a pesar del miedo o temor. “Temer es una reacción. El coraje es una decisión”, nos recuerda Churchill.

Vamos viendo. Simplemente:

ME INDIGNA el doble estándar de los políticos, que predican una cosa pero practican otra. Hablan del interés superior del país o razones de Estado, pero prefieren defender sus privilegios. Dicen defender la educación o salud publica, pero prefieren enviar a sus hijos a colegios privados o atenderse en clínicas privadas. El proceso constituyente está hecho a su medida y no evitará el abuso de sus privilegios. Sus privilegios solo aumentarán con la nueva Constitución.

ME INDIGNA que los políticos reclamen por la legitimidad de origen de la Constitución, y al mismo tiempo la hayan plebiscitado en dos ocasiones y modificado más de 50 veces, siendo la más importante el 2005 bajo el Gobierno de Ricardo Lagos, que ahora la desconoce. Nada dicen del clima de violencia bajo el cual se generó el actual proceso constituyente. El origen de la futura Constitución será igual de controversial.

ME INDIGNA que los políticos engañen a la gente y jueguen con sus sueños, con falsas promesas, haciéndoles creer que la nueva Constitución va a resolver todos sus problemas. “No es verdad que una nueva Constitución vaya a resolver los problemas que nos aquejan” (Carlos Peña). La nueva Constitución no solucionará los problemas sociales, económicos y políticos del país.

ME INDIGNA que los políticos toleren o acepten la violencia y el desorden como método válido de acción política, en desmedro del diálogo y de los acuerdos. Esa misma violencia que nadie se anima a combatir, a la cual todos se rinden y que nos tiene a la puerta de echar por la borda más de 30 años de progreso, por el capricho de unos pocos. Es altamente probable que la nueva Constitución sea el fruto de la amenaza y violencia.

ME INDIGNA que el proceso constituyente mantenga el monopolio de los partidos políticos, porque la elección de los constituyentes se regirá por la actual ley electoral donde los independientes casi no tendrán cabida. Las listas de candidatos serán confeccionados por los partidos políticos, quienes manejarán la Convención a su pinta. El proceso constituyente privilegia a los partidos políticos.

ME INDIGNA la mala fe con que algunos sectores pretenden participar en el proceso constituyente. Los sectores más radicales e intolerantes de la oposición quieren partir el proceso Constitucional desde una “hoja en blanco”. Otros pretenden torcer el espíritu y letra de los acuerdos del 15 de noviembre y de su consiguiente reforma constitucional, incluyendo su votación como un todo. El proceso Constituyente lo manejarán los mismos tramposos de siempre.

ME INDIGNA el populismo y la demagogia de los políticos, que recurren a un cuanto hay para justificar su irresponsabilidad. Esa misma que los lleva a infringir las reglas constitucionales, abusando de ellas o recurriendo a resquicios constitucionales, para sacar adelante iniciativas que son inconstitucionales. El proceso constituyente abre un camino de incertidumbre e inestabilidad.

ME INDIGNA la ingenuidad con que algunos sectores ven y enfrentan el proceso constituyente, sin pensar en que se puede hacer menos traumático y más rápido, si se otorgan facultades constituyentes especiales al próximo Congreso. Nadie parece reparar en los millonarios recursos que el país destinará a un proceso cuyo resultado no está asegurado. Ningún sector político esta en condiciones de garantizar que el proceso será sensato y exitoso.

ME INDIGNA ver la indiferencia y acomplejamiento de los partidarios del Rechazo, dándose por perdedores antes de salir a la cancha. Que piensen, incluso, en no ir a votar porque creen que el partido está jugado y perdido, acogiendo llamados -de último minuto- tan ilusos como irresponsables. La centroderecha no puede rendirse de antemano y menos subirse -por inconveniencia o ignorancia- al carro de los ganadores. Para muchos, el plebiscito del 25 de octubre será la votación más importante que debamos enfrentar. Deben superar el miedo y la desidia y concurrir a votar.

ME INDIGNA no poder hacer mucho más por tratar de aportar a mi país de cara el próximo plebiscito, pero tengo la secreta esperanza de que mi pluma, junto a la de muchos otros, sea capaz de sacudir y despertar las conciencias de muchos chilenos.

La única arma de que dispongo es mi pluma. En cualquier caso, nunca la uso en un sentido ofensivo, ni menos de agresión”, decía mi padre. Trato de seguir, en cada columna, esa enseñanza tan simple y potente a la vez.

En fin, simplemente me indigna… Por eso, simplemente rechazo.

https://ellibero.cl/opinion/francisco-orrego-simplemente-me-indigna/

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