Osvaldo Rivera Riffo
Presidente
Fundación Voz Nacional


Una de las estrategias más usadas por las izquierdas en el mundo y sobre todo durante el periodo de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS)y que fue fundamento permanente de discusión en los acuerdos  emanados en la internacionales comunistas, estuvo basada en el pensamiento de Vladimir Lenin quien planteaba que para hacer efectivo el objetivo revolucionario era básico y fundamental tomar las comunicaciones y transformar la prensa en un instrumento para organizar un partido que interviniera en política y cambiara la sociedad. Para Lenin la prensa y los medios de comunicación en general, en la época prensa escrita e inicios de la radio, no eran solo un medio de propaganda sino un organizador colectivo.

Lenin y las comunicaciones se han estudiado desde diversos análisis para establecer la influencia de sus ideas en la comunicación persuasiva de masas, siendo por tanto la obra de Lenin el origen de la acción comunicacional de conquista de las masas y con ello un partido de acción revolucionaria.

Entre  los años 1912/14 Lenin  dirigió el diario Pravda (La Verdad) con el cual intervenía directamente en la política fomentando la insurrección de las masas colectivamente contra el sistema establecido y mintiendo sistemáticamente. Ninguno de los planteamientos hechos por Lenin han dejado de tener vigencia, siendo algunos elementos  claves en el manejo  contemporáneo del comportamiento de las masas. El famoso revolucionario bolchevique decía “Sin teoría revolucionaria tampoco puede haber práctica revolucionaria” .Por lo tanto, lo que busca siempre un sistema político de izquierda es “encender la llama” luchando contra todas las posiciones endebles, particularmente la de los economicistas, como lo hemos visto recientemente lo que ha significado que liderados por la ministra comunista, se lleve a la práctica uno de los anhelos más ansiados  del marxismo y que fue llevado a pleno éxito militante a través del uso del mecanismo comunicacional que hizo trizas en la masa un proyecto exitoso, ancla del desarrollo nacional y que era el emblema del liberalismo económico. Pero los economistas, que de política no entienden ni saben nada, lo dejaron pasar atendiendo sólo consideraciones técnicas, como por ejemplo ¿“cómo se pagará” esta reforma? o ¿a cuánto ascenderá la deuda interna? porque recursos para realizarla no existen.

Ahondando en la materia, Gramsci, filósofo, sociólogo y teórico marxista italiano abordó la comunicación desde el lenguaje y lo definió como un proceso de sistemas lingüísticos culturales e ideológicos.  Para Gramsci el lenguaje es una forma de expresión de la voluntad política y una mirada de los demás. Es un proceso de metáforas así como una forma de interpelación con él cuál construir una plataforma  de memoria histórica, siendo entonces el espacio de confrontación por la hegemonía. En este contexto se afianza el camino para finalmente expresar su cosmovisión del mundo, desarrollando conceptos como la hegemonía, la cultura, el papel  de los intelectuales en la sociedad y la instrumentalización de todos los medios de formación académica, para formar una única conciencia de clase.

Usando las teorías planteadas por los mentores de la izquierda y la izquierda postmoderna, vemos un accionar articulado en la tarea comunicacional comunista al interior del gobierno. La forma estratégica que se tiene para estructurar un discurso que llegue a la masa se basa en un planificado engaño y se miente organizadamente, dejando sin respuesta a una pseudo oposición, carente de todo sentido comunicacional, sin relato de valores y principios, ni mucho menos un proyecto político que ofrecerle a Chile.

Por tanto, basado en la evidencia teórica y práctica me atrevo a definir a este gobierno sólo como un “mecanismo comunicacional marxista” estructurado para engañar.

Está jugando y comentando su tiempo político desde la gradería y no en la cancha, donde está la raíz de los problemas sociales, económicos y políticos.

Así actúan los cobardes, arrancando de la realidad.

Los ejemplos son elocuentes, Boric  sostiene desde un podio en las gradas de un  anfiteatro imaginario (habla al aire) “hemos creado más de medio millón de nuevos empleos” Pero la realidad es que la crisis del empleo se produjo con el estallido social donde casi 300 mil personas perdieron su trabajo que, poco a poco, se han ido reincorporando y a ello se suman la pérdida de fuentes laborales por la falsa pandemia. Entonces los niveles del desempleo en el Chile verdadero son antes del estallido y durante la pandemia y eso no se ha recuperado, todo lo contrario y se intensificará con la maldita reforma previsional. Entonces, ¿qué hace el mecanismo de la mentira? Comunican que se ha aumentado el empleo en Chile y para demostrarlo suman en la recuperación los   100 mil nuevos empleos que han creado en la administración pública, sin concursos, dónde nadie sabe dónde ni para qué sirven y en que trabajan. Con ellos crean una nueva idea sobre el trabajo y Mienten nuevamente.

Otro ejemplo claro de la mentira comunicacional sistemática: dice Boric “estamos creciendo de manera inédita” comentando el IMACEC,   pero lo que no reconoce es que ese crecimiento es menor al promedio mundial. Vuelven a mentir.

Para qué hablar del manejo de la tragedia en la quinta región producto de los incendios. El gobierno sostiene que el 42 % de los damnificados ya tiene solución y la verdad es que han entregado míseras 53 viviendas de 5.800 destruidas por el fuego. La sola ayuda de la fundación privada Levantemos Chile ha entregado 72 viviendas, superando con creces la gestión incapaz  del gobierno… ¡Vuelven a mentir!

Entre las grandes tergiversaciones de la historia está el caso de Mujica, ex presidente de Uruguay. Hoy es un varón al borde de la muerte y del cual se comienza a tejer el mito de un gran demócrata y ejemplo a seguir en la izquierda latinoamericana y mundial. Han olvidado que fue un terrorista que asaltó bancos, secuestró empresarios y asesinó civiles, aparte de los ataques a militares. Pero es quizás el ejemplo viviente de la gran mentira, y al cual nuestro presidente admira hasta la santificación.

Entonces el gobernante y sus autoridades, pauteados organizadamente por el mecanismo periodístico, distorsiona los hechos, miente sistemáticamente y engaña con cifras falsas a la opinión pública. Por eso no es de extrañar que siguiendo al pie de la letra los planteamientos comunicacionales de Lenin y Gramsci hayan contratado 1.093 periodistas repartidos en distintos estamentos del Estado. A manera de dato,  han duplicado la cantidad de periodistas contratado en el ministerio Secretaría General de Gobierno. Cuál es el objetivo que persiguen, construir un espacio de hegemonía partidista y perpetuarse en el poder.

Entonces, estamos frente a una estructura revolucionaria que está imponiendo su mentira mediante un hábil mecanismo  comunicacional.

Lo hemos dicho hasta el cansancio, esta es una Revolución con todos los ingredientes históricos y los adelantos  tecnológicos del presente puestos a su servicio. No interesa la gestión, interesa tergiversar  el dato, para ello funciona este ejército de periodistas de izquierda. El dato es sobre el que hay que actuar, no interesa el relato. Ese vendrá después, cuando estén las  bases del hombre nuevo en una sociedad deconstruída y sumisa, esclava de una ideología idiotizante.

La oposición y particularmente “Chile Vamos”, en la zona sur levantando una capilla para santificar el legado de su patrono. La desvergüenza no tiene límite, mientras el gobierno estructura la etapa final  de su zarpazo y transformará el robo del siglo en su legado comunicacional más relevante.

Increíble pero cierto, ¡Lenin y Gramsci han resucitado!!!... ¡Aleluya, han dejado como herencia la mejor prostituta del poder político!!!

.