Osvaldo Rivera Riffo
Presidente
Fundación Voz Nacional


Para nadie es un misterio que la Catedral de Santiago es el principal templo de la cristiandad católica  del país y además es la sede de la arquidiócesis donde gobierna el Arzobispo de Santiago y Cardenal de Chile.

Se erigió en honor de la Asunción de la Virgen María, de ahí su símbolo principal en el centro superior del Pórtico principal donde en escultura está la imagen de la madre de Jesús.

Su construcción duró 52 años y donde estuvieron involucrados tres arquitectos entre ellos Joaquín Toesca dándole un estilo neoclásico

El conjunto arquitectónico de la catedral está compuesto por el Palacio  arzobispal, la parroquia del sagrario y el templo propiamente tal. Todos estos edificios son considerados monumentos nacionales.

La historia nos indica que al fundar la ciudad de Santiago de Nueva Extremadura, el conquistador Pedro de Valdivia destinó el costado nororiental de la Plaza de Armas  para la construcción de una iglesia. Es interesante destacar que mientras se construía, los servicios religiosos como la Eucaristía eran celebrados en la puerta de la casa del gobernador, ubicada donde actualmente se encuentra el Correo Central. Probablemente, en su origen debió constar solamente de una capilla de materiales ligeros, como paja y barro; y por lo menos desde 1544, se tiene noticia de que ya no se celebraban misas a la intemperie, por lo que debió crearse un edificio adecuado para llevar a cabo las prácticas católicas.

Entre 1566 y 1600 se construyó el primer templo catedralicio. Con dimensiones mucho más pequeñas que las actuales, se encontraba ricamente decorado y estaba dispuesto en dirección norte-sur, teniendo su fachada por la calle Catedral.

Durante muchos años y producto de terremotos e incendios, la Catedral fue reconstruida o restaurada hasta quedar como al día de hoy se exhibe.

Ha sido el centro de todas las ceremonias de acción de gracia que la fe católica ofrece para bendición del país y sus habitantes, como a su vez una cripta donde están enterrados los arzobispos de la diócesis.

En los últimos trabajos del año 2005/06 en las excavaciones del altar mayor se encontró la tumba de don Diego Portales.

He contado toda esta resumida historia para significar la importancia cultural que encierra este fenómeno civilizatorio de nuestra nación, de la mano del descubrimiento y conquista española de nuestra Patria. Ahí se ha plasmado parte importante de nuestra tradición republicana y han sido sucesivos gobiernos los que le han dedicado atención para mantener este símbolo en el corazón de la capital.

Pues bien, independiente de lo anterior, el templo ha sufrido vejámenes ideológicos impulsados por la izquierda  como la toma de la catedral de Santiago ocurrida el 11 de agosto de 1968, como una acción de la “Iglesia Joven”. La historia ha olvidado que el Cardenal Silva Henríquez suspendió de por vida a los sacerdotes involucrados en la toma y acusó de profanadores a los laicos que los acompañaron en esta acción.

La historia vuelve a repetirse el 28 de septiembre de 2013 cuando los activistas de extrema izquierda, levantado las banderas de la diversidad y del feminismo abortista, irrumpieron en la Catedral paralizando una misa de acción de gracias dedicada al patrono de la ciudad el Apóstol Santiago, presidida por el Cardenal Ezzati y por la entonces alcaldesa de Santiago Carolina Tohá. Dirigía esta turba delincuencial la actual ministra de la mujer e identidad de género Antonia Cósmica Orellana Guarello, quien atacaba la catedral como símbolo del patriarcado opresor y defensora de la vida en desmedro de los derechos de la mujer. Es decir, del derecho a asesinar sin contemplaciones al niño que está por nacer.

Esta es la historia del ataque a los símbolos históricos que vienen desarrollando los extremistas de izquierda desde que Boric fue electo presidente de la Fech, siempre en concomitancia con el partido comunista.

Hoy, cuando se desata un carnaval de declaraciones en torno al aplazamiento del estudio de la ley de aborto, el cardenal de Santiago al igual que la inmensa mayoría de hombres y mujeres que tienen claro que el valor más trascendente que tiene el ser humano y el Principal derecho humano es el valor  de la vida, ha dicho que es una gran noticia saber que dicho proyecto se ha postergado. Entonces aparece la Cósmica Orellana intentando ridiculizar la jerarquía del arzobispo e irónicamente expresar que el gobierno no se rige por los intereses de los “príncipes de la iglesia”

Pero vaya ignorancia supina. Ella, la “ordinaria” del ministerio de la mujer, no debiera molestarse por este apelativo, ya que si se aplican los conceptos del derecho canónico: el que oficia una función en un área determinada tiene el trato del ordinario de la zona. El señor cardenal es tradicionalmente denominado príncipe de la iglesia y son ellos quienes desempeñan el gobierno de los distintos dicasterios. El cardenalato es la máxima distinción eclesiástica después del papado.

Entonces esta cadena de declaraciones solo demuestra la estupidez e ignorancia de quienes tienen altas funciones públicas, a pesar de que el infaltable Cordero sale a justificar a la Cósmica como voluntario de incendios de La Moneda, donde se sabe que hubo profundo malestar con esta declaración desafortunada de la extremista que el 2013 irrumpió en la catedral atacando a los defensores de la vida.

No olvidar la historia y juzgue Ud. mi respetado lector, ya que la pseudo oposición nada ha dicho y evidente que no puede decir nada porque este atentado contra el que está por nacer fue propuesto por Evelyn Matthei, la candidata erigida por Chile Vamos cuando era senadora junto al socialista Fulvio Rossi, proyecto abortista que no tuvo eco en esa fecha. Saque molde y no se equivoque, menos si es cristiano.

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