Osvaldo Rivera Riffo
Presidente
Fundación Voz Nacional


Hace un tiempo escribí una columna utilizando el título de la obra escrita por Ernest Hemingway “Por quién doblan las campanas” publicada en 1940 y considerada entre los 100 libros más relevantes del siglo XX por la crítica especializada y por importantes medios de comunicación. El título procede de la Meditación XVII del poeta metafísico John Donne en su obra Devotions Upon Emergent Occasion (meditaciones en tiempos de crisis), publicado en 1624.

Dicha meditación dice así:

“Nadie es una isla, completo en sí mismo; cada hombre es un pedazo del continente, una parte de la masa. Si el mar se lleva un terrón, toda Europa queda disminuida, tanto como si fuera un promontorio, o la casa señorial de uno de tus amigos, o la tuya propia. La muerte de cualquier hombre me disminuye porque estoy ligado a la humanidad; y por consiguiente, nunca hagas preguntar por quién doblan las campanas: doblan por ti”.

En el sentido recóndito e intestino, Por quién doblan las campanas, es una insinuación de la multiplicidad del ser que se hace desde el título del libro. El hombre forma parte de un «ser colectivo» constituido por todos los hombres; inexorablemente cuando algo de la existencia desaparece es una parte que se desmorona del «ser único» que conforma la humanidad, que emana la existencia como una rúbrica social. De ahí las palabras de John Donne refiriéndose al tañir de las campanas

Sin duda que vemos que nuestra Patria se desintegra, cuando a diario la violencia agrade y asesina, cuando se cierran puertas y ventanas para que la noche oscura no cubra de desasosiego los hogares. Cuando la madre en cada hogar espera el regreso de su esposo a sabiendas que en el camino puede ser víctima de un asalto “portonazo” o quedar atrapado en un motín de violencia o ella misma ser quemada viva dentro de su casa. Como ya ocurriera en el sur del país y que hoy justifica la actual ministro de justicia…

Esto que parece una película de terror, es el diario vivir de una nación que vive bajo el dominio de la dictadura de los partidos políticos que entre componenda y componenda hipotecan el destino de Chile.

En 1624 los grandes metafísicos tomando las enseñanzas de Aristóteles proclamaban el valor e importancia de la persona humana y su dignidad, hoy transformada en un vil instrumento utilitario llamado individuo.

Por eso, cuando repiquen las campanas no pregunte: ¡lo hacen por usted!

Es el grito angustiante de la Patria que clama por ti , pidiéndote que la defiendas , que la protejas. Cada tañido te recuerda que son 500 años de historia los que nos observan. Y más de 2.000 que te han dado cultura. Qué hay muchas vidas y mucha sangre derramada para construir la República. Que hay valores trascendentes que marcan la vida  y obra de los grandes hombres que nos antecedieron y que hoy muchos jóvenes y niños cuyos espejos de sus vidas son sus  ojos, miran atónitos un futuro sin esperanza.

No pregunte por quién doblan las campanas son por sus hijos que claman futuro y responsabilidad de sus padres.

No cargue con una conciencia adormecida. Sacuda ese peso que han puesto sobre su mente la politiquería y la demagogia en complicidad con los medios de comunicación que se han coludido para mentir, engañar y desinformar

No pregunte porque repiquetean las campanas. Es la alerta del peligro que se cierne sobre Ud. y su familia.

Si duda el Rechazo es su mejor arma, pero a secas, sin acomodo politiquero y mucho menos en manos de quienes traicionaron la patria.

De usted depende que el tañir de las campanas se transforme en la buena nueva.

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