Osvaldo Rivera Riffo
Presidente
Fundación Voz Nacional


He buscado el nombre para referirme a lo que Anatel y los medios de comunicación llamaron debate y que por cierto de ello no tuvo nada, una vez más.

Tres bloques en que cuatro periodistas exigen que en un minuto respondan lo que requiere de una profundidad y análisis serio. Pero no, aquí lo que se usa es un cronómetro para medir velocidad en el hablar. Cuantas palabras tipo metralleta se pueden decir por minuto. En esta lógica por cierto que Kast va en desventaja. Si quiere argumentar, el otro se atropella increpándolo y los periodistas dan por terminado el tiempo.

Vamos a algunos contenidos. Cuando un candidato a la presidencia de la República confunde cifras volvemos entonces a preguntarnos por sus cualidades y habilidades para dirigir un país. Sostuvo que las AFPs ganan "2 Mil Millones de pesos diarios” Eso es equivalente a US$ 60 Millones por mes. Una vez más Boric y sus datos falsos tratando de engañar a los electores. Veamos la verdad:

Las AFPs han ganado $ 283 mil millones este año 2021
Son $31,4 mil millones /mes +/-
es decir $1.048 millones al día y NO a $2 mil millones diarios

Simplemente es no entender nada de nada o simplemente tratar de engañar a los ciudadanos… y así quiere dar tranquilidad con los cotizantes de los fondos de pensiones.

En otro ámbito, cuando se refirieron a la polémica del Teatro a Mil en Las Condes, omitieron todo el fundamento que sostiene dicha medida. Entre ellos que es una fundación que está incluida en el presupuesto de la nación y que además recibe aportes de distintos municipios, aparte de esponsorización privada. Que los productores son los mismos directores de la fundación y que con dichos recursos se hacen obras “infantiles” pero simultáneamente se filman videos de la acción guerrillera de la CAM.

Kast no lo dijo y el otro lo calló. Como también que sus “dueños” son conocidos militantes comunistas .Pero aparte de estos detallitos, tener esto como pregunta cultural es francamente una vergüenza que demuestra la falta de interés por reconocer que aquí hay una problemática de fondo que afecta gravemente nuestra convivencia y nuestra identidad como Nación.

Pero lo que llamó poderosamente la atención es el test de drogas que se presenta ante las cámaras. Siempre se ha dicho que el test más fidedigno es el de pelo y fue el que sugirió el candidato Kast. Pues bien, Boric mostró uno de orina. Lo curioso es que dicho examen fue tomado mientras el candidato estaba en cuarentena por Covid y debe ser presencial. En fin la trama tendrá pronto su desenlace.

Pareciera ser que la política cada vez más va perdiendo su importancia, no hay un relato coherente, no hay mística y no se encienden corazones ni se levanta el espíritu.

Aparecen nombres por doquier como si las palabras se las llevara el viento. Y se acomodan las cartas de tal forma que al barajarlas quede más de alguna reina a la vista. La política es curiosa, si Boric cambio el closet, Kast dentro de su sencillez está mostrando unas florecitas demasiado perfumadas que hostigan.

En los debates se escucha y se ve cocinar como con un recetario al que cada master chef (una gentileza de mi parte a los periodistas) pregunta por los aliños de la salsa y no por los ingredientes.

Nada que hacer, ni la insolencia de uno ni la tranquilidad del otro enriquecieron la conversación política.

Felizmente, a esta altura del partido la gente sensata tiene su decisión tomada. Sabemos y de ello no hay duda que son dos modelos en juego, uno sustentado por el partido comunista, cuyo mascarón de proa es San Gabriel el bueno y el otro sustentado en los valores y principios de una sociedad libre, representado por un hombre tranquilo, prudente, sólido y capaz.

Esperemos confiados en que de una vez por todas Chile vuelva al cauce que le corresponde y que cada cual en sus responsabilidades construya lo mejor para sí y para el país. Que los medios de comunicación terminen con su intervencionismo político y que vespertinos como uno de una conocida cadena nunca más ponga a los periodistas en portada, como si ellos fuesen los verdaderos jueces del Sanedrin, presidiendo el salón de las piedras talladas donde se dicta la sentencia política.

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