Osvaldo Rivera Riffo
Presidente
Fundación Voz Nacional


Cuando el recuerdo de la historia golpea la puerta de tu memoria sin duda caen como cascada las imágenes de ese día memorable para la mujer chilena.


Escribo esta columna por dos razones fundamentales.

La primera, porque fui espectador de primera fila en esa jornada en que más de un millón de mujeres salió a la calle a protestar contra el gobierno socialista, por el agobiante desabastecimiento que había en el país y en donde el padre de la señora Michelle Bachelet había impuesto la tarjeta de racionamiento para poder tener acceso a algunos productos básicos.

Las caravanas avanzaron de todos los rincones de Santiago confluyendo hacia el centro de la capital. En una de esas columnas iba mi madre con mi hermana adolescente defendiendo valientemente el derecho a vivir en un país libre del sojuzgamiento marxista.

El poder femenino se expresaba en toda su plenitud. En cada mujer que marchaba golpeando sus cacerolas se había reencarnado el espíritu de Javiera Carrera, de Paula Jaraquemada, de Isabel Riquelme o Carmela Carvajal, es el espíritu de una Patria gloriosa que era pisoteada por quienes avasallaban la historia, el presente y hasta la esperanza de futuro.

Fueron violentamente atacadas por la barbaros marxistas. La columna que pasaba por calle Mac Iver frente al cerro Santa Lucía sufrió una lluvia de papas que llevaban incrustadas hojas de afeitar, quedando muchas mujeres con sus rostros cortados o golpeados. Otras fueron atacadas con piedras, palos y hasta cadenas y algunas sufrieron daños que por muchos años las incapacitaron en incluso las postraron en sillas de ruedas. Pero sin perder su valentía, derrotando el terror desatado, siguieron avanzando y pidiendo la salida de Allende.

Fuimos muchos hijos o esposos que desde las veredas cuidábamos la marcha de las valientes mujeres, enfrentándonos con lo que teníamos a mano contra sus agresores.

Por ello, en este día en que el recuerdo histórico cae sobre la memoria de muchos, mi homenaje a mi madre y hermana y a todas las mujeres que ese día recibieron el llamado de la Patria.

La segunda razón es que para mañana sábado a las 8:30 horas,  tres valientes mujeres, recogiendo la necesidad de hacer sentir el peso del Poder Femenino y abrazar la causa de Mujeres por Kast, llaman a una convocatoria donde cientos de mujeres han comprometido su participación… saldrán a apoyar al hombre que salvará la Patria del peligro que nos asedia.

Ahí he visto a Andrea Mahns, Verónica del Real y a Claudia Carvajal trabajar intensamente en la idea que les fue propia, aportando los amigos el empuje y entusiasmo para que esta iniciativa cobre fuerza. A ellas, el reconocimiento ya que sin mezquindades y sin protagonismos de ninguna especie buscaron la mejor manera de hacerse presente recordando la gesta heroica del 02 de diciembre de hace 50 años, en que muchas de las que gritarán por Chile no habían nacido pero sus madres o abuelas fueron protagonistas de esa jornada.

Es el momento de sumar voluntades y no de dividir esfuerzos. Aquí nadie tiene el dominio de la voluntad de saber ayudar, pero cuidado con las mezquindades, le haría bien a algunas recordar que los cuidados del sacristán por lo general matan al señor Cura.

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