Osvaldo Rivera Riffo
Presidente Fundación Voz Nacional


Una nueva víctima cobra la violencia en Chile. Esta vez una joven detective de la PDI, Valeria Vivanco, quien cumpliendo con el sagrado deber de cuidar el orden y la estabilidad de la sociedad , sucumbe frente a las balas asesinas de quienes amparados por la complicidad de un estado de derecho fallido, como Pedro por su casa, amedrentan y aterrorizan a toda una Nación

Hoy vemos con estupor como el crimen organizado se apodera de las calles y poblaciones de Santiago, expandiendo una ola de dolor y desesperanza.

Más de cinco millones de ciudadanos se quedaron en sus casas para repudiar a quienes deben hacer cumplir la ley y resguardar el orden público. Chilenos desencantados del juego democrático, que solo ha servido para perpetuar a los oportunistas y secuaces del mal, aquellos que sin pudor engañan y trafican con las esperanzas de los más desposeídos.

¿Quién devolverá la vida a esa joven mujer que cumpliendo con su deber dejó su vida por salvar de las drogas a una juventud inconsciente de su destino? ¿Quién con entereza moral podrá levantar su voz para condenar un crimen del cual más de 100 mil chilenos en Santiago, por temor apoyaron a quienes son culpables del deterioro social y moral que vivimos?

La verdad es que da vergüenza ver como intentando salvar los muebles, sin tregua llamaron a votar por el mal menor mientras sus cómplices asesinaban a quienes querrán de verdad salvarlos de la corrupción y el odio de la política chilena. Para nadie es un misterio que el narco está asociado con la política. Hay comunas enteras donde los capos reinan y eligen representantes.

Pero nadie llora ni rinde tributo a una mártir de la República, solo se habla de democracia como si esta fuese la palabra mágica que soluciona los males sociales. ¿Qué hay de la República, de aquella que hablaban los sabios filósofos griegos: de esa forma de organizar la sociedad con lo más selecto de sus hombres para dirigir y decidir por el pueblo y a nombre del pueblo? Hoy, como en la feria, se busca lo barato, lo inmediato, aquello sin valor trascendente, a aquellos que pueden con un discurso de baratillo encantar la ignorancia.

Nadie llora el alma joven que quedará tendida en el olvido cómplice de un pueblo mal agradecido. Solo las lágrimas de sus compañeros de ruta regaran el triste camino al que nos ha conducido la deslealtad y la traición a los valores más sagrados de la República.

Ahí en el dolor que desgarra el Alma Nacional habrá siempre un grupo de patriotas que izarán la bandera a media asta para expresar el luto de un país al que terrorismo y delincuencia han puesto de rodillas por su falta de valentía y coraje para defender sus convicciones y principios.

Mis respetos y condolencias a la familia de esta noble joven y a su institución. Mi admiración y agradecimiento como chileno y como hombre de pie, para defender el honor de una patria amenazada.

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