Osvaldo Rivera Riffo
Presidente Fundación Voz Nacional


"Éramos pocos y parió la abuela”. Este irónico refrán nos será útil para ejemplificar de mejor manera su profundo significado. Se emplea cuando ocurre algo malo y las cosas empeoran.

Era el comienzo de la posguerra, año 1947 en Francia y un conocido autor teatral, Jean Anouilh escribe una obra que muestra a 7 personajes prototípicos de la sociedad, en una situación límite de vida. En dicho marco escénico muestran sus carencias sus dolores y miserias degradándose y agrediéndose mutuamente tratando de sobrevivir, estas mujeres tratan de sobrellevar los terribles momentos posteriores a una guerra o como puede ser una tragedia natural. El elenco, seis hombres vestidos de mujeres y un hombre, integran esta triste y decadente orquesta, que ofrece todos los ritmos, en el palco del bar de un establecimiento dedicado a aliviar enfermos de estreñimiento. Con momentos de humor, la puesta en escena neogrotesca no deja de ser un melodrama que hace reír, llorar y pensar, con un estriptís del alma humana y un director despiadado y tiránico. En esta producción encargada por la Fundación Cultural de Providencia, el contenido no cambiará pero en lo que hoy llaman creatividad, podría cambiar la estructura escenográfica “modernizar” le llaman y aparecer en una piscina pública o en otra locación distinta a la original, para lograr el aplauso por el ingenio creativo.

Se ha visto la opera La Boheme sacada de su contexto original y trasladada a los 40, todos vestidos a la usanza de esos años. La Boheme de tacones y traje dos piezas más cartera con mango. Un espanto sin emoción y despreciando la historia.

Pero la pregunta clave: ¿Es esto lo que necesitan los vecinos de Providencia o los chilenos en general?

No les parece poco el melodrama diario que vivimos todos llorando y pensando cómo vamos a salir de ésta tragedia que nos azota. El terrorismo se apodera de las zonas centro y sur. La inmigración desatada y sin control en el norte, la delincuencia campea en todas las ciudades y Providencia tiene mucho paño que cortar en estas materias. La violencia se ha institucionalizado. El orden ha desaparecido. La autoridad ya no se ejerce. El Estado de derecho base sustantiva de la República ya no existe.

Pero en Providencia se da la línea del absurdo y más todavía, con el propósito de ofrecer la primera función a los "héroes del control de la pandemia" los equipos sanitarios, médicos, enfermeros, enfermeras, personal auxiliar y todos los profesionales del área de la salud. Todos ellos necesitan un descanso emocional por el desgaste sufrido en las muchas horas sin dormir o dormir mal, por el descuido a su familia al cumplir con su deber. Por cierto que todos estamos en deuda con ellos y los aplaudimos en el silencio de nuestros corazones.

Pero señora alcaldesa, sólo en su cabeza de político calculador cabe rendir homenaje con un melodrama de gran agresividad. Parece que Ud. tiene serios problemas con la música y para que hablar de su equipo que con cada ocurrencia la hunde más en su interés por de verdad servir al bien común. Un concierto era lo recomendable. Toda la bibliografía y los estudios clínicos apuntan que es el medicamento más efectivo para superar el stress, la angustia. Incluso el mal dormir, por ejemplo, se soluciona con Mozart por la frecuencia de la onda musical. La música pone a la persona en lo más profundo del encuentro con su alma. La hace mirar la vida de otra forma y en otra dimensión. Naturalmente música que libere el espíritu atrapado en tanta estupidez humana.

La empresa que financia ésta producción de más de 20 millones, para nada me extraña que su variable no haya pasado por los criterios psicológicos y sociales y mucho menos de contenido. Su análisis debe haber sido "impacto de marketing" porque así desde hace mucho entendieron la mal llamada responsabilidad social empresarial y por eso han sido coadyuvantes de la destrucción valórica nacional.(voy a omitir otra variable que puede también ser posible)

Una vez visité a un joven ejecutivo gerente de marketing para solicitar auspicio para una retrospectiva de Pedro Lira Rencoret. Me escuchó con aire de suficiencia y al terminar mi presentación me dijo muy solemne "para definir y apoyar la propuesta falta una segunda etapa”.

¿Cuál sería? pregunte con curiosidad…

Conocer y entrevistar al artista!!!

Como frente a la ignorancia no puedo ser benigno, respondí: si Ud. me acompaña de seguro nos recibe, está en el cementerio, murió en 1912.

Toda mi larga explicación de que era uno de los 4 gigantes de nuestra pintura, que pintó los grandes cuadros del salón de lectura de la Biblioteca Nacional, no sirvieron de nada. Por cierto no hubo auspicio.

Valga la anécdota para ejemplificar los criterios usados, los cuales en el caso de la obra de teatro programada están dados por las credenciales de los famosos profesionales que participarán de la producción, vestuarista, estilista, coreógrafa, músico, etc. a lo que hay que sumar conocidos actores de la escena nacional.

El contenido argumental no le ha importado a nadie. Menos a la autoridad que una vez más confunde arte con entretención, con una frivolidad apabullante.

Como seguro le dijeron que era jocosa, ¡pues dele!, fue su decisión.

Seguro también que si se da cuenta de su error, tendrá como siempre un chivo expiatorio a quién culpar y seguir como si nada.

¡Usted ya la conoce, no se asombre!!!

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