Osvaldo Rivera Riffo
Director Fundación Voz Nacional


He llegado a la conclusión de que la política es demasiado seria para dejarla en manos de los políticos”.
Charles de Gaulle


Sin duda los cinéfilos recordaran el título Ali G Anda Suelto considerado entre las mejores películas de risa y humor del séptimo arte.

Me he acordado de ella tratando de comprender de la mejor manera posible la actuación de un cuarteto de alcaldes, dos representantes de la zona Oriente y los otros dos de comunas populares.

En la película en comento, un "chungo" debe salvar el centro comunitario de su barrio entrando en la vida pública inglesa y llegando a participar en el gabinete del gobierno británico. Caracterizada por su humor simplón y desenfadado, ya muchas de sus escenas forman parte de la cultura popular.

Según la crítica no podemos decir que es una gran película, pero sí que todo el que la ve se mata de la risa.

Pues bien, los alcaldes de la zona oriente con su desfachatada actitud traspasan permanentemente el umbral y sin medir consecuencias se transforman con sus acciones y opiniones en el hazme reír de la ciudadanía. Ambos llegaron como en la película al gabinete del presidente y por cierto ambos hicieron sus consabidos desaguisados políticos. No contentos con ello, han transformado sus comunas en un referente de opinión para establecer qué está bien o mal en materia de políticas públicas, de orden público, seguridad, etc. Incluso, en su afán de figuración sin temor al ridículo han llegado a proferir destempladas alabanzas a Kramer o a escapar de los periodistas trotando por su comuna. También, dictando discutibles cátedras sobre economía (algo que sí debieran saber) y además llegando al paroxismo de pretender un “expertís” epidemiológico muy por encima de sus conocimientos.

Ambos sin duda con pretensiones electorales. De eso han vivido la vida entera y por cierto haciéndole guiños a la izquierda para no sentirse desenfocados del tufillo revolucionario, el cual embriaga a estos mal llamados servidores públicos sin principios y valores definidos. De sus comunas ni que hablar. Uno quiso revivir el proyecto de Allende y popularizar la comuna inventando una suerte de nuevo estándar inmobiliario en un sector de ella. Lo que todos conocemos como la famosa frase "nivelar para abajo", pero en la cómica escena de esta película real, aparece vestido de gran responsabilidad social, por cierto tan falsa como la sonrisa del protagonista.

En la otra comuna las declaraciones perentorias de la jefe comunal son propias de otra película cómica-dramática llamada "Jojo Rabbit" en que aparte de la trama producto de la Segunda Guerra mundial, se deja claro que al homo sapiens lo caracteriza, en su rasgo más distintivo, la imaginación. Inventan historias y de esta manera juntan gente para sus propósitos políticos. Y así la comuna va entre tanto de tumbo en tumbo, sobresaliendo por ser la campeona en delincuencia y otros estándares de una mediocridad que pasma.

Tampoco lo hace mal la edil de la comuna cuya Patrona de Chile se vendó los ojos, ya que es imposible mirar y observar tal cantidad de despropósitos. Como la fiestita con 400 personas realizada en días pasados y anunciada con publicidad callejera. El organizador fue detenido, obligado a realizar cuarentena y vuelve a desobedecer, con lo cual se dicta prisión preventiva y como suele ocurrir en Chile, es probable que ya esté libre. Entre tantas cosas cómicas de esta autoridad, hay una ocurrida en el seno del consejo municipal donde en cada asiento correspondiente a un concejal sentó un peluche, para que dichos miembros del concejo tuviesen "actitudes dulces"

Así se escribe la historia de las autoridades comunales que ante la pérdida de autoridad y con los efectos de una zona de catástrofe, prácticamente inadvertidos -ya que cada uno hace lo que quiere- estas autoridades políticas del penúltimo eslabón electoral han encontrado un nicho donde hacer su tira cómica para encantar a su electorado.

Ya van tres con aspiraciones presidenciales y dejamos para el último lugar de esta columna al representante de la comuna sur oriente precordillerana.

Aquí no hay película cómica que lo represente, más bien sería un drama de terror; recuerdo la cinta:

"El ritual" donde el trauma y la culpa de su protagonista con sus alucinaciones le dan el toque psicológico al personaje.

Ha recorrido todos los medios posibles intentando que le escuchen, el mismo recorrido que debiera hacer para conocer su comuna donde sus calles están convertidas en una verdadera feria libre de comercio informal. Se vende de lo que busque, desde papel higiénico hasta sartenes y ollas. Mercado donde el transeúnte debe caminar en fila india por las estrechez de la veredas ocupadas a lo largo de calles completas por este tipo de comercio, mientras los locatarios establecidos o han cerrado o tratan infructuosamente de captar a algún necesitado vecino.

Una calidad de vida terrible. Y pensar que años atrás era una plácida comuna que fue perdiendo su tranquilidad con el populismo que la ha azotado gravemente. Nada queda de lo que fue esa tranquila comuna precordillerana. Hoy y a este ritmo, el covid-19  saluda al transeúnte a cada paso, ya que el riesgo de contagio es directamente proporcional al enorme hacinamiento de veredas y calles. Pero de ello no habla la autoridad municipal, seguro que está psicológicamente afectado por el miedo a la pandemia o tratando que lo escuche alguna autoridad superior o lo invite a trastabillar algún canal de televisión.

En resumen, es de esperar que la historieta contada hace poco, por uno de ellos, en la que se ilusiona diciendo que el próximo presidente de Chile saldrá dentro de las autoridades comunales, no pase de ser eso: una fantasía, ya que si así ocurriera todos los ciudadanos estaríamos condenados a participar como extra en una cinta trágica para nuestro tan querido Chile.

Es hora entonces de ir preparando las cartas y buscar dentro de nuestros mejores talentos quien de verdad pueda tomar el liderazgo, aglutinar nuestras fuerzas y reconquistar la voluntad del pueblo de Chile que quiere orden, bienestar, respeto y libertad con deberes y derechos.

Necesitamos líderes que se destaquen, por su nivel intelectual, por sus vínculos internacionales tanto profesionales como académicos y que tengan el coraje de decir las cosas por su nombre.

Por ahora busquemos, en otra columna les contaré qué se ha encontrado para rodar una cinta con una historia real y comenzar a construir  el argumento y guion con un relato simple, concreto que se entienda en todo Chile. Desde ya les propongo el nombre: Salvemos Chile

"Hay momentos en la vida de todo político en que lo mejor que puede hacerse es no despegar los labios”.
Abraham Lincoln

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