24 DE JULIO DE 2024 

 

 

 

 

 

Hermógenes Pérez de Arce


Como dijo hace poco Bukele en un discurso, Chile era "un país de ensueño" antes de la insurrección del 2019. Como él mismo añadió, lamentándolo, el país después ha quedado irreconocible. 

Es que hemos dejado que sucediera. Todo es consecuencia de que la izquierda ha hecho lo que ha querido, en un grado inverosímil. Y por eso el exMIR  Cristián Castillo Echeverría recibe el Premio Nacional de Arquitectura y  se permite decir que considera "legítimas" las tomas de inmuebles. Es que es de extrema izquierda y, por eso, goza de fuero. Perteneció a una asociación ilícita terrorista "a mucha honra" y por lo tanto es premio nacional. Consagrado "inmortal" por los chilenos. Dicta cátedra de violencia y "sienta doctrina".

¿Por qué no, si Gabriel Boric, agitador revolucionario experto, puede ser Presidente de la República?. La izquierda en Chile dice y hace lo que quiere.

¿Cuándo se le rindió Chile? ¿Cuando Piñera entregó la Constitución? Antes, mucho antes. Cuando dejó levantar una estatua y elegir, en público concurso, a Salvador Allende como "el mejor chileno de todos los tiempos", junto con proscribir y denostar al que nos había salvado del comunismo, pacificado y puesto a la cabeza de América Latina. 

Chile se rindió cuando dejó meter presos a los que derrotaron a la violencia e indultó y llenó de dinero y prebendas --hasta hoy-- a quienes la emplearon para llegar al poder. 

Chile se rindió cuando Aylwin suprimió la Llama de la Libertad del cerro Santa Lucía e indultó a los que asesinaron a su custodio, el carabinero Heriberto Novoa.  

Chile empezó a rendirse, en realidad, cuando la derecha eligió senador a un adversario de Pinochet y después lo hizo Presidente, tras haber el mismo afirmado, en foro presidencial, que Pinochet había sido el peor Jefe de Estado de la historia. 

Chile se rindió cuando nadie le replicó nada al acusar a los mismos que lo habían elegido de ser "cómplices pasivos" del inexistente delito de salvar a Chile del comunismo. 

Chile se rindió cuando Piñera senador votó por destituir a un ministro de la Suprema acusado por la izquierda de aplicar la Ley de Amnistía, texto expreso y vigente. 

Chile se rindió cuando el mismo Piñera, siendo Presidente, nombró ministro de la Suprema a Mario Carroza, que había condenado a Miguel Krassnoff por el "asesinato" de Miguel Enríquez. Krassnoff había sido el teniente que había descubierto en 1974 la guarida de ese terrorista y asaltante de bancos, tras éste recién haber robado la sucursal Huelén del Banco de Chile y ordenado acribillar a su agente Julio Robinson del Canto con seis balazos, por no entregarle la llave de la caja fuerte. 

Chile se rindió cuando dejó al mismo Carroza condenar al coronel (r) Julio Castañer por haber prendido fuego a los quemadores-quemados, Rojas y Quintana, cosa que no había hecho. 

Lo anterior es el uno por mil de una larga historia de entreguismo desde que Aylwin indultara a los mil terroristas que Pinochet mantenía presos, los llenara de dinero (lo que sigue hasta hoy) y se tolerara la prevaricación judicial sin precedentes, que convirtió en presos políticos a 328 exuniformados (sin contar los fallecidos y suicidados).

Chile ya se había rendido antes cuando, en un paroxismo de desvergûenza izquierdista, Ricardo Lagos les diera pensiones vitalicias a 28 mil sospechosos de terrorismo interrogados entre 1973 y 1990, a título de que habían sido "víctimas de prisión política y tortura". ¿Por qué tanto escándalo el año pasado, cuando Boric hizo lo mismo con unos pocos facinerosos culpables de acciones terroristas más recientes?

La izquierda dice y hace lo que quiere y se autopremia, porque desde hace muchos años el país ha capitulado ante ella. Y esto irá para más. Por eso la misma dictadura judicial que encarcela militares, ahora les roba a las isapres. Y se marcha United Health Group, el mayor inversionista mundial en salud, dueño de dos isapres, y anuncia que demandará a Chile ante el CIADI.  Tal vez al invertir pensaron, "la izquierda hace lo que quiere con los chilenos, pero nosotros no somos chilenos". Como decía el pastor Niemoller cuando Hitler apresaba a los primeros judíos.

Fuente: http://blogdehermogenes.blogspot.com/

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