13 DE SEPTIEMBRE DE 2023  

 

 

 

 

 

Hermógenes Pérez de Arce


Como siempre, detrás del delito, en este caso de prevaricación (fallar contra ley expresa y vigente y detener a exmilitares inocentes) hay mentira. Pero creo que hoy se batió un récord: un preso político militar, Waldo Ojeda, pide perdón por trece muertes de 1973 en que no tuvo nada que ver. Pero culpa de ellas a la comitiva de Arellano, que tampoco tuvo nada que ver, pues ella aún estaba en Santiago. Véase la página 47 de mi libro "La Verdad del Juicio a Pinochet", que nunca ha sido desvirtuado. Puede bajarse desde este blog por una suma módica.

¿Por qué Waldo Ojeda pide públicamente perdón por algo que no hizo? Porque está secuestrado por jueces corruptos y les ofrece un "rescate" autoinculpándose. Si "confiesa y se arrepiente", cree que le pueden dar beneficios que hoy le niegan.

Es negociar con secuestradores. En este caso, que los presos se arrepientan, se autoinculpen y responsabilicen a Pinochet. A cambio, pueden conseguir algo. Vivimos en una sociedad corrupta. La vida pública es gangsteril. Y la mentira vale y reditúa.

Nunca había visto a Chile caer tan bajo. La declaración, "acordada", del Senado es vergonzosa. "La culpa fue de todos", acordaron. ¿Cuál es la verdad? La real fue la que expresó Frei Montalva a Mariano Rumor en 1973: "A nuestro juicio, la responsabilidad íntegra de esta situación --y lo decimos sin eufemismo alguno-- corresponde al régimen de la Unidad Popular". Bueno, ahora se trata de cambiar esa verdad por una mentira final "acordada": "La culpa exclusiva de todo fue de Augusto Pinochet".

Un libro sustancialmente falso, basado en hechos inexistentes, como el del excomandante en jefe del Ejército Ricardo Martínez, recibe propaganda gratis en carta a El Mercurio del rector univesitario Santiago González Larraín. A Martínez lo entrevista radio Cooperativa, por supuesto. Ese libro, "El Ejército de Todos", se basa en hechos falsos fácilmente desmentibles. Por algo el Ejército lo removió de su página web. Pero ahora pasa a ser "la verdad oficial". Su tesis: que Pinochet mandaba a Arellano a matar y buscaba inculpar de ello a oficiales de regimientos locales. La verdad es que Arellano tenía por misión acelerar procesos para que no hubiera tantos presos en los regimientos. Y esto lo reconoce así hasta la sesgada Comisión Rettig, que peca de falsedad en tantas cosas, pero no en ésa: el delegado de Pinochet, dice, nunca tuvo por misión matar, que es la que le atribuye el mentiroso libro de Martínez, sujeto repudiado por los militares leales.

He vivido toda mi vida en Chile y estoy acostumbrado a que se falte a la verdad. Pero hoy puedo decir que nunca había visto mentir tanto, en todos los niveles y con tanta impunidad. Cuando a usted traten de explicarle por qué sube tanto el dólar, tenga en cuenta esto, porque hay gente que ya se colmó, no quiere vivir en una sociedad así y simplemente vende todo, compra dólares y se va, porque no soporta tanta mentira, delincuencia, corrupción  y falsedad.

Fuente: http://blogdehermogenes.blogspot.com/

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