22 DE JULIO DE 2023  

 

 

 

 

 

Hermógenes Pérez de Arce


Ayer me di cuenta de que en la actual lucha de Chile por salvarse del comunismo, para éste todo vale, por vedado, inmoral o falso que sea: leí en La Segunda y destacada (penosamente) con fondo amarillo por el diario, como para añadir notoriedad a la infamia, una carta firmada por Cecilia Bottai Monreal.

Decía que hace cincuenta años el teniente Miguel Krassnoff la torturó aplicándole electricidad en la vagina y diciéndole: "Eso es para la guagüita", pues ella tenía un embarazo de dos meses.

Por supuesto, supe de inmediato que todo era falso, una calumnia, no sólo porque Miguel Krassnoff es incapaz de una conducta semejante (lo conozco hace más de treinta años). Desde que conversamos por primera vez en los años 90, cuando le pregunté derechamente sobre el tema de la tortura, él me contestó, textual: "Nunca torturé a nadie y nunca en mi presencia se torturó".

Pero si nada de lo anterior hubiera sucedido, la falsedad de lo afirmado en la carta queda de manifiesto en su propio texto, pues es sabido que nadie puede a primera vista enterarse de que una mujer con sólo dos meses de gestación está embarazada. Es imposible. 

El episodio me ha hecho caer en la cuenta de lo degradantes que son los métodos del comunismo que trata de adueñarse de Chile. No trepida en emplearlos, por inmorales, innobles y desprovistos de un mínimo de decencia que sean.

Es el sello de la lucha en que los chilenos de bien estamos empeñados: para el adversario todo vale, por ruin que sea. Es el terreno en que nos movemos. Vamos acostumbrándonos y precaviéndonos, sabedores de la desventaja en que estamos las personas que nunca emplearemos métodos tan viles.

Fuente: http://blogdehermogenes.blogspot.com/

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