25 DE JULIO DE 2023 

 

 

 

 

 

Hermógenes Pérez de Arce


Wikipedia dice que en 1984 sucedía lo siguiente en Chile, durante el período 1973-1990 en el cual el rector de la Universidad Católica, Ignacio Sánchez, dice que "se atropellan los derechos humanos, se persigue a las personas por sus ideas y se presenta con fuerza una acción brutal" del gobierno (carta a El Mercurio, 09.07.23):

"El 31 de marzo un bus policial en Santiago fue destruido por una bomba, matando a un carabinero e hiriendo a once. El 29 de abril la guerrilla del MIR hizo explotar once bombas, descarrilando el Metro e hiriendo a 22 pasajeros, incluidos siete niños. El 5 de septiembre la guerrilla disparó y mató al teniente Julio Gómez Rayo en Copiapó. El 2 de noviembre un bus de carabineros fue atacado con granadas durante la Vuelta Ciclística de Chile y cuatro carabineros murieron. El 4 de noviembre cinco guerrilleros en una van lanzaron bombas y disparos de armas automáticas a una comisaría suburbana, matando a dos carabineros e hiriendo a tres. Un mes más tarde otro carabinero fue muerto en un ataque similar".

Entre 1983 y 1987 he contabilizado, en mi "Historia de la Revolución Militar Chilena", 17 estallidos insurreccionales dirigidos por la extrema izquierda terrorista, a los cuales el gobierno militar, en cada caso, puso término en un día, sin mayores trastornos para la vida interna. Y gozaba en eso del apoyo de la opinión pública porque, al contrario de lo que asevera el desinformado rector de la UC, no se perseguía a las personas por sus ideas, que cada cual podía desarrollar pacíficamente. Tanto así que los comunistas crearon un Colegio Latinoamericano de Integración y una Universidad Arcis oficialmente autorizados, sin problemas, para predicar las suyas, en el tiempo que les dejaba libre el terrorismo.

Y  por eso en 1987 se pudo rendir un homenaje a Salvador Allende en el Teatro Cariola, con amplia concurrencia y sin ningún problema. Porque no se perseguía ideas, sino la violencia guerrillera. Hoy, en el Chile democrático (democracia que debemos al gobierno militar), no se puede convocar sin riesgo físico a un homenaje a Pinochet. Ni siquiera se le puede calificar de expresidente, pues hay riesgo de incendio del local (Café Torres).Y tampoco sostener que fue un "estadista". Si dices que lo fue te "cancelan" y se reúne la Cámara (con cargo a tus impuestos) para  tomar el acuerdo de rechazar tu opinión. Y hay varios proyectos para calificarla como "desinformación" o, peor, delito.

Pero en los años 80 podías salir a la calle con mucho más tranquilidad que hoy. Y estar más seguro en tu casa. No había 110 homicidios mensuales como ahora. La "acción brutal" antiterrorista que describe el rector Sánchez costaba cinco muertos mensuales entre 1974 y 1990 (Informe Rettig), a cambio de la tranquilidad de doce millones de habitantes de entonces.

Pero, dice un columnista ¡de derecha! fue un período "trágico" del que "nadie está orgulloso".

Sin embargo yo, por lo que me cupo en el logro de la "misión cumplida", lo estoy.

Fuente: http://blogdehermogenes.blogspot.com/

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