Lo de Valparaíso no es huelga ni paro: es un asalto. Es lo mismo que si a usted lo atracan en la calle, le apuntan con un revólver y le dicen: "¡Arriba las manos y entregue la billetera!"

Los llamados "trabajadores eventuales" quieren más dinero del pactado y, como no tienen ningún título legal para conseguirlo, levantan barricadas, cierran el puerto y agreden al que intente ingresar. No es un problema sindical ni laboral: es un asalto a mano armada con palos, piedras y bombas incendiarias.

Hay un gobierno débil, que no se atreve a usar la fuerza para reprimir a los delincuentes. Esto podría afectar su imagen y hacerlo descender más en las encuestas. Un cuádruple asalto en la Araucanía ha terminado con los carabineros (llamados a reprimirlo) procesados, renuncias múltiples de oficiales y el retiro de la zona del Grupo de Operaciones Especiales.

Es "el ladrón detrás del juez". Ahora en Valparaíso habrá, además, que "pagarle al ladrón". Y ni pregunte quién le va a pagar, porque debería saber la respuesta: usted. Cuando el Gobierno entra a tallar en el conflicto, convence a los violentistas de no seguir atacando a quienes quieren entrar al recinto portuario y conmina a la empresa a pagarles algo o todo lo que exigen (lo cual la empresa declaraba que no estaba en condiciones de hacer, porque no era legal ni le era económicamente factible) fue porque el Gobierno "se puso" con algo, aunque no lo confiese. Y cuando el Gobierno "se pone", tenga por seguro que es con plata de usted.

En Chile se ha hecho posible esto del "ladrón detrás del juez" porque el juez es peor que el ladrón. Aquí los jueces se ríen de las leyes y por eso van llenando los penales de Presos Políticos Militares con violación de lo que ordenan leyes expresas y vigentes. Entonces las personas corrientes dicen: "¿Por qué los jueces pueden reírse de las leyes y yo no?", y cometen asaltos como el del terminal portuario, para embolsarse un dinero sin tener derecho. Con los delitos que cometen los jueces el dinero lo ganan los extremistas y ya el total suma miles de millones de dólares. Ahora tienen preso al ex General Director de Carabineros, Bruno Villalobos, por un hecho que no es delito (la muerte de un preso hace 33 años por insuficiencia cardíaca, supuesto delito que, además, está prescrito). De ahí va a derivar otra indemnización millonaria. Otro asalto a las arcas fiscales. ¿Entonces, por qué los portuarios no pueden también asaltar para conseguir dinero?

Aquí hay una mezcla de gobierno débil, frescura general e ilegalidad que explica por qué las personas añoran un gobierno fuerte. Llama mucho la atención que una diputada mencione a Pinochet y la asamblea de su partido de centroderecha la aplauda. Es que cada vez más gente sabe que en tiempos de Pinochet no se paralizaba el principal puerto porque un grupo de asaltantes se tomaba lo accesos; ni en la Araucanía los carabineros tenían que arrancar, sino que imponían la ley y el orden (y por eso no había "conflicto mapuche").

"La ley y el orden" no es una consigna. Es algo que los pueblos siempre buscan cuando ven que se está perdiendo. Es una aspiración que se convierte en muy sentida cuando ven que los valores fundamentales de la convivencia social se trastocan y son remplazados por el imperio de la ilegalidad y de la fuerza, que va "el ladrón detrás del juez" o, peor aún, cuando el juez se ríe de la ley tanto o más de lo que lo hace el ladrón.

Fuente: http://blogdehermogenes.blogspot.com/

 

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